18.9.24

¿Qué tenemos realmente en nuestros bolsillos?


Unos 3.000 aparatitos asesinos, "buscapersonas" nuevos y fabricados a finales del año pasado en Taiwán e importados por Hizbolá, que contenían unos 40 gramos de explosivo en su interior y con un Caballo de Troya de software para deflagrar a una orden recibida, exploraron ayer en los bolsillos de los militantes de este grupo de miles de personas que estaban en Líbano o Siria.

No quiero entrar a valor las motivaciones de quien envía la orden, ni qué configuran en la historia actual el grupo los que reciben la llamada para intentar matarlos o dejarlos anulados. Podría hablar sobre esto, pero desgraciadamente como sé que no se va a quedar en este aislado acto brutal con miles de afectados, tendré más ocasiones de escribir.

Deseo hablar mejor de la tremenda capacidad que tienen algunos dirigentes para dominar los mundos a base de todo tipo de trampas. Es sencillo imaginarse que ese trabajo requería de unos ajusten tremendos para pasar desapercibido.

Son miles de máquinas manipuladas en una fábrica con un elemento que hay que introducir de forma de Hardware y otro elementos que hay que meter dentro como un Software adicional. Y sin que nadie se entere, lo detecte. Ni en fábrica, ni en los laboratorios de desarrollo, ni en los distribuidores y receptores. Ni en los Controles de Calidad de la empresa.

Y esperar meses no sabemos bien por qué motivo, para que cometieran la maquinitas el trabajo para el que estaban destinadas.

¿Hay más elementos similares a estos, distribuidos entre otros espacios de todo tipo, por el mundo mundial al que todos nosotros pertenecemos?

Ha veces he pensado —soy un mal pensado y lo sé— que compramos aparatitos de los EEUU o de Corea y no sabemos qué contienen. Dejamos entrar en nuestro teléfono aplicaciones diversas, algunas dede Rusia y otras desde diversos países como China, sin saber qué hacen una vez que están dentro de nuestro bolsillo.

Cuando compramos el teléfono o el ordenador sabemos qué programas contiene a través de sus iconos. Pero es MUY sencillo tener instalados programas sin iconos de arranque. Programas invisibles que nosotros no somos capaces de ponerlos a funcionar, excepto que ellos reciban una orden determinada no se sabe desde donde.

¿Alguien puede asegurar que si entramos en guerra o conflicto con un país determinado, no se nos apagarán nuestros ordenadores o teléfonos sin decirnos nada? 

¿Es posible que al igual que son capaces de almacenar por qué calles nos movemos, cerca de qué otros teléfonos estamos, y hablando con ellos incluso a viva voz, a base de detectar cuantos segundos estamos parados un teléfono junto a otro teléfono; que todo eso no se puede utilizar cuando alguien quiera para tomar decisiones?

¿Somos libres o nos dejan ser libres hasta que llegamos a la valla que cierra las salidas y entradas, para empaquetarnos?

17.9.24

Los alquileres en España son un problema histórico


No somos conscientes del problema tremendo que suponen los precios de los alquileres en España, lo que impide la emancipación de los jóvenes y que ya dura excesivos años, tantos como que veremos los efectos de este error en los próximos años a nivel sociológico y económico. 

No solo de natalidad viven las sociedades, pero es cierto que la natalidad es un factor primordial y que el precio de la emancipación logra frenar el recambio generacional lógico.

Los precios de la vivienda tienen que ser controlados y para eso hay diversos modelos. Sabemos que desde las Comunidades Autónomas en España no se quiere colaborar por falta de financiación, de presupuesto. 

Y también sabemos que el tema de vivienda está traspasado a las Comunidades Autónomas. Una pescadilla que se come la cola si no somos capaces de ponernos de acuerdo.

O bien la Vivienda pasa de nuevo a ser competencia estatal y se empiezan a construir miles y miles de viviendas nuevas, y a comprar y restaurar miles y miles de viviendas antiguas en barrios claramente ya viejos, o no hay solución. 

Las ayudas al alquiler se pierden en el limbo de los papeleos y no son una solución a largo plazo. Muchas veces esas ayudan alimentan a que se suban los precios del alquiler y se las lleven de forma indirecta los arrendadores.

La única forma de evitar que el mercado siga subiendo los precios de los alquileres de primeras viviendas es que haya mucha más oferta que demanda y que estas viviendas estén destinadas a los alquileres para familias con pocos recursos.