1.1.09

La contabilidad de la Expo 2008 hace sudar.

Como se temía, la contabilidad explicada tarde, de la Expo 2008, es tan urgente y mal planificada como muchas de las obras de acompañamiento de la propia Expo.
La Expo ha sido una ocasión perdida de conseguir que Zaragoza despegara en el mapa europeo, pero además ha sido otra ocasión más de endeudarse para casi nada, en obras mal planificadas, inútiles en algunos casos, caras y sin control del gasto, sin pensar en el futuro sino sólo en el presente.
Casi todas las obras "buenas" eran proyectos que deberían haber sido inaugurados antes del año 2000 y que Zaragoza como Aragón conllevaba como un déficit histórico en cuanto a inversiones públicas estatales.
Pero lo grave no son estas obras, sino sus acompañamientos.
Nombrar el azud, el teleférico, las riberas del Ebro sin cuidar, todo el recinto de la Expo sin futuro claro, es una pena.
La mala (nula) proyección mundial de la Expo es de premio a la estulticia. Aquí ya no cuentan los dineros perdidos en inversiones inútiles sino el no aprovechamiento de lo que pudo haber sido y no fue.
Pero en este país, Aragón, no pasa nada, nunca pasa nada.
Así nos va.