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10.10.25

Los precios de las viviendas son un timo en 2025


Hoy escuchaba y observaba una oferta de una vivienda en Madrid, que además de ser vergonzosa, es algo que con urgencia hay que resolver. Nos jugamos el futuro de dos generaciones.

Se ofrecía una vivienda que era un bajo de una casa, una planta entresuelo que no llegaba a ser un primer piso aunque tampoco estaba a la altura de la acera, de unos 70 años más o menos, es decir, con las tripas de la vivienda ya muy deterioradas, de 55 metros cuadrados, el baño reformado pero la cocina no, interior con dos ventanas y un patio comunal de unos 12 metros cuadrados, con acceso único desde esa vivienda pero siendo comunal con lo que todo eso conlleva.

La petición de precio de venta era de 330.000 euros, una salvajada por metros y por calidades, aunque fuera en Madrid sin el Centro rabioso sino un barrio céntrico. Le ofrecieron los compradores 250.000 y el vendedor dijo que en absoluto.

No tiene sentido ni el precio, ni la hipoteca que hay que solicitar para pagarlo, ni los muchos avalen que solicitan en el banco, pues ellos mismos saben que a poco que cambien las cosas, esa vivienda no vale eso, nunca se podría vender por ese precio.

Es un engaño legal, es un timo legal, y aunque lo conozcamos, parecemos no ser capaces de hacer nada. Dicen que es el Mercado

Pero nos equivocamos, no es el Mercado, son las equivocaciones públicas de muchos años. Esto está acabando con el derecho humano de la emancipación y el recambio generacional.

Mi consejo es que no se nos ocurra a nadie caer en estas trampas pues es tirar el dinero. Literalmente será un castigo que les penará dentro de pocos años. Aunque sin duda, la decisión es tuya.

En el mapa vemos que algunas zonas como Aragón son mucho más baratas que por ejemplo Madrid. Para que los habitantes no se vayan desde las más caras y suba brutalmente el precio de esas zonas, hoy de precio más bajo, simplemente hay que construir vivienda pública de forma masiva. Todo lo demás no sirve.

3.10.25

Volví a mi lugar de nacimiento, donde no quise morirme


Hoy he vuelto al lugar físico en donde nací. Mejor dicho, al lugar donde volví a nacer, pues en dos ocasiones y según me cuentan, fueron llamados mis padres para que fueran al hospital pues me estaba muriendo.

He ido a dejar unos dípticos informativos a las zonas de gestión del Hospital, por una asociación para la que colaboro, y ya al atravesar la puerta del Hospital Infantil de mi ciudad, el corazón me ha dado un vuelco.

He pisado la UCI de neonatos del Hospital materno-infantil de Zaragoza, y ha sido una experiencia llena de emociones. Ya no estará igual, además de no recordar yo nada de aquello, pero me imaginé allí y… ¡¡Uff!!

He imaginado por un instante a mis padres entrando por una puerta similar a esa, hace ya 44 años. Yendo a verme, a darme el biberón, sin hacer piel con piel pues entonces eso no existía, esperando una noticia positiva, mirando a su primera hija.

Mientras esperaba a ser atendida en mi visita, he observado un tablón de corcho con mensajes de familiares que han pasado por allí, hermanos/as, progenitores agradeciendo la labor de profesionales, dibujos…, vida de agradecimientos. 

Cuando me ha atendido una de las profesionales, le he explicado el trabajo de mi asociación, y he aprovechado para agradecerle su labor y la su equipo de médicos, pues personas así, me salvaron la vida hace 4 décadas. Casi todos ya estará más que jubilados, pero el espíritu sigue.

Su abrazo al saber que yo estuve ahí, ha sido reconfortante. Ellos también se alegran de saber que logramos salir de las penurias y construirnos un mundo nuestro.

Como es lógico los médicos y enfermeras de 1981 ya están jubilados, pero yo, por un instante he sentido que estaba en manos de alguien que te va a cuidar en tus primeras horas de vida, cuando algo se tuerce. 

Y eso es, sin duda, hacer algo grande con algo tan, tan pequeño, como un bebé prematuro que no sabía respirar.

Laura Puente Ajovín

24.9.25

El cine desesperado o Robert Redford


Se oyó este pasado viernes en la presentación por el autor Pablo Simón de su obra “Entender la Política”, con la presencia en la mesa del líder sindicalista histórico aragonés Lorenzo Barón y la periodista Marina Fortuño: Trump no es una causa, es una consecuencia.

De qué. Del propio ambiente que se reflejaba en el acto: en que el noventa por ciento de los asistentes eran militantes o directivos de colegios e institutos; los que no, profesores y participantes en tertulias, jubilados y transicionados. Hijas e hijos del mayo del 68 con una media de edad que supera la setentena, en perfecta forma con todo lo que andan y bailan, a los que aún les sobra tiempo y sesera para leer y que le dieron una oportunidad a Podemos, aunque les llamaron casta.

Salí del acto fraterno y reflexioné en el número muchísimo mayor de replicantes de la sociedad milenial o X o lo que fuere que entraban a un cercano gimnasio, de la edad del ponente que incidió con toda la razón en la caída en picado del ocio compartido y de la participación social de los neo hispanos en movilizaciones sociales o asociaciones.

Puntualmente las vanguardias que se manifestaron contra la inclusión de España en la OTAN en el lejanísimo 1986 que refundió Anguita en una Izquierda Unida que casi llegó al 20% de los sufragios, salen a la calle por Free Palestina, por defender Canal Roya o por el mantenimiento del poder adquisitivo de sus jubilaciones. En el contexto mundial, doradas.

Son la generación de Redford: comprometidos (y mucho más comprometidas), hasta bellas y bellos en las arrugas, siempre en la vida pública con una sonrisa en la boca y una acción decidida, con garbo.

Esa sonrisa y garbo que plasmó Robert en sus inolvidables interpretaciones de periodistas sin fisuras morales, que tanto gustarían a los Clinton y que… el tiempo ya había superado con la eclosión del rap, la degradación de los centros urbanos de Newark, Detroit y hasta Boston… con Redford, amigo de sus amigas, organizando el festival de Sundance en la blanca, desértica y solitaria ciudad del lago salado –la mormona Salt Lake City-.

Festival para wokes que dirían los votantes de los barrios obreros hacinados en bloques, aquí y allí, que vociferan que dónde meterían a los palestinos de concederles a todos los gazatíes asilo en el España: si en el campo de golf oscense donde viven la cúpula socialista dorada de la generación de Redford o en el Picarral, en el que si nadie lo remedia, y por falta de cultura política de los votantes –se le escapa a Simón, y entonces por qué no la ha enseñado “El País” y sus políticos en el consejo de administración- va a ganar Vox.

Si se combina ver una película de los felices 70 de las de Redford, con Paul Newman aportando el contrapunto canalla de Brando y la caza de brujas, con una revisión del cine de Isabel Coixet o la mítica para tantos, por poner en imágenes la desesperación humanista, “Sirat”, la última no es que parezca post-punk, es que manifiesta el fracaso al que ya se está subiendo Alemania, del estado social de derecho.

El estado social de desecho no es el que determina las vidas privadas de los manifestantes pro Palestina. Administraron los recursos como ordenó el socialismo sueco, fueron buenistas y el resultado a las generaciones de veinte y treinta años les da igual. La solidaridad postural e hipócrita me parece viejuna hasta a mí.

Parece que “Sirat” termine con un recordatorio de que toda la humanidad en la desesperación sea igual. No es cierto, los habitantes de Asia y el Magreb prefieren despotismo con resignación que anarquía.

Tengamos la esperanza de que a esta nueva hornada de españoles o vascos o catalanes o aragoneses del nuevo milenio, la vida no les ha hecho guardar una despótica cola para renovar sus pasaportes y tienen de forma permanente el comodín de las perras de sus padres, Europa y sus Erasmus para poder desaparecer en una rave en el desierto como juego del que siempre se puede salir. Incluso aunque voten a la extrema derecha y huyan de sus valores, Papá Estado allí estará.

Ya se encargó Redford de que la revolución vaya en etiqueta, de que la belleza abra todas las puertas, de que África sea un decorado amable en que el amor es posible. Aunque te tengas que subir al techo de un tren, tú tienes esa posibilidad, ellos se siguen casando por conveniencia.

Tú les vas administrando la democracia si quieren dinero y así, aunque los ucranianos masacraran la primavera de Praga, ahora podrán ser europeos. Y aunque los dirigentes de Israel sean descendientes de los mayores europeístas ucranianos, hoy los pasamos a la categoría de tiranos asiáticos.

En la que todos estuvimos y de la que podemos salir si nos ponemos una película de Robert. No si lo hacemos con una película del facha de su generación Clint que, sin embargo, nos recordará más a nuestra propia vida. Cuando no hay eventos, nadie te ve, discutes con el manipulador de la asociación donde vas a bailar o porque cuatro mil diésel se junten para subir al Anayet...

Hostia, podríais relajaros un poco y no querer administrar siempre las causas… Qué hacéis cuando nadie os ve, ¿volver a ganar la calle al fascismo, meteros en un camión de 50.000 euros para recorrer Kurdistán como hippies y liarla parda? ¿A galopar, a galopar… hasta… aburriros en el mar?

