16.1.09

La inteligencia social ante la guerra de Gaza

La guerra es un acto político, un acto violento pero que entra dentro del trabajo de los políticos. Por eso es exigible que sea también un acto inteligente.
Efectivamente, entre las numerosas formas de dividir las guerras, está el separarlas entre inteligentes y bobas, entre lógicas e inevitables, entre absurdas o suicidas.
Por eso el trabajo de los políticos que después de que se crea un conflicto deben negociar y mediar, tiene que tener en cuenta todas las variables posibles, incluida la de conseguir que no ganen los listos por listos, a costa de los que no les cabe otra posibilidad, que ser los tontos de la guerra.
Tener la razón no siempre es suficiente y menos cuando está en juego la vida de muchas personas. Pero también es cierto que hasta que no se ponen encima de la mesa de negociación suficientes muertos, no se avienen las partes a atusarse los pelos.
Triste drama que se sepa de antemano, que es necesario tener mil, un millón de muertos, para que quien negocia pueda imponer sus ideas.
Por eso es necesario que los políticos sean inteligentes y no esperar a tener el número de civiles muertos suficientes, para negociar y ceder desde e dolor insoportable, hay antes que emplear a los amigos o exigir justicia abriendo en canal toda su mano izquierda.
Creo que hay en Gaza unos “listos” masacrando a los palestinos, para dar ejemplo a Irán de que contra ellos no se juega. Por eso seria deseable que Hamas se planteara una de estas dos opciones.

Una, pedir perdón y volverse todos judíos y negros.
Dos, exigir a Irán de una puta vez que diga algo con fuerza o calle para siempre.

Con sinceridad, no sé que sería peor para Europa.