26.9.16

Para la diabetes, huertos urbanos

En el barrio de Carabanchel, en Madrid, se dieron cuenta hace tiempo de que la naturaleza ayuda a curar. Pero no tomándosela, que sería la forma más conocida de usar lo natural, sino cuidándola, haciéndola crecer. 

En el Ambulatorio del Alto de Carabanchel tuvieron hace tres años la feliz idea de aprovechar una terraza del edificio para construir un huerto urbano, preparar 12 bancales para hortalizas pero no para los médicos o los enfermeros, sino para…, para los enfermos.

La idea es crear un huerto con fines terapéuticos para obesos diabéticos en el que participan 60 pacientes, la mitad sin utilizarlo pero estudiando su enfermedad para comparar con el resto, y los otros 30 cultivando el huerto y haciendo ejercicio, alimentándose más sano pues los productos se los llevan a su hogar, evitando las depresiones leves y realizando charlas y reuniones para compartir y hacer amistades. 

Una idea sencilla que tras su análisis final, habrá que ver si es posible exportarla a muchos más ambulatorios, para restar pastillas y añadir ejercicio y huertos urbanos. (La imagen es de El País Semanal)

25.9.16

Árboles mal podados en Zaragoza, que son troncos peligrosos

Estos ejemplos de una mala manipulación de la naturaleza en el urbanismo, se da en el barrio de La Jota de Zaragoza, por errores en la poda de los árboles. Pero existe no solo en muchas calles de este barrio, sino en otras zonas de la misma ciudad. Árboles que llegan a alcanzar hasta siete pisos de altura, buscando el sol que las calles estrechas no les dejan, y una equivocada poda de ramas, que por facilidad laboral siempre han quitado ramas bajas y nunca han podado las copas de los árboles. ¿Sirven para dar sombra? Pues si, es cierto, como empleando otros sistemas de poda y de ejemplo podemos poner a Burgos.
 
Paseo del Espolón, en el centro de Burgos. Es el mismo tipo de árbol
Estos ejemplares de plátanos de sombra crecen mucho por el tipo de suelo sobre el que se asientan. Zonas casi a nivel del río Ebro y de las que pueden lograr una gran humedad a poco que sus raíces perforan el subsuelo. Pero al final crean varios problemas tanto por el tipo de árbol como por el mal mantenimiento. Sus raíces más superficiales rompen las aceras, y son ejemplares peligrosos ante el cierzo o fuerte aire de la ciudad, pues en realidad son simples palos enormes y muy altos, con una copa arriba que los descompensa, que tienden a inclinarse. 

¿Solución? Muy mala, pues además, en caso de ser talados, dejan en el subsuelo toda una inmensa cantidad de raíces que impiden otras plantaciones en bastantes años después de la tala. O requieren un trabajo de limpieza carísimo. Además hay que tener en cuenta que las raíces se entremezclan con las tuberías del subsuelo, creando afecciones y averías.