8.11.18

Los antibióticos se vuelven resistentes. Qué hacer

Se nos repite con insistencia de que los antibióticos no están funcionando tan bien como hace unos años, pues las bacterias mutan para que ya no les afectan los antibióticos actuales y este problema crece en un 1% cada 10 años. Si ahora son el 17% es un número ya muy preocupante que va en aumento. Desde la OCDE y admitiendo que no va a resultar sencillo ni barato crear nuevos antibióticos capaces de luchar contra la bacterias resistentes, exige unas medidas muy básicas para evitar en alguna medida que proliferen estos problemas.

—Lavarse las manos con mucha más frecuencia y controlar exquisitamente la higiene en los hospitales, estando en ellos el menos tiempo posible ingresado. La higiene es mayor si se está en hospitales de visita a atendiendo a enfermos. Y también debe aumentarse en el lavado de verduras y frutas que se comen crudas o con la piel. No tomar carnes mal cocinadas. Tener siempre separados los alimentos animales crudos y los cocinados.

—Crear programas de uso de los antibióticos, para que su prescripción no sea abusiva, sobre todo en niños.

—Emplear sistemas rápidos de análisis para determinar si estamos infectados por virus o por bacterias.

—Recetar antibióticos unos días después de los primeros síntomas para asegurarnos de que efectivamente, es un proceso que requiere antibióticos.

—Formación e información mayor a toda la sociedad, para que conozcan el problema y lo comprendan, por el bien de todos. NUNCA tomar antibióticos sin prescripción médica. NUNCA utilizar los antibióticos que hayan quedado de recetas a otros miembros de la familia. Llevar máscaras si se está tomando antibióticos. Vacunarse.


Habría que añadir un control mucho más riguroso de los antibióticos que les damos en ganadería a los animales que van destinados al consumo humano. Vacunarlos y no darles productos para su salud sin el control veterinario.

Este problema que en España es del 17% está muy mal repartido entre los europeos, ascendiendo a más del 35% en Grecia y con poco más del 6% en algunos países del Norte de Europa.

Nota.: El gráfico es del diario La Vanguardia.

El cuidador de enfermos o mayores, también necesita cuidados

Los cuidadores de enfermos y personas mayores también necesitan ser cuidado. Para que realicen mejor su trabajo, y sobre todo para que ellos mismos no caigan enfermos. Son un pilar social que se agotan y necesitan ser atendidos y entendidos.

El trabajo del cuidador es muy duro, no siempre comprendido, muchas veces muy poco valorado, realizado en silencio, casi siempre femenino (en Aragón un 89%) y sin ningún control formativo, lo que los convierte en trabajos en precario y sin las condiciones mínimas para que ellos mismos cuiden su propia salud.

Normalmente el cuidador tiene entre 45 y 65 años, que tienen que ajustar sus responsabilidades laborales, que llevan una vida muy intensa y responsable, en unos cuidados muy intensos que tienden a quemar a la persona que trabaja de cuidador.


Que muchas veces trabaja casi en aislamiento y sin poder explicar sus dudas y trabajos, con dolencias físicas de músculos y huesos, con problemas psicológicos de responsabilidad no bien gestionada, problemas de sueño y de descanso, de estrés negativo, tristeza social, incluso sensación de culpa sin ningún motivo, y sin duda sensación de que además de no estar bien orientadas siempre son las culpables de que algo no ha funcionado bien.

Cuando hay que cuidar a personas con intensidad, sin duda hay que recurrir a Centros de Día, a Residencias de Personas Mayores, donde además de estar mejor tratadas las personas que necesitan los cuidados, se evita hacer enfermar al cuidador. Pero para ello se necesitan dos variables imprescindibles. 


Ayuda pública en los precios de estos servicios y Control de Calidad para que sean mucho más que espacios de abaratamiento de la residencia de personas enfermas o muy mayores.