En recesión, cuando la demanda agregada y la producción no crecen como deberían crecer, el gobierno utiliza las políticas que tiene en mano para intentar ajustar un poco el ciclo. La política monetaria de la que antes disponíamos se ha ido a parar a manos europeas, ya no es competencia nuestra, y tenemos que arréglanoslas como podamos con las políticas fiscales de las que disponemos, pero esto encierra algunos problemas genéricos.
En primer lugar, podemos simplificar toda actuación política en: incremento del gasto público, o reducción de ingresos públicos, y debemos elegir que medidas afrontar de cada opción, aunque ninguna sea perfecta.
Hay quienes defienden que el gasto publico es lo mejor, pues es un incremento de la demanda agregada directo, sin filtro. Esto es, que si el gobierno invierte digamos, un millón de euros en una serie de infraestructuras, ese millon es como mínimo un millón más en la economía, de forma segura. Además, una vez que los trabajadores hayan cobrado ese millón, el efecto multiplicador hará que vuelva a la económica en forma de consumo.
El problema básico es que se ha demostrado (o hay estudios que así lo muestran), que no es todo lo eficiente que podríamos pensar. En primer lugar por que existen retardos, y esto quiere decir, que desde que se ve la crisis, se toma la decisión, se actúa, se construye, y se paga, pasa un tiempo. Los efectos no son inmediatos, y eso puede afectar ya que no sabemos muy bien en que parte del ciclo estaremos cuando realmente funcionen las medidas.
En segundo lugar tenemos a los ingresos públicos. Si reducimos los impuestos, tendremos más dinero en nuestro bolsillo para gastar, pero ¿Lo vamos a gastar realmente?
Los 400 euros de Zapatero es un buen ejemplo. ¿Los hemos gastado, o los hemos ahorrado? Por que el ahorro tiende a incrementarse en épocas de crisis, y eso hace de filtro a la hora de pensar si todo lo que no va a ganar el sector publico va a ser invertido en la economía vía consumo.
De hecho, día a día el consumo está bajando (ahora con las rebajas ya veremos), y es posible que no cuente tanto la renta disponible como el gasto psicológico que queramos hacer.
Aun así, lo que está claro es que el déficit se va a incrementar. Y en si no está mal, porque necesitamos políticas contracíclicas que nos suavicen los bandazos de la economía.
Un problema vendrá cuando pase la crisis, ¿Qué haremos con todas las medidas excepcionales? Las mantendremos, incrementando el déficit más aun, o les diremos a todos que se han acabado las ayudas. Recordemos que por muy bien que este la economía, a todos nos jode que nos dejen de dar dinero.