24.9.16

Parque infantil, imposible en España

Voy a mostrar un pequeño parque urbano de la ciudad alemana de Friburgo. Es el ejemplo de que otro tipo de parques infantiles es posible, otro tipo de parques infantiles que en España NUNCA podrían construirse por las normas urbanísticas de seguridad. Pero que sin duda tienen unas calidades de uso realmente espléndidas para desarrollar a los niños. Veamos los motivos a los que me refiero.
Es un espacio en el centro de la ciudad, en medio de las calles céntricas y aprovechando lo que debió ser un huerto o un pequeño jardín privado de un edificio que ahora es público y que ha decidido aprovechar este espacio para un parque (casi) exclusivamente infantil.

Está en un pequeño alto, elevado unos dos metros sobre las calles. Cerrado totalmente, con puerta que hay que abrir para entrar. Hay escaleras y una rampa para personas con movilidad reducida. por si pudiéramos imaginar que es un lugar totalmente libre, que lo parece, hay un cartel en la entrada con un largo texto de normas para su uso, dirigidas a los adultos.

Dentro te encuentras una zona sombría, llena de árboles de sombra y sobre todo de todo tipo de juegos motivadores para niños, de lo más atrevidos. Piedras, tierra y rocas, maderas a diferentes alturas, troncos secos para subir o balancearse, etc. Este tipo de juegos “naturales” es imposible poner en España, donde terminamos envolviendo a los niños en algodones como si los niños de hace unas décadas, cuando jugábamos en la calle o el campo no hubiéramos sabido defendernos de árboles secos, piedras y rocas, campo y no baldosas antigolpes.

Hay bancos y zona para estar los padres, que según qué edad de niños, los dejan totalmente sueltos, pues saber que no se van a salir del recinto pues la puerta no la pueden abrir. En estos momentos una obra cercana ha cortado un trozo del recinto, que está vallado. Pero resulta curioso ese tipo de construcciones de grandes piezas de granito con esquinas, como en cualquier obra de las que jugábamos en la calle, y que el Ayuntamiento no tenga reparos en dedicarlo así, para parque infantil.

23.9.16

El Pilar de la Tolerancia, no funciona. Fallamos las personas

Esta imagen es de un aparatos que llaman detector de ruidos, un “Pilar de la Tolerancia” instalado en una plaza de la ciudad alemana de Friburgo. Efectivamente podemos ver que algunos ya han demostrado su intolerancia contra la columna, intentando romperla. Tontos hay también en Alemania.
Está instalado en una plaza no muy grande del centro de la ciudad, en una zona residencial en la que han montado varios bares y cafeterías y ponen este pilón para controlar los ruidos. Su funcionamiento es muy sencillo. 

Por la noche ilumina la zona con luces verdes que se tornan rojas en cuanto se superan los 70 decibelios, una cifra que ya los vecinos consideran alta. 

Aunque el problema real no es el número que se programa para que cambie de color las luces de la plaza. El problema es el acoso que desde el primer día realizan los jóvenes contra la columna. 

Roturas, pintadas, pegatinas, incendios, líquidos contra la zona alta, etc. Pero también y cuando les da la real gana, aplausos y gritos hasta lograr que cambie de color de forma provocativa y como si de un juego se tratara. Es decir, ha sido peor el remedio que la enfermedad. Sólo la presencia policial ha logrado mermar los ruidos que afectan a los vecinos.

La idea puede parecer buena, es sin duda un poco cara para tenerla que instalar en todas las calles españolas donde hay bares, pero sobre todo es incapaz de servir si no hay educación cívica para aceptarla y respetarla por todos.