12.11.18

Vehículos autónomos públicos y masivos

Sabemos los técnicos sociales que hay un cambio escondido pero en grandes vías de investigación, para que las personas dejen de ser conductores de vehículos. De momento nos hacen creer que los vehículos autónomos serán coches individuales comprados por nosotros para ir de un lugar a otro sin tener que estar conduciendo. Y eso es literalmente mentira. Casi nadie está investigando para eso.

Se investiga y mucho para que los vehículos privados o públicos de transporte masivo de personas no lleven conductor y sean autónomos. Autobuses urbanos e interurbanos, tranvías, metro o redes enteras de transportes públicos en ciudades, en poco tiempo serán redes sin conductores. Porque eso es lo que les interesa a las empresas de estos negocios.

Conducir sigue siendo parte de un placer al que muchas personas no abandonarían aunque se inventaran coches autónomos. Pero en cambio lograr abaratar los transportes públicos, hacerlos más exactos en el paso de frecuencias, y sobre todo evitar que sean pasto de huelgas incontroladas, es algo que tienen en la cartera de la investigación decenas de departamentos de innovación. Y lo están consiguiendo.

¿Y no serán muy inseguros? Pues ese es el punto del conflicto, ya casi resuelto. Ven en 360 grados y son capaces de reaccionar ante un peligro de forma más rápida que una persona. Y sus datos de seguridad empiezan a ser mucho mejores que el de las personas, lo que nos llevaría a un futuro con bastantes menos accidentes de tráfico. Otra ventaja más en estas innovaciones.

¿Y cuánto queda para poder ver esto? Pues además de poderlo ver ya en alguna ciudad de China de forma experimental, posiblemente en 15 años sea un proyecto que ya esté funcionando en alguna ciudad europea. Si no es antes no será por no tener las herramientas, sino por los intereses econòmicos que estos procesos mueven y transforman.

Madrid y Barcelona deben aprender a vivir con el turismo

Todas las ciudades tienen sus rincones típicos, que se mantienen casi artificialmente para no perder esa imagen lograda con los años, y que algunos turistas van buscando como estampas que guardan en la memoria. Ahora las ciudades pelean por no ser parques temáticos y es lógico. Las ciudades nacen para sus habitantes, pero como todos ellos tienen que vivir en sus ciudades y con o incluso “de” sus ciudades, no está de más conjugar la vitalidad económica de las mismas pues además de crear empleo, garantiza un futuro, siempre que sepamos gobernarlas bien.

Ese doble juego de tener habitantes reales en los centros de las ciudades debemos unirlo a que las ciudades tengan la personalidad que se espera de ellas. Sea esta la que sea. Y aprender a vivir precisamente de esa “marca” de ciudad que les ayuda a tener servicios y vitalidad. No querer esto es reconocer que no se sabe gobernar el problema, gestionar los nuevos tiempos de las ciudades. Muchos años llevan grandes ciudades viviendo de esa tematización de sus urbes. Léase New York, París, Roma o Londres por poner ejemplos que no tienen duda.