22.09 Luis Iribarren

7.8.25

Bosnia 4. Juderías aragonesas y de Bosnia


Me han dado una noticia desde mi editorial por mí esperada por justa: una guía que he estado componiendo como mi memoria afectiva del Ebro, completamente autobiográfica, no va a ver la luz y tengo unas quinientas fotos del valle, en forma tangible.

Dado que es un viaje por mi río padre al que visito todas las tardes (denominado oficialmente herri ibaia, el río del pueblo) que quise concebir como obra pariente e inspirada en el “Danubio” de Magris. Un friso compuesto por varias metopas separadas por columnas, en que las primeras fueran los territorios históricos ribereños y asomados al cuarto río más fundamental de la cuenca mediterránea y las paredes maestras de separación, incisos breves sobre los diferentes estilos artísticos, producciones culturales y agrícolas del valle en su conjunto.

Así que no será tangible el trabajo pero sí virtual, y la guía compondrá el siguiente año y medio o dos de mis entradas.

Del mismo modo si el director me deja e influido por el magnífico patrimonio documental sobre Zaragoza, sus puentes y pasado industrial, que nos está regalando sin facturar a todos los aragoneses micer José Garrido Palacios, al que le apremio a que las recopile en forma de libro con ilustraciones y poderle devolver una parte afectiva de su esfuerzo, tenerlo en mi librería y que se destaque en todas las públicas aragonesas.

Inmerso en este nuevo proyecto, una de las columnas de mi guía del Ebro la compuse para enaltecer la gloriosa capa ilustrada que supuso la corte de la Aljafería de médicos, filósofos y poetas –y seguramente también médicas, filósofas y poetisas-, la importancia en su hojaldre de las cremas pasteleras sustanciosas producto de las poesías del médico tudelano HaLeví, las crónicas de viajes de Benjamín de Tudela y la importancia de Moshé Portella como uno de los principales ministros y gestores de la Corona de Aragón.

El legado de la herencia sefardí en Aragón fue profundamente impulsado y cuidado por Javier Lambán como amante de la materia y cincovillés, en su gestión en la presidencia de la Diputación Zaragozana. A su equipo debimos la estelar exposición y catálogo denominada “Hebraica Aragonalia” de 2002.

De la que manó la iniciativa de desarrollar en Cinco Villas el que se denominó “Aragón, Espacio Sefarad”, espacio conjunto que se desmembraría en otros espacios en red allá donde la población sefardí llego a alcanzar la mitad de la total: en Ejea dedicado a la medicina judía aragonesa, el de vida cotidiana reservado a Biel y su bellísima juderia, el de la mujer de Tauste y el de Uncastillo en que pervive una increíble sinagoga y un puente de los judíos por el que desfilaban los finados a su cementerio, a los rituales sobre la muerte.

Brillantísima exposición coronó en el Palacio de Sástago esta labor. En aquellos tiempos de los inicios de milenio en los que el estadista asquenazí aunque del HaLikud conservador Ariel Sharón –su padre un Schneiermann de Brest- presidía Israel y el enorme intelectual laborista Shlomo ben Ami, amante y embajador en España, amigo de Felipe y dominador del ladino y del español moderno, dejó de ser su brillante ministro de exteriores porque era hijo político de Shimón Peres.

La corriente ideológica de Sharón que viene de Rabin y ha exaltado hasta las últimas consecuencias Netanyahu (alias de Mileikowski) bebe del pensamiento pan sionista del pensador de Odesa Vladímir Jabotinsky, del que surge la corriente política sionista “Beitar”. Que se resume en que, ya que nunca nos darán nuestro espacio ni en Rusia ni en la tierra prometida y siempre pretenderán echarnos, no hay nada que dialogar sino exhibiendo fuera. Porque no nos quieren reconocer y sabemos que nos mentirán negociando. Ello aproxima a los seguidores del “Beitar” al Sindicato de Camioneros de Chicago y los pistoleros judíos de Meyer Lanski, que seguramente irían a echar una mano a Israel y que paralizaron el Puerto de NY para que no se pusiera al servicio de Hitler.

Dicha posición, con tanto calado hoy y acogida nada menos que por los políticos alemanes, la aborrecieron los padres fundacionales de Israel también de origen ucraniano-polaco, especialmente David Ben Gurion, del que fue continuador Peres, y motor del movimiento Mapai, que ha sido arrasado de la faz de la actual política israelí. Derivado del sindicalismo de izquierdas judío europeo equivalente a la UGT, el Histadrut, que se plasmó en el florecimiento de la economía colectiva kibutzim, tan romántica pero hoy devenida en justificativa de muros de separación y sostiene que hay que convivir con los palestinos de la forma negociada que sea –y que no incluya financiar a Hamás según el principio cuanto peor, mejor (estoy oyendo a M. Rajoy desarrollarlo-.

Todos los protagonistas del espacio aragonés sefardí homenajeados en 2002, así como los de la extensa aljama de Zaragoza y los confeccionadores e impresores de textos sagrados de Huesca e Híjar (el legado de Alantasi), fueron compelidos a su conversión por el dominico Vicente Ferrer y el Papa Luna antes de su expulsión en 1492 por los Reyes Católicos.

Cuando vieron las barbas de sus vecinos cortar, los judíos del norte aragonés pusieron las suyas a remojar emigrando inicialmente al más independiente Reino de Navarra en que no se les expulsó sino hasta en 1498 de no convertirse. Esta última oportunidad de gracia tampoco obtuvo el resultado deseado, llegando hasta nuestro Reyno vecino la corriente derivada de la propagación de la peste impulsora de la expulsión que fue iniciada en Francia e Inglaterra y que provocó la concentración desde inicios del siglo XIV de la población judía en juderías aisladas y cerradas, en calles de interior que pudieran cerrarse con edificaciones respaldadas en las murallas.

Nada menos que hiri barrenean, en euskera roncalés.

Los sefardíes que no siguieron la vía de Fernando de Rojas o Bartolomé de las Casas, que se vengaron literariamente de la vergüenza de someterse a juicios sobre su limpieza de sangre y españoles heterodoxos de mucho bien, partieron hacia el norte de África, especialmente Melilla y Fez en el caso de los del centro y sur peninsulares.

Los judíos navarros eligieron Bayona a que le dieron su brillo mercantil y naval.

Los aragoneses siguieron dicho camino si pasaron antes por Navarra, o bien conocedores del hostigamiento español y portugués a las colonias del Magreb, dieron el largo paso de asentarse en las juderías del Imperio Otomano, fundamentalmente en la propia capital Estambul, donde todavía se puede hablar ladino, Salónica y, a partir de ella, en Ragusa o Duvrobnik y las ciudades de Mostar y Sarajevo.

En la segunda y su museo se alberga por todos estos motivos históricos un manuscrito bellamente iluminado y policromado que recibe la denominación de “Hagadá de Sarajevo” compuesta al parecer en la Corona de Aragón, en Barcelona sobre 1350, que tuve ocasión de disfrutar como uno de los principales testimonios del arte sefardí de todos los tiempos. Conservada milagrosamente por la familia Cohen después de la escarda por la que apenas quedan judíos sefardíes en Bosnia de la Segunda Guerra mundial, en que fue borrada del mapa la sinagoga de Mostar y diezmada aunque conservada su bella sinagoga central, pues hubo más de veinte, de Sarajevo.

Hoy museo casi etnográfico, contiene valiosísimos testimonios documentales, históricos, objetos rituales y vestuario que engalanaron la vida de la ciudad, liderada por las familias Papo, Levin, Eleazar o la de rabinos aragoneses Alkalah (aunque no queda rastro de los Caro, Zaragozano o Marco).

Todos ellos se reunían en numerosos actos sociales, tenían una agrupación coral para cantar romanzas en ladino llamada “La Lira”, eran enterrados en un bello cementerio, organizaron grupos juveniles y se opusieron como partisanos junto a Tito en Herzegovina a las SS desplazadas a Yugoslavia. De lo contrario, ya les pasó en demasía, iban a terminar y lo sabían gaseados en Birkenau como los 40.000 primos de Salónica.

Quedan pocos, algunos instalados como minoría tolerante en Nueva York y en Jerusalén.

Os he contado una parte de mi familia desconocida, la de la judería de Sangüesa de la que provengo según el apellido converso Marco de mi abuela paterna, cuya casa se llamaba Simeón, que tenía un candelabro y vivió en la calle Mediavilla. Estudiada por el historiador navarro Juan Carrasco, nuestro apellido sería otro y probablemente un adjetivo o municipio aragonés o francés, pues buena parte de la comunidad se instaló para comerciar en el camino de Santiago perteneciendo al tipo de los “judíos de ultrapuertos” y portando apellidos como Bergerac o Orthez . Asentándose en calles verdes que se podían cerrar con la particular calle de San Miguel, que da acceso al Palacio del Príncipe de Viana, o en la Población calle Amadores, que arranca de la casa de mi familia.

Me hubiera encantado hablar en ladino en Sarajevo, como me aconteció en Estambul sin pretenderlo a los treinta años, pero no pudo ser. No se encuentra lo que vas a buscar, sino que el alma sale repleta de lo que no.

Sarajevo y Bosnia, históricamente especializadas en atentados contra cada corazón de princesas y príncipes. Apelativo que todos portamos.

Si queréis una banda sonora para acompañar este artículo, podéis poneros “Klaro del Dija” interpretada por la música bosnia Marija Raspudic.

