25.5.23

Ocho ayudas para intentar ser más feliz

Cualquier día de cualquier mes es un buen momento para comenzar el año, para plantearnos cambios, para intentar ser más felices incluso. El año empieza dos veces, en enero y en septiembre. No desaproveches una de ellas. Pero puede empezar cuando tú quieras, el día que decidas. Si quieres hacer cambios en tu vida… no hay días marcados.

Ser feliz depende de ti, no es sencillo serlo porque recibimos muchos impulsos para restarnos posibilidades de defensa, pero la mayor de todas —nosotros mismos— no nos la pueden quitar. Podemos ser lo que queramos ser.

Hemos dicho varias veces que hay que vivir el día a día, disfrutar el momento, con la carga aprendida del pasado. Pero solo sirve para eso el pasado, para aprender. Para tener experiencia…, sea buena o mala.

Si no hemos logrado el éxito, si consideramos que hay errores en nuestra vida, es inevitable desaprender lo que nos ha sucedido, esa experiencia negativa que nos pesa en exceso. pero nada más que eso.

 La opinión de los que nos rodean tiene una importancia, pero solo relativa. Si nos resta libertad de acción, si se convierte en una pequeña dependencia, hay que alejarse de esas opiniones.

No necesitamos para vivir que los que nos rodean aprueben nuestra forma de ser y vivir. Si somos libres e independientes, debemos defender nuestra libertad e independencia y seguir siendo como deseemos ser.

Está prohibido tener prisas para nada. Prisas vacías de objetivos no sirven. La mejor forma de vestirse rápido es haciéndolo despacio.

En la vida hay que tener muchas actividades, no todas con la misma intensidad, pero varias de ellas deben ser de segundo nivel y al menos un par de ellas de primer nivel. No te ates a un solo saco vital de actividades, pues si te falla… se te cae un pilar fundamental para sentirnos más útiles.

Todos sentimos miedos de algunas cosas, es inevitable. Pero lo malo es cuando estos miedos nos sujetan en nuestras actividades. Hay que vivir con la libertad de que somos capaces de vencer los miedos, incluido el de la muerte. Somos seres capaces de vencer muchas más dificultades de las que nos creemos. Por eso somos geniales.


Pegatina de la Transición. Libertad de Opinión

La anterior es una pegatina de la época de la Transición en España. Gritaba o pedía Libertad de Expresión desde el papel impreso, pues no la había en la calle. 

Te podían detener, darte una paliza y llevarte ante el juez por llevar un jersey rojo a una manifestación o por escribir unas palabras en Andalán. 

Ahora sí tenemos Libertad de Expresión, pero censurada por nosotros mismos, que es la más cruel manera de censura. Y curiosamente hay un exceso de insultos en la vida cotidiana, en las Redes, incluso en los comentarios de los medios de comunicación digitales serios, sean del color que sean.

Nos auto censuramos… si somos o decidimos sentirnos responsables de lo que decimos, mientras otros van repartiendo las basuras y los vómitos sin saber si son ciertos. O lo que es peor, sabiendo que son mentira, pero algo queda.

No quiero dar pistas, no me corresponde a mi, pero en estos meses han sido muchos los que han mentido y los que —aunque vayan a misa los domingos— no irán al cielo. Los han engañado, los curas no perdonan del todo, solo lo parece. 

Volverán las oscuras golondrinas a traernos pegatinas de libertad cuando nos hayamos cargado la democracia del todo. No nos daremos cuenta y casi es lo mejor, que no seamos conscientes de lo que estamos haciendo, para evitar malas hostias.

Ajovín