8.2.15

La salida de España es la competitividad en excelencia y calidad

Las naciones necesitan a las personas para levantarlas o para hundirlas. Se necesita a la persona y su capacidad para trabajar bien, en busca de la excelencia, laborando en equipos y junto a otras personas, para lograr una competitividad que sea capaz de crear riqueza para el país y para las empresas en él constituidas, que nunca debe ser lo mismo que sólo riqueza para los dueños de las empresas, pues estas son en realidad un activo de muchos más factores para una sociedad, que los simples accionistas.

Solo aquellas empresas que sean capaces de crear equipos inteligentes, que sepan gestionar la producción, el esfuerzo, la excelencia de sus productos, los mercados sobre los que actúan, la formación continua de sus integrantes y la motivación con justicia laboral, lograrán triunfar en este presente nuevo que nos va saliendo tras la crisis profunda.Y España necesita sin duda de grandes empresas pequeñas que se quieran convertir en medianas.

El futuro próximo será de aquellos que entiendan que nuestro espejo es la competitividad en excelencia y calidad y no el abaratamiento de los costes a base del empobrecimiento de todos los factores que intervienen en una empresa. Hay que estimular el crecimiento empresarial desde unas normas lógicas de funcionamiento, donde no exista la miseria ni el abuso, y sí el benefio del bien común de una sociedad y sin duda el beneficio de los que aportan su propio capital para que los riesgos de una empresa funcionen. Pero para conjugar todo esto, hay que poner normas. Y asumirlas.

6.2.15

Ideas para los responsables de los Recursos Humanos en las empresas

En el trabajo, cada día más la tecnología sustituyen la labor e incluso decisiones de los operarios, de las personas. Podríamos pensar pues que la importancia de las personas es cada vez menor en todo proceso productivo. 

Y siendo cierto en algunos aspectos, no lo es en su global, pues los caminos para convertir los equipos humanos en excelentes tocan muchos aspectos además del meramente funcional.

No todos los integrantes de los equipos humanos tienen la misma importancia a la hora de tener que valorar su capacidad para tomar decisiones. Por eso es fundamental diseñar qué tipo de decisiones operativas deben y tienen que realizar cada integrante del equipo y distribuir las tareas con arreglo a las capacidades de cada integrante del equipo. Paree básico, pero se nos olvida en muchas ocasiones.

Debemos como responsables de los equipos productivos, que saber qué tipo de ideas, conocimientos, capacidad de reflexión y análisis, inteligencia y flexibilidad, capacidad de decisión y de plasmar organizadas sus ideas, tienen cada uno de los integrantes de nuestro equipo de trabajo.

¿Cuál es la capacidad de cada persona? ¿Son integrantes del equipo con cambio de velocidad física y mental? ¿que admiten diferentes cargas de trabajo según el momento? ¿saben asumir los errores y modificar hábitos con facilidad? ¿tienen capacidad de aprendizaje y de trasmitir sus conocimientos al resto de integrantes del equipo?

Es posible que en estos momentos de grave crisis económica y laboral, y por ello también productiva en muchos casos, nos estemos planteando excesivas solicitudes cuando a cambio les racaneamos todos sus derechos. En todo proceso de intercambio de conocimientos, hay que valorar y muy bien la calidad de la relación laboral, lo que se ofrece a cambio de la excelencia.