07.08 Luis Iribarren

2.8.25

Bosnia 3: Plaza España de Mostar, Herzegovina


Qué impresión le causa a un aragonés visitar Herzegovina y su conjunto de ciudades-castillo o puente. La familiaridad es absoluta: quizá con agua más abundante.

Hay en ella un nacimiento de río extraordinario con monasterio chií adherido, un manantial que surge de un barranco calizo con una fuerza que solo he visto en la Fontaine de Vaucluse de Provenza. En su orilla dejando pasar el tiempo me tele-transporté a Vozmediano cuando de una corriente que atraviesa el magma del Moncayo brota el curso Queiles, ese regato que fecundiza las huertas desde Torrellas a Tudela productoras de una verdura incomparable. El muy caudaloso manantial, accesible la cueva en que brota hasta en bote, se convierte en río que engorda al Neretva, pasado Mostar, con más de la mitad de su caudal.

No muy lejos, en Kravice, el karst común a todas las sierras dálmatas ofrece un incomparable salto de agua semicircular. Cómo no disfrutarlo con una tableta de chocolate “Samo ti” y así hermanar el lugar con los saltos del Monasterio de Piedra, en que se introdujo el chocolate a la taza a las cortes europeas. Provocando todo un debate teológico acerca de si su estimulando consumo rompía o no el ayuno monacal.

El valle del Neretva es un prodigio de producción frutal y vinícola, dispuestas las parcelas en un muy bello minifundio –imagino las fotos de dron-. Compuesto por una retícula de parcelas extraordinariamente alargadas y poco anchas que tiene muchísimo sentido para no perder superficie en caminos y darles a todas acceso desde los principales. Vías que se aprovechan en servidumbre única para hacer pasar por sus taludes las acequias de aguas heladas que vines de los azudes del helado río citado. El Neretva nace en la cara sur de pinares de los Balcanes y desemboca en Croacia entre la única localidad costera de Bosnia, Neum, y la radiante y famosa Split.

El vino herzegovino es espeso e hijo de un clima nada semejante al de montaña de Sarajevo, próximo a los de Jaca o Ribagorza, y enteramente parecido al del Somontano de Barbastro o el Matarraña, con corrientes de bochorno que suben de las costas de Dalmacia. Ello supone tintos de cuerpo y mucho tanino, aunque por mayor lluvia registrada, más especiados y mentolados que los aragoneses en el caso de los de Blativa. Aunque yo disfruté en mayor medida de los blancos del varietal zilavka, tan cítricos y florales, aunque un punto minerales, que me recordaron enteramente a los macabeos de Calatayud. Y allí me dio otra llorera.

Directamente impresionado me quedé y allí vino la llorera mayor y el mejor rato leyendo bajo un granado en un corral, cuando el imam de la mezquita del extraordinario enclave histórico de Pocitelj me condujo hasta una placa recordatorio en su postigo de entrada del bastión (Pilavdzic Tablija) que conmemora que el primer documento histórico en que apareció la villa glosada fue una crónica y mapa descriptivo de Dalmacia encargado por Alfonso IV Aragón el Benigno en Nápoles.

La misma contuvo referencia al origen de la denominación Herzegovina: las tierras del duque –y apellido judío asquenazí de lo más común que portó el singular político transicionado Múgica Herzog-. Así pues, el nombre proviene de que este condado de dos valles se independizó de Croacia debido a la acción del duque Esteban Kotromanic que unió el valle del Neretva a Bosnia, quedando las tierras muy fértiles de Trebinje, muy próximas a Dubrovnic, siendo administradas por la familia serbia que poseía también Montenegro de los Nemanjic. No siendo de extrañar que desde sus montañas los chetnik destrozaran la joya veneciana de Ragusa o que hoy, muy orgullosamente, el valle del Trebišnjica sea un bastión serbio bosnio. Sin contar de que el este de Herzegovina fue el principal escenario para la resistencia partisana de Tito, abastecida por los ingleses desde Corfú y Malta.

El Neretva es el único río bosnio nacido en los Alpes Dináricos que desagua en el Mediterráneo, pues vira hacia el sur entre foces o congostos impresionantes que atraviesa entre túneles y puentes el tren de Sarajevo a la costa –un magnífico Talgo, qué recuerdos-. Los otros tres principales nacen en la cara norte de esta bella cordillera y desaguan en el Sava que muere en el Danubio en Belgrado, el río y el lugar que se planteó no conservar para Roma mi leído Marco Aurelio.

Se trata de los cursos Verbas, que embellece la capital de facto serbiobosnia: Banja Luka; el Bosna, que da nombre a la confederación entera y pasa cerca de Sarajevo, a la que atraviesa un arroyo llamado Miljacka; y mi queridísimo Drina, que baja hacia el norte del monte Maglic y cuya margen izquierda es bosnia y la derecha serbia en buena parte de su recorrido. Así como el Sava separa Bosnia de Croacia y genera dos ciudades que se llaman igual, no como Tui y Valença do Minho; sí como Pont de Montañana, a ambas orillas del Noguera Ribagorzana.

Que un valle sea frontera es tan artificial como que se la pueden saltar un pájaro y una trucha, los imaginamos con doble nacionalidad, constantemente. Qué no pensar de las pocas dificultades que le plantea su superación a la peor condición humana.

El puente principal de Mostar (el puente viejo que salva un arroyo podría estar en Santa Cruz de la Serós de lo hermoso y delicado), las pequeñas y fascinantes mezquitas al estilo Sinan, la arquitectura de corte internacional que superó a la bellísima turca en los ensanches de las ciudades herzegovinas son obras arquitectónicas de ningún modo inferiores a las ejecutadas por maestros croatas al servicio de Venecia en los palacios y catedrales de Istria, Sibenik, Split, Corluka o Dubrovik.

Estos afamados canteros, contratados o compelidos, llamados en el interior de los Balcanes y aun hablando la misma lengua eslava “los romanos”, dejaron un legado a la altura de los de caliza de Biscarrués, famosos en todo Aragón, o los escultores tolosanos en el Camino de Santiago aragonés.

No en vano son citados como maestros de obra y cinceladores junto con la generación veinte de los canteros de la Grecia clásica, también administrativamente turcos en la época, del asombroso puente del Drina de Visegrad por el imprescindible escritor, si queréis conocer el alma yugoslava, Ivo Andric. Amigo con el que he tenido el gusto de viajar.

Así como tuve el placer de bañarme bajo el puente de Mostar reviviendo tantas escenas de “Tiempo de Gitanos” de Kusturica en mi retina mental, tras trasegar una indescriptible sopa del bey con un tinto del país.

En Mostar, esa ciudad solo en parte reconstruida, que sufrió lo indecible y perdió su puente principal y precioso barrio turco por asedio croata. En la que todavía quedan edificios de excelente cantería horadados, enronados o mellados como testimonio.

Como también lo es su emotiva Plaza de España, cercana a su extraordinario parque y su gimnasio que recuerda al edificio de Correos del Paseo de la Independencia por neomudéjar y orientalizante. En ella se sigue honrando la decisiva acción del ejército español en Herzegovina, acantonado en Medjugorie, por ejemplar pero con el plus de implicada para bien.

Si el ejército democrático español que denostamos tanto en los años 80 y depuró Felipe González con mano izquierda, hubiera sido el responsable de la acción de la ONU en Srebrenica no hubiera acontecido la masacre.

Mostar lo sabe, agradece el humanitarismo y capacidad de mediación de los mandos españoles saltándose instrucciones para salvar vidas, como también la de la Legión francesa.

Allí teníais a este republicano de corazón emocionado ante esa gran acción por la que hace la passegiata todo Mostar, propia de un ejército extraordinario en labores humanitarias y estratégicas, consciente de su labor e importancia, que lamina tanta leyenda negra.

Si vais a Herzegovina y veis a tres mallos jugando un tremendo baloncesto de calle en las pistas del Gimnasio de Bosnia, aunque metáis menos canastas que el base royo del Unicaja, decís que sois españoles y os dejarán entrar poniendo la mejor de las sonrisas.

Qué decir de lo que se siente cuando le brillan los ojos a tu casera, un abuelo te para y te da un abrazo y en un velador, porque ven que lees a Andric en latino pero no italiano, buscan al fondo de la nevera y te ponen una Sarajevskó helada y te dejan leer en paz…

Cuando levantas la vista te preguntas, ¿esto no es Calatayud? Pero a poco que sigas mirando, los impactos de metralla o más allá en la calle el Museo del Genocidio de las Víctimas de Mostar y las tumbas de la Armija –la mayor parte combatientes de mi generación- en el jardín de la mezquita de la calle Mariscal Tito, te responden por sí solas.

Como el teatro de la ciudad ocupando el solar de la sinagoga demolida por la Wehrmatch en la Segunda Guerra Mundial, oficiando para la comunidad sefardí de judíos aragoneses expulsados.

De qué patrimonio llegó a disfrutar Mostar si todavía conserva el que tiene… Con qué patrimonio inmaterial de resistencia en la convivencia no estará horadada su alma…

Por último, quiero homenajear al arquitecto Josip Vancas de Sarajevo, un genio de concebir edificios utilitarios destinados al uso público al servicio de la administración austro-húngara de Bosnia que tanto me recordaron a la preclara obra en Aragón de los arquitectos Magdalena y Navarro Pérez.

