12.11.25

España necesita un espíritu de acuerdos


Hoy el presidente de España, Pedro Sánchez, ha dicho en el Congreso de los Diputados que nuestro país sufre una oposición política destructiva “rendida a la ultraderecha” y apela al “espíritu de acuerdo”, lo cual suena muy bien pero vuelve a ser un lanzamiento al aire, pues nadie se cree estas palabras desde ninguno de los espacios políticos, aunque sea cierta su necesidad.

Tenemos que parar la pelota, solicitar un tiempo muerto para todos los que lo quieran asumir, juntarse sin mirar al pasado de esta legislatura, y reflexionar sobre lo que necesita España en la próxima década. Mucha tarea para ninguna posibilidad de llevarse a cabo, por incapacidad de salir del marco mental del enfrentamiento..

Ni la oposición actual del PP sirve para buscar un espacio de juego político que resulte válido, ni el PSOE es capaz de entender en dónde están los límites de la educación democrática, estirando unos Presupuestos Generales que no se deben prolongar más años.

La basura o el ruido hay que encauzarla para tranquilizar la vida social. Lo necesita España incluso de cara a Europa. Salimos perdiendo todos con nuestras caras de asesinos políticos. Y se necesita cuando antes, volver a los caminos de estar cada uno en su sitio, pero sin tantos odios, con el estilete de la finura político, y no de la soez violenta verbal que constantemente vamos aumentando para parecer más chulos que los contrarios.

Ya sé que es como hablar a la pared, y que esto solo es posible modificarlo… o bien con dos dos líderes nuevos en los dos grandes partidos, o con el sufrimiento encima de una crisis brutal, fuera del tipo que fuera, y que no obligara a ser más pragmáticos, sobre todo desde el plano del humanismo inteligente.

España tiene una serie de problemas tremendo que solo somos capaces de intentar resolverlos desde el acuerdo de las grandes fuerzas políticas. Ninguna de ella tiene toda la razón, pero si una parte de ella que debe buscar los consensos.

La Vivienda y la emancipación familiar es una serio problema que requiere urgencia. Reflexionar sobre el modelo de Servicios Públicos esenciales como la Educación, la Sanidad o la Justicia es otro punto de fricción que hay que trabajar. Hoy Europa y su Seguridad no es igual a la que tenía en el inicio de este siglo XXI y eso hay que analizarlo en profundidad. Nos viene una industralización diferente y unas leyes comerciales muy distintas y volátiles. Y todo eso solo es posible trabajarlo en positivo desde los consensos máximos.

La realidad de la inmigración necesita una pedagogía tremenda y con multilateralismo interno. Todos tenemos que entender bien de qué estamos hablando, los motivos y las realidades de su futuro. No querer entender esto es un error, no desear que lo entienda la sociedad es una torpeza brutal. Y aquí vuelven a necesitarse políticas de pedagogía política y de Comunicación sin manipular.

10.11.25

El Rey Emérito y sus memorias

El libro del Rey Emérito es una de esos errores absurdos que en otros siglos no se hubieran podido producir. En aquellos siglos de los Reyes idiotas, estos no debían saber ni escribir.

El libro del Rey Emérito parece una mentira pues no dice toda la verdad y solo la verdad. El escribir de encargo habrá hecho un trabajo de órdenes, como suelen encargar todo y siempre los Reyes, y no ha podido decir toda la verdad. Un mal libro que más merecería no haberse escrito nunca, para no decir nada.

Cuando alguien importante en la historia de un país, si decide escribir una Memorias, como poco le pedimos que sean de verdad, que no se deje en el tintero nada, pues si es excesivamente obvias pierden el valor histórico.

Podría parecer un libro para mandar recados, pero eso ya no son unas memorias válidas. Lo podría hacer por Facebook. Por la edad que tiene, en realidad se está despidiendo, y las despedidas on importantes hacerlas bien. No hay que lanzar sanguijuelas, ni se debe esconder parte de la historia, ni se puede jugar a decir que no le han reconocidos su valía, sin preguntarse por los motivos.

Como es lógico no lo pienso leer, me parece un ejercicio absurdo para la historia, y eso sí es una pena, y hay otros libro sobre el Re Juan Carlos, no escritos por él, y más interesantes. 

Podría haber sido sincero, con todo, y haber ayudado a la Monarquía a mantenerse, por puro sentido común para defender en lo que él ayudó a mantener. Hay que imaginarse que el Rey Emérito sí será monárquico, pero eso tampoco parece dejarlo claro en el libro.

Desde el punto de vista gráfico, la portada no tiene desperdicio. Recurre a una fotografía de hace unos años, vestido de militar y con el título Juan Carlos I, y el subtítulo Reconciliación. La portada ya dice casi todo.