7.12.12

Todos somos cómplices de la inmoralidad bancaria

Es inmoral que las ayudas que nos manden desde Europa para rescatar los bancos españoles los tengamos que pagar entre todos nosotros, con nuestros impuestos, mientras que si dejamos de pagar 300 euros a un banco nos puede perseguir con saña y nos aplique unos costes brutales. Ya se sabe que gran parte de estas ayudas nunca las podrán devolver los bancos.

Pero más curioso es que estas ayudas que al final tendremos que pagar nosotros y no los bancos, se tengan que dar por malas praxis bancarias y financieras. Se las regalemos por que los dirigentes bancarios de variado nivel han jugado con nuestros dineros hasta perderlos, han entregados créditos sin control a particulares y empresas, han apoyado a gobernantes para seguir jugando con sus inauguraciones sin necesidad.
Y lo increíble es que nadie tenga temor de terminar en un juzgado, que no haya imputaciones posibles, que se hayan asegurados jubilaciones tremendas, que tengan patrimonios repartidos y recolocados. ¿Para qué tenemos leyes?
Y mientras tanto los ciudadanos seguimos pensando que la culpa es de los políticos, cuando nosotros somos quien los elegimos, luego, somos como mínimo cómplices necesarios de estas incapacidades o trampas compartidas.

Diario personal de pequeños placeres íntimos

Debemos conocernos mejor, saber qué nos hace felices, qué nos logra disfrutar ante la vida. Vamos a realizar un ejercicio literario muy sencillo, que nos ocupará cinco minutos cada día, y que iremos haciendo durante un mes en una libreta, a la hora de irnos a la cama. Será como un diario personal en donde apuntaremos algunos asuntos íntimos y personales.

Cogeremos una libretita secreta, que no nos la lea nadie, e iremos apuntando cada noche los cinco pequeños placeres de ese día. Efectivamente, si un día no es posible, pues no se hace. Simplemente cinco pequeñas cosas que nos han gustado, no se trata de buscar grandes regalos, sino pequeños placeres. No te preocupes por su importancia, escribe las mejores cinco pequeñas cosas cada día.

Del tipo:

Me han gustado las patas fritas de aperitivo.

Me ha encantado el beso que me ha dado mi hijo

He sentido muy dentro el abrazo de mi marido

La tranquila música que he escuchado a media tarde

Me ha gustado masturbarme, pues disfruto

Me sentí muy bien en el paseo por río

Me gusta la conversación de Laura

Al cabo de pocas semanas tendrás una larga lista de pequeños placeres, tus placeres, separada por días. 

Y aunque algunas acciones se habrán repetido tendrás un retrato de tus gozos, de tus maravillosas cosas que SI te gustan. 

Incluso de los pequeños trucos que empleas para intentar ser feliz. 

Ya sabemos qué es lo que nos ha gustado en un día determinado, qué es lo que debemos buscar para ser un poco más felices en el resto de los días.