10.6.24

¿Qué es dimitir sin dimitir de/del todo?


Honra la decisión de quien al final entiende que debe dimitir, pues siempre es un verbo complicado de tomar. Y lo digo sabiendo lo que digo. Dimitir nunca es sencillo por varios motivos, aunque el cuerpo te lo pida casi como única salida.

Pero dimitir además de no ser sencillo como decisión es un acto complejo como estrategia, pues los vacíos son algo más que un hueco. No es tan solo la opción de buscar nuevos recambios y sustitutos en varios niveles, sino también la de respetar a quien llega.

Y en ese respeto entra sobre todo el de dar la opción lógica de entregarle todo abierto y vacío, para que tome las decisiones que correspondan a todos los niveles. 

Por eso dimitir tiene que suponer dejar todos los espacios, y si no se dimite del todo, simplemente no es una dimisión, sino un cabreo.

En la política española, que por cierto no está sobrada de buenas mentes lúcidas, dimitir es un acto que poco a poco se va produciendo con más asiduidad, y no siempre es positivo. 

Los huecos no siempre son fáciles de cubrir, y no siempre lo que llega es mejor que lo que se va, lo que debilita la organización. Pero muchas veces no hay otra solución mejor. 

SUMAR se enfrenta a nuevos tiempos que la pueden llevar al cementerio, pues no será sencillo encontrar recambios capaces de insuflar nuevas energías a un proyecto que tiene poco tiempo de vida y ya está quemada ante la sociedad. 

Desde la izquierda, en la izquierda, somos unos incapaces de entender qué es lo magro y qué las espinas y los dolores.


La izquierda a la izquierda del PSOE ha fracasado


De las Elecciones al Parlamento Europeo se pueden sacar muchas lecturas, incluso muchas de ellas interesadas para no decir la verdad. Cada uno puede barrer para su propia casa y así vamos, observando como los fascistas crecen. Se nos olvida que Hitler ganó Alemania desde unas Elecciones democráticas. Y que no estamos libres de que nuestras torpezas hagan repetir problemas parecidos.

Un dato hay claro. La izquierda a la izquierda del PSOE ha fracasado y se lo debe hacer mirar con calma. O con urgencia, pues dependemos de ciertas decisiones que tomen en los próximos días los partidos independentistas catalanes.

Solo seremos capaces de resolver deficiencias si somos capaces de admitir la mayor. Que en Aragón por poner un ejemplo: la compañía electoral de Sumar y CHA haya obtenido menos votos que ese nuevo partido festivo, indica que algo grave estamos haciendo mal.

A partir de esa tristeza por el mucho trabajo acumulado que lleva CHA en Aragón, hay que rediseñar el trabajo que se hace. No sirve de nada hacer mucho, sino hacerlo de una manera que llegue.

La sociedad es la que es, puede que no nos guste que sea capaz de votar a alguien que no conoce de nada, que no tiene programa electoral, que a lo sumo puede gustar su cara (o no) y el nombre elegido para su "Fiesta". 

Puede que nosotros pensemos que somos la leche, que tenemos toda la razón y las razones, incluso que nos equivoquemos pensando que son ciclos o que no sabemos comunicar. Que además ambos detalles son ciertos. Pero siendo ciertos no son suficientes.

Hemos cometido serios errores que están afectando a la sociedad. Hoy los jóvenes que votan cosas raras son los mismos jóvenes que no pueden emanciparse por no tener acceso a una vivienda. Y sus padres están viendo ese problema de sus hijos.

Esos jóvenes muy bien preparados que intentan marcharse de España, que no ver compensada su alta formación con empleos estables y de calidad, que además o no votan o lo hacen a "cositas".

No hemos sido capaces de articular cambios en la atención a personas mayores, tampoco a entender qué sucede con la Sanidad o con la Educación Pública, que observamos como crecen los problemas mentales y de soledad pero los observamos desde fuera.

No hemos sido —incluso con un ministro de Consumo— capaces de entender por qué antes en el Supermercado te gastabas 50 y ahora con los mismos productos te gasta 65. O por qué hemos permitido tanto engaño en tantos casos de Consumo a todos los niveles, admitiendo al final que el Mercado es el Mercado. ¿Eso es socialismo de izquierdas?

Por cierto, os comentaba que por error turístico estuve en un mitin en Rumanía de un partido ultra de derecha y prorruso, el AUR. Vi a sus militantes muy de cerca, a sus dirigentes, leí en castellano su programa electoral y hoy he visto sus resultados. Un 15% del voto. 

Julio Puente