19.7.19

Crítica a 5 cambios sociales para evitar la violencia

Hablaba aquí el otro día de 5 posibles cambios necesarios para controlar la violencia social. Violencia excesivamente alarmante a veces más que real. Pero vivimos con/de eso, y estamos convencidos de que lo que se nos avisa en los medios de comunicación es lo que realmente nos sucede. Algún comentario que habéis hecho a mi texto necesitaba alguna aclaración.

Es cierto que puede parecer que casi todos los problemas de violencia social vienen desde la inmigración, y siendo cierto es también mentira, por lo que voy a intentar explicar y aclarar algunos detalles.

De entrada parecería que hay dos clases bien diferenciadas de inmigración por el trato social que le damos. Y entonces entramos directamente no en el racismo sino en el clasismo. Si el inmigrante es médico o turista que se queda entre nosotros no da problemas, si es alguien que llega en pateras si. Y ese es el primer gran error de todos.

Si cogemos a 1.000 niños y jóvenes entre 12 y 17 años, sean de Soria o de Senegal, de Dos Hermanas o de Guatemala, y los metemos en una ciudad y un país que no conocen y totalmente diferente al suyo, sin control y con toda la libertad de tiempo vacío, sin ninguna posibilidad económica, sin futuro, y dentro de una cultura totalmente diferente a la suya, con otros valores en cuanto a la propiedad, la violencia, la libertad sexual, el respeto democrático, el urbanismo o las leyes, y sin una educación y formación similar a la de las personas que los rodean…, lo normal…, lo inevitable es que creen conflictos y problemas.

Da igual que sean de Barbastro o de Almazán, de Libia o de Etiopía por poner ejemplos diversos. Estos jóvenes sin familias (hogares) que los acogen, sin normas que cumplir, sin futuro claro, sin una formación suficiente para el lugar en donde se encuentren, sin hablar ni leer en el nuevo idioma, se comportarán mucho más salvajemente de lo que se comportan afines de edad, pero totalmente diferentes en todo lo demás. ¿Alguien duda de que seguimos siendo animales aunque sepamos hablar y tengamos dedo gordo para agarrar y escribir?

Estos jóvenes observan una vida llena de posibilidades y posesiones, pero que les está negada a ellos. Es una vida de calidad suprema comparada con la que ellos han dejado atrás. Pero solo la pueden disfrutar “los otros”. Por un momento imagínate a tí mismo en estas situaciones, con 16 años.

Si mi texto del otro día os parece duro, os recomiendo QUE NO LEÁIS los que se publica en otros lugares sobre esta realidad, pues es de tener miedo social, cuando no literalmente asco.

Yo planteaba cinco posibles soluciones o líneas de actuación. Y el primero —sin que se liste en el primer artículo— sería asumir que la diferencia es en sí mismo un conflicto de realidades e intereses entre las partes que hay que saber gestionar. Pero los conflictos están para eso, para gestionarlos y darles solución.