01.08 Luis Iribarren

5.6.25

La música fue de los barrios



Las canciones protesta entonadas en barrios obreros, Édith Piaf desolada antes de ser inmortalizada por el arte urbano de Belleville, la música para bailar o el blues, la eclosión de los Beatles o de Texas desde los suburbios de Liverpool o Glasgow (la ironía en las letras elegantes de McCarthy paridas desde la piscina de los hígados, el puerto esclavista inglés), la música cañera de los proletarios Housemartins, de los reivindicativos Mestizos queriendo poner a Wesketa en el mapa, la revisión de la rumba de Estopa (dándola)… el rap de Sho-Hai “Deep Deli” y las composiciones de Mariano Casanova y Distrito 14, fueron música de barrio.

Los carismáticos y únicos Morrissey, Neil Tennant (Pet Shop Boys), Van Morrison (protestante de Belfast), Ilegales de Gijón o Germán Coppini tienen relato y vigencia aún hoy porque más kafkiana es la vida es cuanto más te alejas de la familiaridad, la solidaridad y el echar un ojo o grito de los familiares fuera del barrio.

A la política de incorporación de España a Europa, partidos liberales latioamericanos o gestión del socialismo francés y demócratas americanos, incluso a la presidencia de las Cortes de Aragón por Podemos llegaron otros: no precisamente cantautores o compositoras de rap como la Mala de cinturones obreros sino los pequeños burgueses que gestionan la democracia directa y vivieron mayo del 68, o lo contaron, porque se lo pudieron pagar.

Así cada generación se revuelve contra el postureo de los que dejan el barrio buscando la sospechosa vida mejor de los condominios sin personalidad, y… dónde está la revuelta de creación latina de Zaragoza que nos permita afirmar que el mestizaje solo se produce por conveniencia de la estrella que se mezcla (se llame Paul Simon, Ry Cooder en Buenavista o cualquier grupo folklórico aragonés fusilando, ya no van a tener material, la última tonada de la última abuela neolítica).

Hoy en cada barrio de las ciudades del frente contra Putin apenas quedan zapaterías, comercios de proximidad ni tiendas, panaderías que no sean franquicias y bares con tapas replicantes que son sean de emprendedores chinos o fruteros del Indo, y por cierto muchas gracias.

Los cascotes o las islas, los árboles que no dejan ver el bosque, los ocupan el bar Cervino de la Almozara que ha virado a shin, el Fausto del Barrio Jesús lleva el mismo camino y precios, y el Amblas de la calle Caspe que allí sigue con sus mesas de formica y neveras con tirador, en su b año puedes echar al suelo una manzana y comértela en costra de lejía. Su relato ya no es exactamente de barrio: es aparecer en una letra de Sho-Hai, después en el dominical del Heraldo y que vaya algún hipster el domingo a buscar América, a nuevamente colonizar. Atención, en el mismo idioma.

Así que a eso fui yo también pero sin entrar en ninguno de los baretos de ferroviarios escasos que aún quedan y me encaminé a la Calle Delicias de Zaragoza una mañana cualquiera a recibir una ducha musical y a ver qué se cocía y con cuanta salsa. Porque demasiada salsa para tanto pescao dio origen al nombre que se ha quedado reservado para que los blancos que no bailaron de niños muevan el esqueleto al SON (de rodillas ante este género musical cubanoI de las romanticadas incurables de Gilberto Santa Rosa, el bachatero que canta sweetie, y sin poder oír un solo merengue de Guerra ni una tonada de la Cruz en la Sonora Matancera.

Según expertos a los que acabo de leer, Willie Colón por tratarse del creador de la salsa consciente, el género dulcificado por Anthony e introducido en el cine por Jay Lo (la López) tradujo la expresión musical de “El Barrio”, las manzanas al oeste de Harlem en el Upper East Manhattan en que se arracimaron los caribeños desde principios del siglo XX. Formando comunidad cerrada y gueto al sentirse fuera de onda. Creándose un sistema de vida y música propios en español ante las dificultades de integrarse en la vida en inglés del resto del NY y refugiándose en su comida y estilos musicales, mezcladas y adobadas las peculiariedades de cada país bajo el patrón musical de la cubana. Esta resistencia cultural dio lugar a que hoy en los países de origen de estos abuelos, todos por la amalgama parida en Nueva York se sientan “latinos”, más o menos desde la costa Caribe colombiana hasta más arriba de Florida.

Lo asombroso del caso es que este barrio refugio, con restaurantes o discotecas propios, impenetrable, exista en cada ciudad española para nuestros vecinos que hablan el mismo idioma. O será que no tanto o que no oímos sus radios propias.

En Delicias añoré a una nueva generación de músicos de origen latino pero aragoneses no solamente administrativos, esperemos, a lo Rozalén o Yupanqui: que den una vuelta desde aquí a su cultura rebozada en nuestro panko, como los músicos africanos Ndour y Keita, ho t Baloji y Stromae, los considero por necesidad el relevo necesario de los poetas sociales franceses. Que nos den una máster class de letras sobre lo que les pasa en el instituto y entorno familiar y lo refleje un artículo de Matías Uribe.

En vez de eso, el noventa por ciento de lo padecido fue reggaetón machista por castigo del devastador (cómo echaremos de menos a Daddy Yankee), adormecimiento del que no despertaba ni una sola canción de Calle 13 o su líder Residente y que parece que ha convencido como única opción de música joven hasta a Santa Rosalía.

Y los colombianos de Aragón, los últimos grandes maestros de imponer la salsa porque se baila y que se sienten incómodos en la denominación “latino”, enrocados cincuenta años después en la salsa romántica sin contenido social alguno de Joe Arroyo, las orquestas Niche, Guayacán, las cumbias de Vives que tan poco ponen, los vallenatos versión “la maté porque era mía y fui arrecho” de los años 80 de Valledupar, y el Gran Combo de Puerto Rico. Eso se lo ves bailar hasta a niños de 15 años de los institutos de Jaca o el Picarral, perfectamente peluqueados que parece que si les pones una canción del “London Calling” de los Clash te puedas llevar una hostia con la mirada.

Las grandes canciones de Willie Colón y Rubén Blades las aceptan a regañadientes y únicamente por orgullo exagerado latino, son azotes en la conciencia que ya no quieren escuchar. Porque para bailar mejor ser en la vida pirata y aquello de que te señalen en el barrio por la procedencia de tu dinero, ya pasó. Y cuando cambian a rápidas, meten perreo y letras de estos líderes a los que ya no se les entiende el español.

Por esto cuando se remedó la última letra propia de Rubén Blades pero rebajada en contenido social cual si de una narración de desamores de Shakira se tratara, se hizo nuevamente desde cuba a cargo de, cómo no, “Gente de Barrio”. Y se formó la gosadera, también para el que no pueda bajar el culo hasta el piso pero, como a mí, le guste oír himnos de lo cotidiano sin recordarnos murgas de revoluciones, con ron añejo con hielo en mano. El que nace pa martillo, del cielo le caen los clavos y esas cosas…

Y porque en Delicias se cuece unaa mezcla a fuego lento de carne desmechá de la que aún no sabemos el sabor por falta de reposo… nos vamos con ellos y aunque el estribillo lo canté el siniestro y presunto caballero Marc Anthony:

Y la tambora merenguera, Dominicana ya repicó
Y del Caribe somos tú y yo

Repicando
La cosa está bien dura, la cosa está divina y el mundo se está sumando

A la fiesta de los latinos…

Pues a ver si invitáis mejor, aragoneses del oeste de Zaragoza, del este de Huesca, de la hostelería de Sabiñánigo y Jaca que vais a la discoteca de Iruña de San Juan y los turolenses que bajais a la playa pública de Castellón.

Que se note que nos queremos y cómo dijo San Rubén Blades, de vocación no presidente y culminada la tarea se despide el ministro:

Tiburón qué buscas en la orilla tiburón
Qué buscas en la arena
Tiburón que buscas en la orilla tiburón
Lo tuyo es mar afuera
Tiburón que buscas en la orilla Tiburón
Eh Tiburón el canto de sirena


04.06 Luis Iribarren

4.4.25

El muflón estepario en Aragón


Mi generación recuerda todavía la fiebre en los góticos años ochenta que llegó hasta a conversaciones de bar por la poesía de Pessoa, el teatro de Brecht sobre representado, la filosofía del mayo del 68 —Escuela de Frankfurt de Adorno, de la que me quedó que la abstracción viene siempre de algo, que entiendo desde entonces son mis prejuicios—, el revival español ochentero tardío de la cultura hippie y sus acosadores babosos —los viajes a Katmandú ya tarde— y la pasión por las obras de Fromm y Hesse, por “El lobo estepario”.

Todo el mundo que se movía en ámbitos universitarios de letras —ese deje de sobradillo de Pablo Iglesias, de primero de su clase— decía que lo había leído, como el Capital, el Ulises de Joyce o a Machado. Cuando la sesera a los 20 años, y las vivencias, te dan si vienes de una casa sin libros como máximo para entender y disfrutar de Eduardo Mendoza.

Pero entonces reír mucho no era cool, tanto que para el baby boom han tenido que crearse talleres de risoterapia (veníamos de que te la pusiera floja una hostia de tu abuela si no querías comer col veinte días seguidos en invierno).

