11.12.16

De la ciudad al campo. Pequeños consejos

Todos conocemos a personas que siendo jóvenes y de ciudad han decidido dar el salto a zonas rurales, donde se han asentado, han montado pequeños negocios o simplemente se han puesto a trabajar el campo. Decisiones difíciles, muchas veces mal entendidas en sus propias familias, sobre todo cuando decidieron empezar esta nueva vida en localidad con las que no tienen absolutamente nada que compartir, pues no son sus pueblos de origen, ni de su familia.

Buscan la naturaleza, la tranquilidad, el silencio, el sosiego, incluso el primitivismo social. Algunos de ellos lo hacen dejando atrás buenos oficios, importantes formaciones universitarias e incluso trabajos de una remuneración media o alta. Buscan simplemente la paz interior, integrarse con la vida natural con todas sus consecuencias. Incluido integrarse con una sociedad pequeña en número, donde conocerse sea un activo constante.

Antes de irse, tras tomar la decisión de ir a vivir a una localidad pequeña, hay que dejar atrás hábitos, horarios y rutinas, a veces elementos de tu vida cotidiana, y sobre todo admitir que hay que explicarlo. Debemos estar muy seguros de nuestra decisión. No es fácil tomarla, pero es mucho más complicado volverse atrás.

Es bueno visitar el lugar durante unos meses, todos los fines de semana, antes de terminar de madurar la decisión. Incluso sin contarsela a nadie. Y analizar si es una comunidad que admite aceptablemente a “los nuevos” y que no son sociedades muy cerradas que cataloga de forasteros a los que llegan, incluso pasados varios años. Hay de todo entre las sociedades pequeñas.

Recuerda que cuando te vayas, varias veces echarás de menos tu vida anterior. Esto es normal, es el periodo de adaptación habitual. Mucha veces producto de una cierta soledad en la nueva zona, pues las relaciones no son tan rápidas como se preveía.

Hay que estar activo, encontrar tu nuevo trabajo si no has podido mantener el anterior. Y admitir que además de consumir menos, es posible que también tengan menos actividad económica, menos ingresos.

Al menos tu nueva zona vital debe disponer de lo básico. Una tienda, acceso a las comunicaciones actuales, un médico, una escuela funcionando por si tienes hijos, un local de convivencia tipo bar, acceso no muy complicado a una ciudad por si la necesitas, etc.

Cuando las personas han tomado esta decisión en solitario o en pareja, algo no estaba funcionando del todo bien en su vida anterior. Callarlo no quiere decir que no existiera. Y esa negatividad anterior debe servirnos para reafirmar nuestra decisión si vienen días de dudas. Por algo estamos aquí, por algún motivo tomamos la decisión que tomamos.

Por cierto, decisión que podemos volver a tomar a la inversa, aunque sea complicado explicarla otra vez. Sonríe, nada es para siempre. De momento.

Pero piensa también, antes de irte, que si lo haces por un problema, sea amoroso, laboral o familiar, estarán equivocándote. No se huye por problemas, este cambio no se trata de huir, sino de asentarse en una nueva vida. Por eso hay que planificar bien el cambio, estar seguro de que es una decisión vital y no el fruto de un gran cabreo.

Si no te gusta el trabajo actual que tienen, no es motivo para escapar al campo. Simplemente cambia de oficio o despidete. A la larga te saldrá más barato estar desempleado en tu ciudad que en una zona rural que no conoces.

¿De qué vas a vivir en tu nuevo entorno? Pues hay una lista de posibilidades más conocidas. Puedes trabajar montando tu servicio de carpintería, electricidad, albañilería o mecánica de automóviles y maquinaria agrícola. Puede analizar las posibilidades del turismo rural en la zona. Se puede trabajar en los servicios comunitarios de la zona, bien como voluntario o bien para los ayuntamientos, por ejemplo en bibliotecas o en atenciones a ancianos.

Es muy posible ganarse la vida con el Arte o la artesanía de todo tipo siempre que tenga un sello personal y para ello no se requiere una gran inversión. Puedes trabajar en peluquería, atención domiciliaria, limpieza, venta de productos de alimentación, servicios flexibles y muy variados a empresas que reclaman trabajos en domicilio, trabajos literarios o de traducción, venta por internet de todo tipo de productos grandes o pequeños, o trabajar relacionados con los productos de la zona como pueden ser quesos, embutidos, mermeladas o productos naturales de alta calidad.

10.12.16

Se necesitan jóvenes trainee licenciados

El mercado laboral todavía no ha superado la crisis y le está costando arrancar e incluso sus leves mejoras se van apreciando a golpes sin organizar bien. Pero comienzan a verses procesos de contratación, hacia perfiles de nuevo ingreso en el mercado laboral, hacia los recién titulados, con formación añadida.
                   
Dentro de este grupo, quienes en los últimos años hicieron las maletas para marcharse fuera de España y probar suerte en otro país cuentan en muchos casos con un plus frente a los compañeros de promoción que decidieron permanecer cerca de casa desempeñando un trabajo no suficientemente cualificado o un trabajo no relacionado con su área de estudios.
                                       
Desde Zaragoza, la consultora de recursos humanos Verker, a través de su responsable de la consultora, Rita Monreal, se explica que "en la actual búsqueda de perfiles, las empresas ponen cada vez más el ojo en gente joven que haya tenido una experiencia en el extranjero". Un cambio de tendencia que en su agencia han notado "especialmente desde el pasado verano 2016".

Una de las figuras que más se busca es la de "personas con talento, que empiezan desde cero en la compañía para que acaben ocupando cargos intermedios y altos", más conocidos como 'trainee'. Se les prepara un plan de carrera para que pasen por distintos puestos y departamentos de la empresa y así conozcan el funcionamiento de la misma antes de alcanzar las posiciones de gestión.
                                       
El haberse ganado un puesto de trabajo en un entorno adverso es, ahora, un punto a favor: "Se valora su disponibilidad, su proactividad, su dinamismo... y eso se encuentra en la gente que se ha ido al extranjero, ya sea al Reino Unido, Alemania o Rumanía, y ha tenido que buscarse la vida en un ambiente no siempre favorable".
                                       
Algunas de las titulaciones más requeridas en este tipo de ofertas de empleo son la de ingeniero de Telecomunicaciones o Administración y Dirección de Empresas, que suelen solicitarse junto con un MBA (máster universitario en dirección y gestión de empresas) o los puestos relacionados con la economía con estudios añadidos y personalizados hacia un área comercial o de gestión.

En estos momentos, según los datos del censo electoral de españoles en el extranjero, hay un total de 33.473 aragoneses en el extranjero, de los que un porcentaje importante corresponde a jóvenes de entre 20 y 30 años, las edades perfectas para volver a Aragón y España, es decir al país que les formó.