25.5.20

¿Podemos desmasificar la sociedad para defendernos?

¿Es posible desmasificar la sociedad para defendernos? Aunque la primera pregunta sería si es necesario para podernos defender en el futuro a la sociedad de nuevas crisis de salud. Lo imposible —es en apariencia al menos— prohibir reuniones de “muchas” personas pues eso afecta totalmente e nuestra forma de vida pasada. 

¿Prohibimos el teatro, el deporte con espectadores, la playa como la conocíamos, las manifestaciones, las Ferias, las Fiestas de las ciudades y pueblos? La solución no puede pasar por evitar que se reúnan a la vez y en el mismo sitio más de una docena de personas. 

Incluso teniendo vacuna podrían surgir nuevas formas del virus y la solución no parece el confinamiento, la individualidad como nueva forma de estar entre la sociedad. 

Hay que aprender a mirarnos con nuevos objetivos, aprendiendo a medir el riesgo de otra forma, admitindo que el Riesgo 0 no existe desde la prehistoria.

Podríamos pactar un abandono de ciertas prácticas sin defensa, algo complejo pues depende de cada persona. O podríamos terminar —como parece lógico— en manos de la sociología para comprender las decisiones de las personas y trabajar con ellas. 

El problema de salud ha devenido en un problema económico en segundo lugar, pero también en un problema social tanto en el aspecto económico como de relación con la propia vida en sociedad. 

Y ante estos nuevos retos ya no deben ser los técnicos en Sanidad los que opinen, sino los técnicos en psicología social, en sociología, en economía.

23.5.20

Si es necesario hay que ser duros. Pero es mejor ser blandos

Mira, si creemos en el valor (invento) del mercado como regulador de todo en la vida, tenemos que creer en nosotros mismos mucho más. Todo lo que hagamos por egoísmo y por nosotros, será beneficioso para todos. Esos dicen los liberales.

No es fácil de explicar y mucho menos el lograr convencer, pero es posible intentar conseguir lo bueno para uno mismo, y no por ello intentar hacerlo a costa de lograr el mal para los demás.

Eso depende de las personas. La felicidad se logra repartiendo felicidad. La alegría y el amor también. Entregando se logra que te entreguen. Regalando que te regalen.

Trabajar para los demás supone recibir de los demás el agradecimiento. No hay que pedir nada, no es necesario. Tú mismo te lo entregas al saber que lo que has hecho está bien.

No tiene ningún sentido la acidez, la acritud, los ataques en vacío. Hay que ser serios, sinceros y responsables. Y si es necesario hay que ser duros. Pero solo si es necesario, no por vicio, por moda, por imbecilidad. El "buenismo" está muy bien, pero nunca hay que ser tonto, sino serio.