En los tiempos del post punk estaba de moda aparentar ser leído y torturado —tortuoso e intenso, dicho de otro modo—. Cuando a la generación millenial de los 90 les ha tocado por decreto ser hedonista, softy, bienquedas y “disfrutona” (¿eso es desentendida de cualquier obligación que te joda la vida, pequeña o grande?) y a la generación yeyé anterior a la mía… ser de la parroquia, clubes de montaña y asociaciones. No sería preocupante si no es porque nos hemos quedado allí.

En la lucha de clases, pero de EGB, que ha impregnado a la sociedad de recalcitrantes post franquistas heredando abrigo austríaco que le endilgan hasta a sus hijas adoptadas de ojos rasgados o en el rollo que estos otros llaman perroflauta. Como de herederos de la estética yonqui de barrio de película de De la Iglesia y todo lo más poligonera. Con cierto personal de cada generación huyendo hacia ciertas cumbres borrascosas del dandismo, lleven chándal o botas de punta. Para ser rockabilly hay que invertir, lo llamo yo. Es como que te receten ser emprendedor cuando has vivido a tu padre en el paro (el avalista).

El libro de Hesse de feliz título nos presenta a un personaje solitario en sociedad, una continuación de aquel hombre sin atributos, sumido en la masa pero a gusto, de su tío abuelo intelectual Musil

Aborda el jazz y otras terapias ocupacionales, donde ha caído toda la patulea urbana, como sustitutivos de la fe y el desencaje laboral y personal: el fin de la familia y las sociedades rurales narrado en pleno auge del superhombre nazi que, al menos, cuestiona. En un viaje igual de brahmán: porque meditar o comer sano se hace cuando se puede, cuando se tiene una base económica –y una cultura para saberlo apreciar-.

No cuando eres un verdadero hijo de la estepa, pero en forma de oveja rasa esteparia. O un pastor ibero pirenaico sumido en una vida social limitada a vender tus corderos, vivir por tradición e instinto, completamente al margen por definición de cualquier sistema.

De los pueblos nómadas indoeuropeos trasladados por hambrunas provocadas por heladas o erupciones de volcanes y sus oleadas viene la domesticación del muflón, la oveja rasa, la monta a caballo para dominarlo y desde él a la morralla humana (la calle principal de cada ciudad aragonesa era "Caballeros", y convertir a los lobos esteparios en mastines sedentarios. El establecimiento de colonias que sabían usar el cobre y hierro para usos ganaderos en la falda sur del Pirineo, su llegada al universo celtíbero del Sistema Central norte, con buenos pastos soleados de invierno.

De esos troncos salimos todos los aragoneses con ojos multicolores, hijos de la mezcla, rubios con cabezas redondas, otros con miradas penetrantes o almendradas… no he conocido a ninguno que no lance una mirada cariñosa a un perro pastor ni una piadosa a un pequeño animal, un muflón ceremonial o cabra hispánica, que por desgracia toca sacrificar. Para no hacerlo unos contra otros.

La oveja se domesticó en Irán y Mesopotamia, alimentó a los pueblos nómadas celtas, hunos o arios que bajaron a India con su leche, leche cuajada y queso y, menos de lo que suponemos, su carne. Reservada a sacrificios casi ceremoniales. Si alguien te ha de joder, tu oveja no va a ser.

En la cultura griega clásica se empezó a poner nombres a las ovejas (inicio de la literatura bucólica y pastoril en las faldas del Olimpo), el queso curado con miel fue la principal base de proteínas de los legionarios romanos como el avance del reino de Aragón hacia el sur más que una guerra santa, fue para garantizarse en propiedad por los reconquistadores francos los pastos del páramo de Zaragoza. Es decir, se garantizaron las rutas de trashumancia de sus antepasados celtas.

La empresa más antigua de Europa vigente se llama “Casa de Ganaderos de Zaragoza”, la condición pastoril nos hermana a los pirenaicos con las gentes del Cáucaso, sucesores de los incas que crían llamas o los pastores de yak del Tíbet en un lenguaje universal, conservador e individualista. Aunque sea propietario o por eso mismo, sé pasar los días agradecido en una mallata o en una yurta. Y mi suerte puede cambiar ante cualquier tormenta, y partirme un rayo.

Eso representa cada bocado de ternasco que te llevas a la boca. Mi conexión divina, y cómo no la vuestra.

04.04. Luis Iribarren

27.3.25

El cine en Zaragoza


Yo he nacido y vivido siempre en Zaragoza; así que he visto cómo se ha transformado esta ciudad desde
los descampados del Actur hasta la masificación actual, sin parque ninguno, eran tiempos de especulación urbana tal alejada de las políticas actuales de grandes ciudades como París, Londres que quieren tener un 30% de zonas verdes hasta la remodelación del puente Piedra y la construcción de nuevos puentes; la peatonización de la calle Alfonso y otras; el nuevo diseño de la plaza del Pilar y la desaparición del barquillero que ocupaba una esquina de la misma al que mis padres siempre nos compraban una bolsa de barquillos que no llegaban enteros a casa; los desaparecidos almacenes Gay con el sonriente Don Julio y su canotier que anunciaba las rebajas de verano; los también desaparecidos Galerías Preciados, Sepu o esa pequeña tienda en San Vicente de Paúl donde mi madre elegía la tela y subías unas escaleras laterales donde te tomaban medidas y te hacían unos vestidos preciosos (de hecho la actual dependienta me hablaba ante mis recuerdos de infancia que conoció al matrimonio que regentó esta tienda de confección y me explicó que las escaleras ahora estaban escondidas y el taller oculto bajo un falso techo). En fin, tantos recuerdos que se agolparon a mi mente, como la magdalena de Proust, hace unas semanas en el intermedio de esa película, tan actual y clásica, como es “The Brutalist”.

Vengo de una familia cinéfila, por fortuna, y desde niña los cines formaron parte de mis primeros recuerdos. Desde el desaparecido cine Norte donde los críos íbamos al tenerlo tan cerca de nuestro colegio o el cine Pax o cómo los críos del barrio íbamos juntos en bandada sin nuestros padres a ver diferentes películas en el centro.

Al estar ahí sentada en el cine Palafox, como hice tantas veces en mi niñez, recordé cómo ha cambiado la forma de ver cine y cómo han desaparecido cine míticos de Zaragoza. El cine Fleta con aquel acceso que daba paso al gran vestíbulo y escaleras y aquellas máscaras a los lados de la pantalla que tanto me gustaban de niña; el maravilloso Eliseos que cada vez que paso ni lo miro porque me da pena en qué se ha convertido; el desaparecido Coliseo Equitativa; los cines Rex, asimilados por Palafox actualmente; los gemelos Cervantes y Quijote tan cercanos uno de otro y con destinos tan diferentes, tan sólo uno de ellos sobrevive; los cines Aragón y los Goya... quienes sean de Zaragoza, sabrán de qué hablo y de cómo poco a poco han ido desapareciendo las salas de cine.

Recuerdo con añoranza y cariño, no soy melancólica, las tardes de domingo. Era ese día, cuando íbamos al cine junto a amigos de mis padres desde la infancia y que se buscaron la vida fuera de su pueblo como lo hizo mi padre siendo un adolescente o mi madre con veintipocos años o tantos otros que rememoraban en las sobremesas dominicales dando cuenta de que unos se habían ido hacia Navarra, otros a Barcelona y los que más hacia Zaragoza.

Eran domingos de alegría, de ilusión por prepararte para ir al cine con tiempo para coger las entradas en buena posición y tomar algo en alguna cafetería cercana y luego comentar esto y aquello de la película, porque los mayores conocían los avatares de todas las estrellas del celuloide y yo escuchaba embobada esto y aquello.

Porque el cine es vida y una que ha visto desde screwball comedies, musicales, cine mudo, cine de diferentes latitudes y que poseo una videoteca variada y selectiva puedo decir que es el mejor refugio que puede haber en este mundo caótico.

En definitiva, tanto cine por ver y tanto visto que, cuando veía The Brutalist en la sala 4 del Palafox que guarda la esencia de lo que fue, las otras salas son impersonales, los recuerdos del pasado se agolparon y sólo pude agradecer al director, Brady Corbet, por hacer una película sin los mareantes movimientos de cámara que pareces estar en un vídeojuego, porque el bagaje cultural de los nuevos productores es el de no haber visto cine y sólo entienden de dinero creyendo que al nuevo público hay que darle un cine básico como la ropa barata y desechable para que las mentes estén aletargadas y no se tenga el sosiego de ver una historia contada con calma, con inteligencia, con crítica constructiva, no esa destructiva que pulula hoy en día y que remite a la zafiedad, a los vulgares de palabra que distorsionan la realidad ajena y no quieren asumir responsabilidad de sus acciones y palabras.

El cine es como la vida, bueno y malo, honorable y deshonroso
y doy gracias a mis padres por haberme enseñado desde niña a ver cine y aún tengo la suerte de seguir haciéndolo con mi madre y reírnos con un Mastroiani y Loren en su “Matrimonio a la italiana” dirigidos por el gran Vittorio de Sica o maravillarnos de esa joya que es “La hija de Ryan” de David Lean que tanto gusta a mi madre o soltar carcajadas con la infalible actriz francesa Isabelle Huppert que interpreta con somarda aragonesa ese papel tragicómico en “Mamá María”.

