12.12.21

¿Por qué el Capitalismo sabe duran tantos años?


No siempre conocemos bien qué es el Capitalismo y sobre qué patas se asienta, y el motivo real del por qué no somos capaces de encontrar un sustituto que sirva y funcione socialmente mejor. Si fuera fácil, o incluso medianamente complicado, el mundo ya lo habría cambiado, que no haya duda, por muchas reticencias que hubieran puesto en estos siglos los que ellos mismos se consideran capitalistas y lo son de verdad, que son muchos menos de lo que lo dicen.

Llevamos más de un siglo intentando buscar un sustituto al capitalismo, aunque su existencia es posible que se alargue a unos cuatro siglos atrás al menos. Y no, todavía ninguna nación, sociedad o teórico ha sabido encontrar un nuevo sistema económico que logre desbancar al Capitalismo.

Lo han intentado con más ganas el comunismo, el socialismo, la Tercera Vía, el eurocomunismo o el anarquismo, pero no hay manera, el capitalismo tiene un mecanismo perfecto para defenderse, y muy básico. 

Sabe adaptarse a sus tiempos históricos. 

Esa es la regla de su gran éxito en el tiempo. Sabe adaptarse.

El capitalismo del siglo XVI no es igual al del siglo XVII ni esta al del XX o no lo será el del XX al que surja tras la pandemia del XXI. Sabe cambiar levemente, lo suficiente como para no morir, para salir triunfante y que nada cambie aunque parezca que todo cambia.

Ningún otro sistema teórico de economía global tiene esa capacidad de saber cambiar sin perder sus objetivos ni un ápice: ganar dineros para los "dueños" o "accionistas". 

Dineros en mayúsculas y en plural, pero no solo se trata de gana dinero en billetes, sino también en ganar dineros en muchas formas posibles, no siempre bien definidas ni detectadas. Y por eso precisamente no es eterna la vida de las empresas, simplemente porque ellas no saben adaptarse tan fácilmente a como se adapta el propio sistema teórico. 

Dicen que las empresas se hunden a la tercer generación, a lo sumo a la cuarta. Y generalmente es cierto. Están heridas desde su inicio de la enfermedad del egoísmo del ser humano. Egoísmo en ganar más de lo que se debe, o mejor dicho, es repartirse las ganancias más de lo que inteligentemente se supone que es lo correcto

O egoísmo en no querer aprender constantemente y tumbarse a la bartola, que es una manera de hundir una empresa y cien, de forma lenta pero segura.

No sé qué tipo de sistema surgirá tras la pandemia, ya en la treintena de este siglo XXI, hay varias opciones, pero sigo apostando a que el Capitalismo tal vez más Humano, seguirá dominando el mundo, desde China o desde los EEUU, desde Rusia o desde Corea del Norte (la Mala). No veo músculo intelectual para sacar un modelo teórico y práctico que logre convencer a las nuevas sociedades y que además sea válido para reestructurar el mundo.

Aunque sin duda necesidades hay. O entre vosotros los jóvenes tomáis con ganas el momento actual, o cada vez será un poco más complejo vivir como vivían vuestros abuelos en las últimas décadas del siglo XX.


Dios es comunista y nosotros sin saberlo. Gracias al PP


Una vez que ya nos van enseñando las gentes de VOX la nueva realidad mundial y que gracias a todos ellos hemos descubierto que el Papa es comunista (¿O ha sido el PP el que nos ha logrado abrir los ojos con el papa comunista y lo ha borrado en pocos segundos?) podemos dormir mucho más tranquilos. Si el Papa el comunista, es sencillamente porque Dios también es comunista. Así que a partir de ahora deberíamos decir Comunismo con Mayúsculas. El Papa es comunista, y la Virgen del Pilar y San Ignacio de Loyola, eso de entrada pues nos podríamos ir hasta San Jorge y sus peleas con dragones.

Lo que sucede es que hemos llegado tarde a esa conclusión, a la de que Jesucristo era comunista y su Padre también. Y hemos llegado tarde porque ahora ya no hay comunistas a los que agradecer su labor durante tantos años manteniendo el Cristianismo. O si los hay están encerrados en sus libros amarillentos. La sociedad de menos de 45 años le suena todo esto de las ideologías… a Escala en Hi-Fi.

Creo que el Marco político de este Siglo XXI ya no gira sobre las ideologías, que parecen más del Siglo XX, sino sobre los problemas de las personas, las ideas, las soluciones, la sociedad, lo "mio". Sería una forma de por ejemplo entender los nacionalismos como micronacionalismos, y al comunismo (otra vez con minúsculas) como simplemente Humanismo (con mayúsculas) y capacidad para comprender los problemas. 

Ya no nos interesa Europa, ni España o Aragón. Nos interesa Anzánigo, Guerrea de Gállego, mi acequia, soluciones o ideas para mi forma de vida, que está llena de problemas y que nadie parece conocer ni hablar. No hay Lucha de Clases, sino lucha de Problemas. 

Y como no hemos sabido hacer pedagogía durante décadas desde la izquierda pues creíamos que ahcer pedagogía era manipular a la sociedad, confundimos los que somos muy básicos la Política Económica o Medioambiental, con el precio de las semillas o con los aerogeneradores de mi entorno o con mi Estación de tren. Llegamos incluso a pensar que nuestro Jefe es una bellísima persona pues nos paga el sueldo que nos permite gastar en consumismo programado.