12.2.25

¿Quien es woke y por qué somos woke?

Hace ya muchos años, o al menos me lo parece a mi, me llamaban comunista y nunca he sido comunista. Ahora creo que a los tipos como yo nos catalogan de "Woke" que sin sabe bien el motivo, en eso ya estoy más de acuerdo. Sí, soy woke, pero no me apetece que me llamen despectivamente woke, aunque me la sopla.

Woke viene de una palabra antigua que se puede traducir por "despertar" (to woke), por estar atento, sobre todo por los abusos del Poder. ¡Uf! poder, jodo. Por lo que en España decimos"metérnosla cruzada" en temas sociales.

Dicen que Lead Belly, un músico de blues, usó la frase "stay woke" en una canción en el año 1938, en relación con los linchamientos en el sur de Estados Unidos contra gente de color. Había que estar despiertos. Y así sí, no está nada mal que me llamen woke.

Con los años se empezó a utilizar —desde los años 60 del siglo XX— para describir a aquellos ciudadanos y ciudadanas que eran conscientes de la injusticia racial y social, y se comprometían con la lucha por la igualdad. Ya no era un simple modo de ser, sino también de estar, de querer estar.

Me quedo con estos significados de inicio histórico de la palabra woke, son los correctos por mucho que los fachas quieran trasformarlos. Otro día hablaré de donde viene la palabra facha. De entrada nos quedamos con el wokismo y sus insultos, de los que estoy muy agradecido.

El uso despectivo del término "woke" comenzó a darse a partir de la década de 2010 y se intensificó especialmente en la década de 2020. Fuerzas políticas de derecha, conservadoras y de extrema derecha en Estados Unidos y otros países, empezaron a apropiarse del término "woke" y a utilizarlo de manera peyorativa. Era una manera de insultar a los que intentábamos defender el activismo social.



Si perteneces a una Asociación de vecinos eras woke, lo cual no está nada mal. Estás activo, despierto, vivo, con ganicas de intentar defender a los que no siempre pueden defenderse como el resto. Si ya perteneces a un partido político era woke de la hostia, eres ya un enfermo del wokismo.

El uso despectivo de "woke" es en gran medida una reacción contra el auge del activismo social en torno a temas como la justicia racial, la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, el cambio climático y otras causas progresistas. Desacreditar las ideas progresistas y al etiquetar algo como "woke" de manera despectiva, busca ridiculizar las ideas y posturas progresistas, presentándolas como exageradas, ridículas, o incluso peligrosas para la sociedad. Ser woke es como ser un llorón, según estos tipos que utilizan palabras inglesas para todo.

Lo malo es que quieren que o bien se sea woke o que se esté en contra de los woke, y eso si que es peligroso. Primero te califican, y luego intentan que los que no sean woke odien a los que de entrada parecen woke. 

Es como si nos quisieran llamar woke para decirnos que somos unas personas de aplauso fácil al líder de izquierdas, o que somos unas personas de paja o con el brazo de madera. Y a la vez dividirnos para tenernos bien etiquetados por si hiciera falta llamarnos a filas, sin tenernos que poner pegatinas encima de la ropa. 

Los woke somos víctimas del "buenismo", de lo que nos dicen —según ellos, los que insultan— los jetas ladrones de la política; y por eso además de woke somos imbéciles pues aunque no seamos gente mala nos dejamos engañar por los malos. 

Somos woke por querer estudiar mucho, por intentar modificar las condiciones del trabajo, por no aceptar que nos engañen en los supermercados, por creer en el cambio climático, o por obedecer a los que mandan si son de izquierdas. Si mandan los de derechas y nos quejamos ya no somos woke, somos revolucionarios.

En realidad solo se es woke de verdad, de pata negra, si vives en un país gobernado por la izquierda. En los que gobierna la derecha ya no eres woke puro, pues no tienen a quien obedecer, sino si acaso, de estar quejándote siempre de todo.

9.2.25

La ceguera ante la guerra: ¿Cómo empezamos a combatir lo que no vemos?


No me apetece nada decir en qué año comenzó la Guerra llamada Civil en España. Tampoco quiero decir cuando comenzó la II Guerra Mundial. Las fechas que se dicen no son correctas, pero me da igual, excepto por lo que eso representa.

Una Guerra no comienza el día en que se declara. Tampoco el día que explota una invasión, o se comete una barbaridad tremenda de comprender.

Y lo curioso es que en esos tiempos anteriores a la fecha en la que se dice en los libros, millones de personas vivían ajenas a lo que ya estaba sucediendo.

A veces no se daban cuenta, y otras veces, la mayoría sobre todo en personas formadas, simplemente es que no se querían dar cuenta de lo que iba llegando.

La historia nos ha demostrado que los conflictos bélicos a menudo se gestan en la sombra, mucho antes de que estallen las hostilidades. La Guerra Civil Española es un claro ejemplo de cómo una sociedad puede ser arrastrada a un conflicto sin ser plenamente consciente de las fuerzas que lo impulsan.

La Segunda Guerra Mundial es otro ejemplo de cómo la humanidad puede caer en la barbarie cuando no se presta atención a las señales de alarma. Los años previos a la guerra estuvieron marcados por un creciente nacionalismo, el auge de los totalitarismos y una escalada de tensiones internacionales, pero muchos ciudadanos europeos no fueron conscientes del peligro hasta que fue demasiado tarde.

Lo normal sería que se dijera que soy un agorero, un tipo negativo. Pero desgraciadamente también a mi me gustaría eso, percibir que son tonterías mías en clave negativa.

Simplemente es que percibo una cierta dejadez social a nivel europeo y en cambio una euforia en otros ambientes, y no solo en los EEUU. Hay más países que observan detenidamente e interactúan para provocar.

A menudo, la población se muestra ajena a los signos premonitorios de un conflicto. La propaganda, la desinformación y la manipulación mediática pueden nublar nuestra visión de la realidad, impidiéndonos percibir los peligros que se ciernen sobre nosotros. Es como si estuviéramos caminando hacia un precipicio sin darnos cuenta del abismo que se abre a nuestros pies.

Hoy veía unas imágenes de los EEUU y de China, en Redes. No sé quien las está vendiendo para que las veamos.

Mostraban unos EEUU, varias ciudades, llenas de pobres jóvenes, de drogadictos, de montones de personas durmiendo en las calles. Y en cambio veíamos a una China con notables adelantos tecnológicos, y algunos no han llegado al mundo occidental clásico, con coches casi imposibles de imaginar.

Es todo una guerra psicológica de desgaste.

Sabemos perfectamente los muertos palestinos en Gaza, o eso dicen claro, y los muertos de Israel cuando todo comenzó. Sabemos los muertos de Corea del Norte en la frontera con Ucrania. Pero NO SABEMOS los muertos de Rusia o de Ucrania en esa misma guerra, jóvenes y muy jóvenes soldados que permaneces ocultos a la información.

Poco a poco, lo sé. Quedan unos años.