Ya lo dijo Aute, más cine por favor.

Olga Neri

21.3.25

Y en principio fue Hackman… Gene Hackman


El doctor Antonio García Omedes lo ha vuelto a hacer y publicado Prames, con excelente y escueta introducción histórica sobre la condición jacetana como capital de los Aragón-Ramírez del insigne historiador serrablés Domingo Buesa, el tercer tríptico o retablo sobre el románico aragonés. Abordando en ellos su peculiar tradición escultórica y marcas de cantero, con toda la información recopilada por su cámara fotográfica de alta precisión. Lo que está siendo una documentación revolucionaria para el acervo europeo científico en la materia.

Este tercer volumen se intitula “En el principio fue Jaca”, está magníficamente producido y prodigiosamente ilustrado y completa sus dos obras anteriores: “Mirar viendo”, que aborda ciertos elementos singulares de todo el románico oscense y de Cinco Villas por su carácter representativo, singular desde una perspectiva europea, y la ilustrativa “Castillo de Loarre. Dos miradas con un siglo de diferencia” que profundiza sobre los elementos propios del segundo santuario fuera de Jaca de los Aragón, el primero su panteón de San Juan de la Peña, comparando las fotografías del estado de conservación en los años 20 del pasado siglo con su situación actual, cuando va a alcanzar ser reconocido Patrimonio de la Humanidad.

Lo que impulsará de manera permanente, y no solo cuando es elegido para escenario de series o películas medievales, la hostelería de Huesca y su bellísima, sobre todo en tiempos de floración de sus almendros y cerezos, Comarca de la Hoya.

Os recomiendo la lectura y revisión de estas tres singulares publicaciones a todos los amantes del románico, a los oscenses y aragoneses en general para conocer nuestro patrimonio, pues están teniendo un alcance y dimensión históricas. 

Al concebirse para que todos podamos aprovechar y disfrutar de la obra de los canteros lombardos que entre nosotros vivieron, y seguramente forman parte de mis ancestros, y su sustitución por canteros que alquilaban sus manos y buen hacer en el Camino de Santiago, los auténticos arquitectos del medievo, enclavados en cofradías y en el caso aragonés, creando escuela por importación de monjes y artistas de Languedoc, por la vía tolosana llegados de las fascinantes ciudades del románico sur francés de Tolosa, Arles y Montpellier.

En el principio fue Jaca, y la ciudad capital de los Aragón se halla representada en carácter y estilo por la obra cinematográfica del recientemente desaparecido Hackman, y su discípulo australiano Hugh Jackman

El primero, modelo de los actuales actores versátiles, atractivos pero no necesariamente galanes, capaces como su homónima capital oscense de prestar con suficiencia y calidad, sin descomponerse, cualquier servicio al cine.

Si estos actores son Jaca y Omar Sharif, sin saberlo, actuó en representación del Sistema Ibérico reploblado por yemeníes, existen ciudades aragonesas que su potencia interpretativa son parientes de actrices.

La distinguida y algo fría Charlize Theron le sienta como un guante a la bella pero distante Huesca; la potencia, abundancia de géneros y pujanza de Zaragoza recuerda a las soberbias actuaciones de Meryl Streep o, en la presente generación actoral, de Jessica Chastain; y el románico delicado de Sobrarbe, Ribagorza y Cinco Villas me recuerda al paso de puntillas por la escena de la Garbo u otras actrices inglesas, desde la Watson, a la asombrosa Judie Dench o la impecable Helen Mirren.

El corazón minero e industrial oscense, Sabiñánigo y Monzón, y turolense quedaría enmarcado en las primeras cintas del dúo Kazán-Marlon Brando vestido de rockabilly estibador.

Si queremos buscar la sombra de Eastwood, qué mejor que detenernos en las saladas de Bujaraloz a Sástago, si ponemos picante a la gestión municipal en Utebo o Cuarte de Huerva relacionaremos su vida con la caída de ojos de Mae West, si pensamos en las joyas patrimoniales ibéricas de Daroca y Tarazona, directamente nos sale cualquier película y actores de David Lynch; como si viajamos desde Zaragoza por Leciñena y Monegros a Barbastro, estaremos sumidos en una película de Wenders, y no nos extrañe que nos hallemos repostando en la gasolinera de Lanaja detrás de nuestro Ángel Bruno Ganz.

Todo ello descontando a los directores, actores y cine extraordinarios grabados por Aragón. Y sin meter en la salsa a Scorsese y la Zaragoza del Barrio Oliver de los años 80.

Si Raquel Meller fue la mujer más bella de España en la Belle Époque patria, reservo su obra y legado, la de su director almuniense Florián Rey –con ese nombre que portan tantos rumanos que hoy viven en el Jalón Medio-, sus ojos y su paisaje a la actriz que a mí me ha parecido más subyugante y bella en película alguna: Nastassja Kinski en la tan aragonesa por tantos motivos, París-Texas.

21.03 Luis Iribarren

17.3.25

Apuntes sobre la Sanidad en Aragón


En Aragón estamos inmersos en un periodo complicado y casi crítico de replanteamiento de la Sanidad Pública en Atención Primaria, que de momento no pueden cambiarla de forma profunda, por depender del Ministerio de Sanidad aunque estén transferidas las competencias. Y sé lo que digo, pues vamos camino de otros modelos peores. Cuidado con tentaciones fáciles.

En Aragón nos faltan médicos de Atención Primaria o de Familia. O al menos no están bien distribuidos, que esa es otra variable. Muchos aspiran a ir cambiando se puesto de trabajo dejando la medicina rural o la de AP en Centros de Salud saturados. 

¿En donde están los médicos de Atención Primaria que faltan en los ambulatorios? Pues… no quiero responder.

No hablo solo de la realidad geográfica y social de un Aragón tremendo en tamaño y disminuido en población. Hablo también de unos trabajos administrativos excesivos para los médicos de AP, y una mala distribución del Mapa Sanitario. En Aragón y entre zonas de Zaragoza. Un Mapa Sanitario que no logra avanzar en su reforma.

Y nos falta personal titulada en Enfermería. Y no somos capaces de distribuir bien sus competencias necesarias, que requieren de cambios en responsabilidad, en formación y en costes laborales.

Bancalero, el Consejero de Sanidad de Aragón, ha (o está) intentado cambiar la Atención Continuada ante la realidad de la falta de profesionales en AP. Necesitará apoyos de alguien desde dentro, o no lo conseguirá.

Se juntan aquí varios errores tremendos que ha logrado que en algunas Zonas Básicas de Salud la demora en poder acudir al médico supere las dos semanas. En periodos de alza de virus, se llega a las tres semanas. 

En otras Zonas Básicas de Zaragoza ciudad estas demoras no existen. Depende de en qué barrios vivas el que la AP funcione con lógica o no funcione. Y eso no es admisible.

Una atención básica de salud que se demore más de tres días ya no sirve. O como poco ya no sirve para lo mismo. El paciente tiene que buscar otras alternativas. Y depende de tus ingresos el que sean unas u otras. Y esto también lo deberían negociar los sindicatos. 

La Sanidad —si no reforma la AP— fracasa en la puerta de entrada, y camina hacia lo inevitable. Hay otros modelos en países vecinos que nunca deberíamos querer adoptar, pero a veces da la sensación de que desde dentro se quiere colapsar, para decir que es inevitable adoptar esos modelos.

El Presupuesto para la Sanidad que se recibe desde Madrid no es Finalista, es decir, no se distribuye exactamente como se manda. Y además como es lógico, hay que distribuirlo en excesivos canastos. No se trata (solo) de aumentar los Presupuestos para aumentar el Capítulo 1 con los mismos profesionales, sino con más y mejor distribuidos. ¿Y qué es mejor distribuidos? Pues desde Sanidad se sabe bien.

En Aragón estamos bien en hospitalizaciones y todo lo que eso conlleva. Estaremos todavía mejor en unos meses si somos capaces de contratar a más médicos para Teruel y Alcañiz. Y estamos bien en nuevos tratamientos y en nuevas tecnologías. Tenemos un excesivo gasto farmacológico en crónicos que hay que poner en la mesa de reflexiones, con valentía.

Pero no somos capaces de ordenar bien la Atención Primaria que es lo más conflictivo y lo que lleva a los estudiantes y titulados nuevos a intentar huir de esa especialidad. Un reto tremendo del que no parecen percatarse los propios profesionales con años de oficio y dedicación. Es verdad, muy cansados y poco valorados por todos.

No todo el personal de AP es igual, y menos mal. Pero hay un sector grande, que tras la pandemia del COVID ha decidido levantarse sindicalmente (tienen todo su derecho) para reclamar mejoras que a veces van contra el espíritu de supervivencia de la Sanidad Pública. Y lo curioso es que parecen no darse cuenta. 

No se dieron cuenta con la bajada de las ratios a 35 consultas máximas en la jornada, sin valorar en qué ratios nos estábamos moviendo en algunos ambulatorios. Eso, que sonaba muy bien como una dedicación mínima en tiempo al paciente, era imposible de soportar si no se acompañaba en el mismo momento de una reforma en profundidad de la AP.

