El estrés es un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y los ictus cerebrales, y no se tiene en cuenta a la hora de elaborar los riesgos laborales o sociales, que llevan a las personas a enfermar y sobre todo a empeorar sus diagnósticos médicos.
Se ha realizado un amplio estudio con un número de personas que ya tenían problemas cardiovasculares y dividió a estos pacientes en dos grupos de forma aleatoria: mientras un grupo seguía el plan de prevención secundaria normal —basado en el ejercicio físico, una dieta sana, fármacos, etc.—, al resto se le incluía también en un programa
de
relajación y meditación trascendental, es decir, una técnica sencilla mediante la que se consigue un estado de meditación-relajación que, vistos los resultados del estudio, se ha mostrado eficaz para la prevención secundaria cardiovascular,
"el grupo que practicaba la meditación trascendental veía reducida en cerca de un 47% el riesgo a una recaída comparándolo con aquellos que seguían el plan normal", explican el director del Centro para la Medicina Natural y Preventiva, Robert H. Schneider, uno de los autores de este estudio. Pero ¿cómo de importante es controlar el estrés para evitar un infarto cardiaco o un ictus? "Es tan importante como puede ser otros factores como la hipertensión, el colesterol o la obesidad", afirma tajante el doctor José Luis Zamorano, director del
Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
"El estrés es uno de los factores responsables de la subida de la tensión arterial que, a su vez, tiene un gran peso en los cuadros de enfermedades cardiovasculares. Además, sólo hay que observar que en la curva de edades donde más trastornos cardiovasculares se producen, hay una fuerte subida en aquellas personas adultas activas", añade el doctor Zamorano.
Precisamente, uno de los resultados más importantes del estudio que dirige el doctor Schneider se centra en el descenso de la tensión arterial sistólica (la cifra más alta de las ddos) en casi 5 mm. de mercurio. "Para darse cuenta de lo negativo que es el estrés en la salud, los especialistas lo dividimos en dos tipos", comenta el doctor José Calabuig, cardiólogo de la Clínica Universidad de Navarra. "Está el estrés físico, que se da, sobre todo, en la gente joven y cuando se practica un ejercicio físico severo y que deteriora el sistema inmunitario haciendo al cuerpo más vulnerable a las infecciones. En segundo lugar, nos encontramos el estrés psicosocial, que se relaciona con las hormonas del estrés y a largo plazo puede producir alteraciones en el sistema inmunitario", asegura en doctor Calabuig.
"Pero es más, ya existen estudios que también se atreven a relacionar los altos niveles de estrés con el cáncer, por lo que estamos hablando de un factor de riesgo de primer orden", añade el doctor Calabuig.
En España el médico no trata el estrés, se sabe que existe, pero no se trata médicamente y, sin embargo, no sirve con decir al paciente que intente llevar una vida más reposada, sino que necesita ayuda.
Por ello, además de paliar con medicamentos la hipertensión, el colesterol y recomendar tanto el ejercicio como una vida sana, también se aconseja una gestión apropiada del estrés. "Aunque en EEUU y en algunos países europeos, como Alemania, ya se trata como un factor importante en muchas enfermedades, en España y otros países existe el problema de que no se conoce la trascendencia dañina del estrés por lo que hay muy pocos centros de rehabilitación cardiaca", comenta el doctor Zamorano.
"Sólo doy un dato: en España se producen cada año unos 70.000 infartos. De los 30.000 que sobreviven a este ataque sólo un 4% lleva a cabo un programa de rehabilitación cardiaca. La conclusión de todo esto es que se está infravalorando al estrés, un error que puede costar vidas", afirma el doctor Calabuig.