17.1.14

La sociedad odia a muchos políticos y alaba a unos pocos. Me he perdido y no sé donde

Dicen que la sociedad odia a los políticos y es mentira. Que ya no creen en nosotros, dicen que hay una desafección brutal y es mentira. No lo vemos o no queremos mirar, pero hoy en Zaragoza me he dado de bruces con la realidad inentendible por mi. Yo soy el equivocado.

A la tarde ya oscura paseaba junto a un Centro Comercial cuando un buen montón de personas se amontonaba junto a una vallas metálicas junto a unos guardias de seguridad. Algo debía haber sucedido. Unas 80 personas esperaban algo, sujetas a las vallas.

Dentro del Centro Comercial de logo verde el revuelo era amplio e incluso sonado por las muchas personas que llenaban la planta. ¿Quien firma libros? Pues si. Un político.

Miguel Ángel Revilla intentaba sacar la cabeza entre tantas personas, lo conseguía aupándose todo colorado y casi angustiado aunque le gustaran los atascos, con la cara fingida de alegría pues le atosigaban hasta casi preocupar.

Jope con la política, he pensado, a mi solo me saludan en mi barrio y para preguntarme por lo suyo. Debo hacer un cursillo de anchoas, salir más en la tele o ser mucho más bajito. Si no, es imposible triunfar.

¿Edad, tipo de personas haciendo fila?, pues de todo oye, incluso he reconocido a un militante del PAR y a un joven que siempre va con la bandera republicana. En algo me he perdido. 

16.1.14

Joaquín Costa dijo: Hay que elegir políticos sin cargos en los últimos 25 años


Crece el sentimiento nacionalista y con ello el separatista, mientras se radicaliza también el sentimiento contrario para evitar todo intento de pensar en este tipo de opciones. Este 2014 nos va a llevar hasta situaciones y movimientos nuevos que todos los responsables van a intentar llevarse a su redil.

Lo cierto es que crecen los nacionalistas pero no los nacionalismos,  pero sobre todo por el asqueo general a los sistemas políticos actuales. La sociedad huye de la política como nos repiten todos los sondeos y piensa que escapando de la actual situación política se cambia de modo de convivencia social. Error importante.

Ni la independencia, ni la república ni una dictadura militar resolverán las desafecciones actuales, los modos políticos desviados. Crearían más tensiones cuando no más sangre y retrocederíamos décadas para no garantizar que no se volviera al sistema actual una vez agotada la novedad. La historia se escribe con idas y venidas.

Decía Joaquín Costa hace un siglo que había que regenerar totalmente la política despidiendo a todos los políticos a la vez y no dejando que se presentara ninguno que hubiera tenido puestos de responsabilidad política en los últimos 25 años. Era (y es) una manera de regenerar y cambiar a las personas.

Crece la radicalidad social, se note o no se note, pues ante la falta de soluciones a los problemas se siguen buscando otros y todos nos movemos hacia los extremos en su búsqueda. La sociedad se queda quieta hasta que dejar de estarlo. Y nadie es capaz qué mueve a que una sociedad se equivoque. O acierte. Tampoco esto lo saben los que gestionan las sociedades.