La diferencia entre la AP pPrivada y la pública es tremenda en muchos conceptos. Y la mayoría de la sociedad no lo sabe. Tan tremenda que cuesta admitirla. Solo existe AP Privada en las ciudades grandes. Nunca en las localidades pequeñas, pues no es rentable para las empresas.

Un médico de AP Privada es médico, pero no es necesario que sea especialista en medicina de familia, es decir, sus años de formación universitaria pueden ser la mitad, y por ello su contratación es muy sencilla. 

Pero además en la AP Pública, se ha consentido durante décadas tener la figura de los MAC que son médicos como todos los demás de cada ambulatorio, pero con menos sueldo y menos derechos. Y ahora, cuando a estos profesionales se les quiere igualar al resto de profesionales del mismo centro de salud, nos reventamos en quejas. Tienes razones para quejarse, pero no tienen razón.

¿Y a partir de estos puntos? 

Pues entramos en un periodo en el que o se negocia muy reflexivamente entre una participación —pero con muy pocas personas sentadas en una mesa con capacidad de soluciones, en donde deben estar también los pacientes representados por sus órganos de participación— o volveremos a equivocarnos, aumentando derechos a los profesionales (que tienen sus razones, lo vuelvo a repetir) pero a costa de debilitar la Sanidad Pública y de no tener en cuenta a los pacientes.

18.2.25

Paiporta 1: 3 de noviembre. La Monarquía Constitucional


Franco varió el rumbo y se salió de ningún Eje antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Como buen gallego y tibio masón republicano se entendió políticamente con Churchill –aristócrata de posición minoritaria entre la pronazi inglesa sajona porque anticipó los estragos que cometería Hitler- y, se dice que en un caldo de compra de tetrabrik cocido por la CIA en que el pollo era Carrero Blanco, consiguió al final de sus días en la cama con baldaquino de El Pardo, dejarle a España atada y bien atada una monarquía parlamentaria con “dictablanda”.

Parece que estos mismos le dieron volantazo a la dirección del PSOE en Suresnes y nos recetaron años de Felipe y Guerra que hicieron una gran gestión con sus equipos de todo menos de la trasparencia. Y así nos los canonizaron desde los socialistas históricos europeos a los bancos patrios en cónclaves sin participación de sus votantes, que nos van a volver a recetar.

Occidente cubrió con cuadros ágiles y nuevos la laguna de la ausencia del partido en la calle de la oposición a la dictadura que tanto nos van a glosar, con sus dirigentes históricos no viviendo nada mal en México en su refugio se dice que masón. A principios de los 70, era más frecuente que un detenido por el Tribunal de Orden Público y posterior concejal militase en opciones leninistas o trotskistas que en el revisionismo socialista suave.

Ayer "La 2" programó el acto inaugural de la serie “La Conquista de la Democracia” en que la clase política española resultante de la transacción democrática nos va a agradecer al pueblo reconvertido, despedido de la industria y pesca y paralizado en su participación por el sistema, nuestra escasa participación en la historia reciente de España. 

La tendremos otra vez exclusivamente como telespectadores, siendo que tampoco nos hemos quejado mucho de influir escasa y solamente cada cuatro años.

Daba vergüenza propia para una persona de izquierdas como sobreactuaron en primera fila las ministras Montero y Díaz, con ropa nada sencilla y abriendo los ojos y los dientes como platos de tiburones que han mordido el poder y no lo van a soltar.

En la tarima, un magníficamente elegante Nicolás Sartorius, todo un aristócrata oveja blanca, se encargó de recordarnos que el arranque del fin de Paco fue una movida universitaria en Madrid en los años 50, y eso me recordó a Monedero y a Pablo Iglesias animando a los demás a dormir al raso.

En esas décadas de los 60 y 70, Aragón perdió toda la juventud de la generación de mi madre, desequilibrio que cincuenta años de democracia no ha restaurado. Hoy, la despoblación convierte la vida rural en insegura y las comunidades autónomas están en crisis de fe, porque solo creen en lo que se ve, para una parte de la población. Agravada por el episodio de la gestión del desastre de Valencia.

Felipe Borbón y su señora, el rey vigente que iba a heredar de puntillas una parte de la herencia del señalado por Franco que ha resultado más pestilente con seguridad de lo que él mismo suponía –y que a mí me parece un Hannover educado por su madre fuera, un políglota que solo encontraba comparación en Carlos I y otro Felipe hermoso-, salió coronao de su visita a Paiporta.

No reculó y ganó un saco de votos populares de los que nunca se planteará tener para su elección como Presidente republicano, en que arrasaría con más del 60% de los votos con las sombras de siempre de que no le votaría nadie en las nacionalidades históricas republicanas. 

Estuvo torero, espontáneo y sentido, amable y delicado como su madre. Ya cuando fue con sus hijas, eso por lo que sea se aparcó y se perdió y visitó la zona con amplitud de nuevo un “geiperman” con voz aflautada, buen porte y discursos escritos en casa por una periodista, que supervisa.

Felipe Borbón es el más alto de los aristócratas españoles menos en patrimonio, goza de una condición constitucional que ningún ciudadano que no haya estudiado comprende: es un árbitro nada más, pero puede intervenir y lo hace desde una posición que el personal entiende moralmente reforzada. Y cómo intervino su padre en la gestión, especialista en contratación administrativa cuya impunidad un día nos contarán a quién le vino bien (y debería ser Pujol)…

En el medievo europeo, cuando la monarquía de una casa familiar perdía legitimidad o se ponía bajo la advocación del Papa romano –que lo cobraba largamente y se sangraba al pueblo- o el de otra casa que se sentía igual calentaba para ponerse en la silla. Está en Shakespeare.

En las dinastías que no se equivocaban mucho por gestionar poco o liderar de forma moderada, la Casa de Aragón, únicamente se producían novedades si el rey no tenía descendencia por falta de interés en procrear o ser eclesiástico, lo que ocasionó importantes cirios y zancochos.

Felipe se encumbró por un solo día como única institución ajena a las arbitrariedades en la desgracia de la DANA, sujeta a derecho natural –por eso volvió con sus hijas y ya no fue lo mismo-, en forma de santo ungido por cualquier iglesia porque seguimos en las mismas del bajo palio porque conviene (que eres un jefe de un Estado laico…).

Los reyes convinieron en su día, vamos a fijar que antes del whatsapp, como autoridad fija, se sacralizó su función por conveniencia colocándoles la corona sus familiares arzobispos, se creó un mito de figura desinteresada por la riqueza pero ungida, un amigable componedor cuyo reino económico no es de este mundo sino el prestigio del cargo que si se mantenía daba derecho por dejación de los demás a su herencia.

Cuando este acuario de manual que nació exactamente un año después que yo, ha renunciado parcialmente a su herencia plutocrática sobre la marcha, esa que emparenta a su padre con Trump y los reyes saudíes o emiratíes que aún hoy le engrasan a costa del secano aragonés enronado de placas solares: porque manda y gobierna solo el dinero.

El poder popular que se invocaba en Valencia, la toma de decisiones en formas de revuelta que ni allí ha cuajado porque los hijos de los muertos tenían una nula relación real con sus abuelos, palidece ante que llegue un rey a cualquier escenario de revuelta y se proclame capitán de su propio pueblo. 

Como también se ruborizó con las donaciones del Real Madrid, Amancio Ortega y Juan Roig, los reyes del IVA deducible, los que controlan la ambición de los advenedizos nuevos ricos de los políticos porque si hay un monarca que lo sería en representación de la meritocracia en España, ese es Florentino Pérez.

Felipe VI resurgió por unas horas como centro y como símbolo, invistiéndose en los mantos de Alfonso X el Sabio y de Jaime I de Aragón, apareció para calmar los barros en tiempos en que el derecho parlamentario a aplicarse que convirtió centenares de muertes en una negligencia por respeto a las competencias del otro, a la vez que de cálculo político, se convirtió en lento, miedoso por excesivamente controlado, despótico y tirano.

Hecha la digestión de su comida de viernes, desde la semana posterior Mazón comenzó a aplicar una huida de ese mismo derecho que será la entrega subsiguiente. 

Por que se cumplen cinco años del surgimiento de nuevos empresarios para los que la pandemia fue una oportunidad y seis meses de un antes y un después, de un escándalo de gestión democrática del que intentó emerger el rey salpicado de barro, como el héroe escocés William Wallace con la cara de Mel Gibson.

18.02 Luis Iribarren

23.1.25

Me gusta la fruta. Pero hablo de política


Y por el camino yo me entretengo. Dale que no mira. El interés particular de cuatro al que llamo general. Lo tienes de colores. El que no llora. A silbar to the way. Ande yo caliente. Un tonto jodió a un pueblo. Trastorno octipolar. Rescate de… Fuego amigo. Copago.

Pero hasta Donald Trump reculará aunque lleve tres días firmando derogaciones. El del gesto de saludo de merluza a la romana de los coches eléctricos que no le tiene cogido por la zanahoria hasta que no fabrique armas, necesita manos para limpiarle los bajos y el Tea Party se relajará en política de inmigración. Hasta que no avance en la fabricación de replicantes (consejo que le doy de buenista: fabrícalos de todos los colores de Benetton para que se integren y tal).

