Nada hay peor para la izquierda que no saber ser de izquierdas según los tiempos, no detectar que la derecha es muy lista y capaz de construir sus propios teatros sobre los que la izquierda pueda representar sus obras dirigidas por las derechas y sin que se note. Lo peor que le puede suceder a la izquierda es que se apoderen de sus ideas, las transformen las derechas de libro, las retuerzan y las sirvan esas mismas derechas haciéndolas pasar por ideas de izquierdas, pero ya cocinadas y aliñadas.
Sucede ahora ya con la buena idea de los ERTE, que tuvieron su sentido en un momento crítico del confinamiento cuando había que cerrar empresas temporalmente para que los ciudadanos se quedaran en casa, y que ahora con el aplauso nada crítico de los sindicatos, se han convertido en auténticas trampas laborales, imposible además de explicar que se están convirtiendo en algo negativo.
¿ERTEs hasta cuándo? ¿A todas y todos… y por qué?
El propio Sistema de empresa ha aprendido a vivir de y con los ERTE, es decir, a utilizarlos como hace siempre con las leyes, para sus propios beneficios. Y tenemos ejemplos de todo tipo ya en medianas y grandes empresas. Que mantienen en ERTE a parte de su empresa, mientras el resto trabaja más por menos coste, con horas extra sin cobrar y con el miedo sobre el cuello.
¿Hasta cuándo puede soportar España los ERTE? O lo que es igual ahora que nos hemos acostumbrado a vivir de la deuda siempre y como método de engañarnos todos.
¿Cuántos de los empleos de este septiembre acoplados a los ERTEs son en realidad empleos destruidos que están agarrados con las pinzas del disimulo?
¿El Sistema Capitalista no vive precisamente de purificarse él mismo a costa de cerrar las empresas que no son rentables?
En la crisis del 2008 la sociedad soportó —con los dineros de todos— el rescate a los Bancos que por cierto además de seguir ganando más juegan ahora a dejar degradar el mercado inmobiliarios provocando incluso a parte de los okupas. Y en esta crisis del COVID-19 la misma sociedad va a soportar que empresas NO rentables desde hace mucho tiempo, que una economía productiva engañosa en la España de la mentira consentida, se sigan salvando a costa de que todos los españoles nos endeudemos más y más.
Seamos sinceros. Si una empresa no es rentable y no queremos que desaparezca, si no queremos que cierre, convirtámosla en una Cooperativa entre todos sus propios trabajadores, para que sean estos los que gestionen los dineros que cuestan los ERTEs en forma de crédito para reflotar la empresa.
Es decir, que el dinero público, el de todos, sirve de verdad para que si hay que salvar una empresa en quiebra, esta empresa revierta a todos pues el dinero de la ayuda es de todos.
A esto lo llaman Comunismo los neoconservadores de libro y universidad fina.
Es lo que ellos intentan que sea un insulto, absurdo por cierto pues el comunismo quebró hace ya algunas décadas.
No existe el comunismo, excepto para insultar. Es simplemente sentido común.
Si con nuestro dinero se salva una empresa, algo loable y lógico, debe revertirse como poco a sus trabajadores. No a los empresarios que no ha logrado hacerla funcionar. Y si no al Estado, que sería hacer algo como se hace con el capitalismo chino, que ya hace décadas dejó de ser comunismo para ser capitalismo estatal o de Estado.
No, no hay que equivocarse, no busco el espejo de China, que los críticos son muy agudos con sus lanzas. Ellos aprendieron que el capitalismo transformado puede ser bueno, nosotros deberíamos aprender que el socialismo adaptado al siglo XXI debe ser bueno.