23.4.15

La diferencia entre legal y ético hay que acortarla

La diferencia entre legal y ético es poca o mucha, según de quien se trate. El señor diputado del PP Martínez Pujalte lo ha dicho muy claro. Cobrar 5.000 euros al mes de un constructor es legal. Lo es si se pide permiso al Congreso y si se declaran los ingresos a nuestra Hacienda.

Pero con sinceridad, ser un diputado muy importante y asesorar a un constructor no parece ético, aunque se sonría. 

Es un constructor privado, que se dedica a trabajos privados, pero esa mezcla no es nada buena y nos podemos ir hacia ella cada vez más si a los políticos y diputados los dejamos con sueldos bajitos. Y no es ético simplemente porque sus conocimientos y relaciones son por su cargo público. Son muchos años cobrando de político como para que no pensemos que la mayoría de sus conocimientos actualizados los tiene por su dedicación a la política representativa. Que luego los ponga al servicio de una empresa constructora privada será legal, pero no parece ético, aunque se pague IRPF.

22.4.15

Nuestra propia empresa somos nosotros mismos

Si solo tienes una fuente de ingresos económicos, debes mirar todo tu proceso vital y empezar a buscar alguna manera añadida de lograr ingresos. Muchos o pocos, intermitentes o fijos, pero hoy es necesario tener al menos dos formas de ingresos por tus trabajos o servicios.

Ya hemos aprendido que el puesto de trabajo tiene un valor muy volátil y que sin poder hacer nada por evitarlo se puede perder el punto de ingresos por tu trabajo en muy breve tiempo. No pensar con fidelidad total por tu puesto de trabajo es un gran activo negativo para la economía del país, pues la fidelidad es un gran activo en las empresas, pero por desgracia nos han llevado a estas realidades. Nunca deben notarse estas situaciones de dualidad laboral o de ingresos, pero la empresa se defenderá, muchas veces prescindiendo de tus servicios.

Por eso es fundamental tener de antemano un sistema de recambio laboral al que poder agarrarnos y sobre todo sobre el que poder pivotar nuestro esfuerzo y hacer crecer en un momento dado. Nuestra propia empresa somos nosotros mismos.