De momento, todo el que nazca de padres extranjeros en USA no solo no es WASP, y lo sabes Enrique Iglesias. Ni aunque sea White trash de los de la emigración deseada, cuando sí que fueron alemanes Einstein o Zweig por generaciones (dale una vuelta, Donald). Además seguro que le pide el cuerpo expulsar por decreto-ley a cocineros asturianos por plantarle cara al liberal este. Eso sí, colocará nuevamente a parados en la US Army para invadir Groenlandia porque cada uno de sus 50.000 habitantes ha recibido una participación china en el paraíso budista, que total pa qué.

El personal en Europa anda revuelto porque nos pueda salpicar –cuando llevamos con esto desde las desgravaciones de Boyer a los planes de pensiones de nuestros oligarcas-. Si se va hacia la “USA Pensiones, S.A.” patrocinada y desgravándose Zuckerberg su caridad, que si los europeos (menos España que se salva porque es BRICS muy plus) estaremos obligados a hacer nuestros cascos azules comprándole tecnología militar y maíz para tacos al gendarme.

Entonces qué importancia tiene el debate interno de casta Darío contra Alegría, que siga o no Azcón o Sánchez si Zaragoza sigue teniendo eventos… si todo se hubiera podido evitar si Paloma San Basilio hubiera querido un “love me, love me, baby” y un “I can boogie” con el royo este.

Pero, de paso y sin alarmismos, que alguien responda con su Cuerpo qué hostia pasa con nuestras cotizaciones a la Seguridad Social, el Centro de Salud de Berdún y la ratio de críos por colegio que permitan que se abran en Teruel cuando haya más de 50 molinillos eólicos en edad escolar.

Qué pasa y hasta donde nos llega con nuestro derecho europeo nominal a la salud, la inspección de trabajo y los médicos… Qué alternativa que no sea devaluar y empobrecer a la población como sucede con monedas como el boliviano y el peso convertible, hasta les pasaría a Ana Belén y Wyoming, tiene la izquierda como política. No ya para redistribuir, directamente para subsistir ante los sunamis de la globalización y el neo-proteccionismo. Porque España tampoco tiene intereses en Groenlandia ni en el Canal de Panamá con los puertos de su ciudad y Colón en concesión con adjudicatarios chinos.

Cuál es el espacio de libertad que nos receta MAR por boca de Ayuso, cuál es su alcance para la mano de obra y autónomos agrícolas, para todos los que no pertenecemos al sector cuaternario. Porque las casas de turismo rural o los bares sí se han puesto al día con los precios.

Me gusta la fruta, así que nos la vamos a comer para que nos entierren saludables solo en los intestinos, poco ebrios y habiendo sido buenos, mereciendo entonces un nombre budista póstumo. Esos apodos dedicados que aparecen en vez de sus nombres en las piedras de quien fuera gran calígrafa, excelente abad de templo o política que no deje dormir a sus yonkis en la calle y que no nos haga tongo con nuestra pasta cotizada ni se le ocurra la genial idea de que la administre un banco de un amiguete que sería una vuelta programada a preferentes y quiebras. De momento, pa gustos los colores, :

· Granada (para mí mengrana): fruto del granado o mengranera, símbolo de la fecundidad pues todos los frutos sin relación con la libertad pero sí la igualdad material, tienen los mismos granos. Del latín con abundantes granos pero con nombre técnico “punicum” –es decir, llegada de Fenicia desde Irán, gastronomía que más lo ha valorado-. Nosotros nos comemos la variedad mollar de Elche, bella ciudad oasis única en Europa.

· Mandarina: el fruto de los mandarines puesto que su piel anaranjada inspiró su atuendo ceremonial de seda entre amarilla, símbolo de prosperidad, y rojo, color de la belleza y la buena suerte. Como la naranja –lo revela su nombre japonés: mikan-, el limón, el yuzu… se criaban sus palos silvestres en el actual Vietnam y sur de China. En España adoramos la clementina de la Ribera del Júcar: olorosa, dulce y un punto ácida. Por ella misma umami.

· Manzana (en aragonés poma, de Pomar de Cinca): me encantan las rojas de altura y se han puesto de moda las italianas, cuando las reinas en Aragón fueron las de la variedad Boltaña que se intercalaban con harinosas pomeras de reineta. Todas las variedades vienen de la rosera que daba como fruto la manzana silvestre de los valles de Kazajistán, donde todavía se encuentra el arbusto. Si vemos su origen no es de extrañar la calidad y sustancia que presentan las del Atlas marroquí y las de Villarquemado de Teruel. Cuanto más arriba se produzcan, más crujen y más lento maduran.

· Melón: mi fruta favorita cuyo cultivo se está recuperando con varietal propio de la familia “piel de sapo” en Torres de Berrellén, huerta del Ebro de la acequia árabe del Jalón de la Almozara, implantado por la taifa en huertas resguardadas del cierzo que se regaban por adores (turnos) con agua del Jalón. Fruta que no quiere hielo ni frío, es una domesticación de una planta silvestre turca que no se sabe cuál es. Por consiguiente, es la fruta más culta por cultivada.

· Almendros y pistachos: los prunus gozan de una bella floración blanca, lo que indica que nos hallamos ante roseras con semilla comestible dulce o amarga para licores y vienen en estado natural de los altiplanos del Tigris y Éufrates resistentes a las sequías, mientras que el pistachero con los que los fondos de inversión replicantes de agricultores van a tapizar Aragón por goteo incesante, es el primo del anarcardo afgano. De allí su sabor semejante.


Continuará, presicienta. Pero que qué ideas tienes para mi vejez y mi artrosis, aparte de que tú tengas ya ganau tu pase de oro en la Quirón. Te pregunto por mí, sálveme quien pueda, que ya voy para abuelo con residencia en Tabuenca sin un Maserati en el corral pero con un Massey Ferguson de los 80, color Alfa Romeo.

Ya de paso, os lo pregunto a los del PSOE aragonés y al resto de los posibles encuestados que hablaban de lo que hacía la casta, retranqueados en ir a declarar por una mala noche que os ha desactivado o desprogramado. Y las que no inmersas en ponerse ropa blanca. Ninguno, hasta que eclosione el santo de las iglesias, espero que se inmuten con mi planteamiento según su Seguridad Social blindada de diputaus por estar a veces solo cuatro años, cuestión que votan con Vox y Bildu.

El anarquismo de derechas lo ha escupido vuestro postureo, como los dragoncicos de Juego de Tronos de la reina Daenerys Targarian escupían odio. La madre de la tormenta, la que no ardía. Por algo sería.

24.01 Luis Iribarren

17.1.25

La izquierda se calla y no quiere decir que es de izquierdas

Desde la izquierda admitimos que somos unos inútiles en la Comunicación, y lo admitimos tras reflexionar y no ser capaz de configurar unos modelos válidos como sí ha logrado la derecha y la extrema derecha. Sabemos que se puede hacer, simplemente por admitir que otros desde la nada, lo han hecho. 

Han edificado candidaturas absurdas desde esa nada, desde el desconocimiento de sus programas, y han recibidos cientos de miles de votos sin presencia física en una Campaña Electoral.

Leía antes que valoramos poco los 400.000 subscriptores del digital de El País, una cifra nada sencilla de lograr. Y a los que se deberían sumar los de otros pocos medios de centro o izquierda que existen en estos momentos en España. Insuficientes, pero por algo será. 

Y los valoramos poco, por nuestra propia exigencia de ser "fabulosos" y limpios como recién salidos de la lavadora. 

Algo debe joder las posturas que tiene El País, cuando constantemente dicen desde la derecha y la extrema derecha que es el periódico del Gobierno, pero con adjetivos peores, insultos variados para aderezar la ensalada.

No sabemos comunicar por no saber reflexionar. La importancia que tuvo Andalán en Aragón es incontestable, asumida y lógica. ¿Cuántos aragoneses leían Andalán en porcentaje? Es verdad que aquello duró poco tiempo. Desde octubre de 1972 a enero de 1987. Un total de 440 números, algunos censurados y unos pocos dobles. Tiempos difíciles y de un nivel económico pobre desde la izquierda.

Hoy, un medio de comunicación es sencillo de crear. Y se han edificado algunos que malviven si son de izquierdas, y otros que crecen como setas si son de derechas o de extrema derecha. Y lo admitimos sin saber poner medios para contrarrestar eso, como debería ser el saber poner en marcos mentales qué medios son realmente de centro y de izquierdas, para contrapesar. 

Admitimos que nos bombardean con bulos o mentiras, que hay cientos o miles de máquinas escribiendo con seudónimos personales para vender determinados pensamientos, y que incluso discuten cuando reciben respuestas. Son montajes caros e impersonales, pero que les funcionan bien. 

¿Y qué hacemos desde la izquierda? Pues nos dividimos, con callamos, nos cansamos y ya agotados nos desencantamos, no somos capaces de crear Círculos (no confundir con otros Círculos, hablo en general) en Redes pues son mal vistos y surge crítica interna, etc. Es decir, miramos desde abajo, pues no somos capaces ni de levantar la vista.

Las personas mayores somos ya unos inútiles pues somos mayores. Hay otras divisiones sociales peores que también están haciendo mucho daño en la participación efectiva, aunque nos lo callemos. Seguimos jugando a jodernos nosotros solos. 

¿Se puede hacer algo más? Sin duda, pero no queremos, nos han ganado y nos hemos rendido. Lo curioso es que muy posiblemente los que nos han ganado, al final, sean también de los nuestros.