25.11.18

Funeral de Franco. El miedo de las masas

Es muy posible que cuando se habla de Transición de la dictadura a la democracia en España, cuando nos vayamos en el pensamiento hacia 1975, nos imaginemos a una España ansiosa de recuperar la libertad y los sistemas sociales de los que gozaban en Europa, en los países vecinos, desde hacía décadas. Pero la realidad era muy otra.
Poco meses antes, en el septiembre de 1975 y tras los últimos fusilamientos sin garantías judiciales, el mundo había criticado con fuerza la dictadura de Franco y en España, en todas las ciudades, las personas adultas habían salido a la calle en manifestación a defender la figura del dictador. Los sindicatos verticales, los únicos, había apoyado que a las 12 de aquella mañana del 1 de octubre todos los trabajadores salieran a manifestarse. Y salieron, mezcla de miedo y de falta de formación.

Cuando el dictador murió meses después, tras una agonía que había sido transmitida casi en directo, en Madrid salieron miles y miles de madrileños a dar su pésame al que consideran “Papá Sociedad”. 

El Síndrome de Estocolmo junto al miedo, se había instalado con fuerza en la sociedad española de los años 70.

Cuando el cuerpo de Franco se pone en el Salón de Columnas del Palacio Real el día 21 medio Madrid intenta acudir a ver el cadáver. Cuando el día 23 se realiza el funeral en el Valle de los Caídos, acuden desde toda España miles y miles de ciudadanos. Como dijo Franco en su testamento, parecía todo “atado y bien atado” por lo que en los años posteriores lograr una libertad homologable a Europa supuso en trabajo de relojería social, complicado y a veces peligroso.


Contra la tristeza, sidra Zarracina

Este anuncio de Sidra Zarracina es del año 1944, ya hace años de aquello. Sigue existiendo aunque es verdad que no es muy conocida por el resto de España, y su mercado más penetrado es el asturiano e internacional con este nombre de comercialización, pero no así con el de Sidra La Asturiana, su otra marca de sidra espumosa.

Pero vayamos a sus inicios en 1927, como fabricantes de sidra. Y en concreto a este anuncio de la prensa de aquellos años. Se publicó en el año 1944.

Se anunciaba la sidra como un producto contra la tristeza, lo cual además de una novedad e incuso una osadía, tal vez sea una muy buena idea. No voy a animar a nadie al consumo de bebidas alcohólicas, en absoluto, cada uno somos libres. Pero mucho cuidado con tanta química de laboratorio en pastillas, que miles y miles de españoles tomamos para la tristeza, el cansancio, el estrés y la melancolía a la que le ponemos nombre de enfermedades.