19.3.25

Benetúser 5: Las tierras sin poesía


Tomemos un idioma, el castellano o el valenciano, y lo decapemos hasta llevarlo al límite de sus posibilidades, el ético y más el estético, ese en que nadie había estado hasta nosotros. Seamos rehenes de nuestro idioma, vivamos como héroes y saquémosle punta.

Sin pretenderlo, habremos hollado la sagrada tierra de la poesía, la de la economía de medios, la que nos hizo dependientes de los tonos a partir de las primeras canciones que cantaron los pueblos nómadas a caballo. Repitiéndolas de generación en generación hasta darles su interior dorado.

Alcancemos la economía de medios y fijación del presente de un haiku: la caída de un párpado poético de la mujer amada, que es la musa.

Elijamos sin embargo crear una burbuja económica, recuperar un territorio, compensarlo por ser una mina de producción de silicosis, una sierra arrugada horadada de la que desaparecieron las ovejas ojinegras y aunque su cantante en majestad recibiera el nombre de “El Pastor de Andorra”.

Para que estas tierras con mensaje, hijas del romancero popular minero, hogar de familias desplazadas a las que en Ojos Negros se les construyó cine y dispensario, letrina y cocinilla económica alicatada, lo pierdan qué mejor que someterlas con derecho administrativo.

Qué mejor que declararlas reserva india y concederles casinos, cicatrizar las muelas redondeadas de sus sierras con pistas de camiones, llamarlas especiales por los nunca impersonales fondos de inversión para cualquier eventualidad con supuesto rendimiento inmediato.

Adjetivarlas con proyectos de qué intereses generales cuando en sus yacimientos la humanidad produjo el primer hierro, recuperarlas a partir de zonas francas de actividad especial –las ZEE, zonas de actividad especial: esa idea china que sus inversores nos han devuelto a los aragoneses que sirvieron para desarrollar puertos con el modelo de Hong Kong en los que renunció al comunismo y a lo general, en que corría el dinero porque existió “el doble sistema” y se omitió poéticamente la palabra prostitución, permutándola por los masajes con final feliz -,

Así superaremos la poesía y volveremos a negar las muertes, seguiremos adelante reconstruyendo Ucrania menos su subsuelo robado y Benetúser con ese chorro incesante de cualquier procedencia que acalle la canción del nómada en su caballo, que pase a otra letra: que con sangre y deducciones por donaciones entra.

Vamos a darle una vuelta a los dramas y convertir a Lorca, la huerta sur de Valencia y las ciudades a las que dejará la siguiente riada en laboratorios de nuevas expresiones de derecho que generen, sin embargo, antiguos fueros y privilegios a costa de tu memoria y la de tus abuelos, el pastor y la hilandera de la rueca. A cambio de la resurrección de los moribundos.

Quizá ganéis en el cambio, algunos ya lo estaréis haciendo porque les dictáis los decretos de subvenciones. Sin zonas especiales fuera de la ley no hay inversiones chinas, lo probaron con su propio pueblo y memoria. Quedará decir que conservamos las tradiciones porque estamos haciendo una revisión de la gastronomía de la calabaza asada: el que no os conozca, que os compre (y que os lo informe y justifique).

11.03 Luis Iribarren

18.3.25

La Europa que no sabe leer la historia


Mientras vivimos el fenómeno Trump con dolor y sobre todo temor, hoy Israel ha vuelto a bombardear Gaza tras unas semanas de Alto al Fuego, y con más de 300 muertos en una noche. Aplaudido por los EEUU. ¿Hacia dónde vamos? No queda claro, aunque intuyamos que hacia unos espacios peores, menos seguros, más violentos.

Europa no puede hacer mucho y lo saben desde los EEUU y Rusia. Nos han pillado con la lentitud asentada entre nosotros como sociedad, unida a una indefinición sobre qué hacer. No existe la Europa Unida que sería necesaria ante estos tiempos nuevos, no hemos sabido leer la historia, no hemos previsto nuestras debilidades.

No hace muchos días escribía sobre el sentido que tiene ahora la OTAN, e incluso reflexionaba si tenía sentido seguir dentro de ella. Creo que incluso los propios EEUU se lo están preguntando. De hecho se dice que podrían ser ellos mismos los primeros que podrían abandonar la OTAN.

Y mientras en España nos seguimos preguntando, como en media Europa, si son galgos o podencos.

Desde que inventamos el Doble Lenguaje, es muy sencillo jugar a engañarnos todos con todos. Ya no se habla de aumentar los gastos en Defensa, sino en Seguridad. Que parece lo mismo, pero es que en ciertos casos sí es lo mismo, aunque lo utilicemos como una palabra para engañar.

Israel bombardea con aviones y bombas una ya destruida Gaza, pero eso ya no es lo habitual excepto que quieras machacar lo que ya está roto. O quieras matar a cientos o miles de personas que estaban en sus casas. 

Ahora las guerras son comerciales, tecnológicas, de inteligencia militar o civil. Y las Defensas o Seguridades deben contemplar estas nuevas realidades con suma urgencia. No se trata de fabricar tanques, sino de dotarnos incluso de una Defensa Civil que sepa entender los nuevos tiempos.

Y tampoco ante esto está preparada Europa. Ni quiere hacer nada la Liga Árabe por Palestina. Estamos en tiempos egoístas, en los que nadie quiere saber nada de nadie. Aunque todos estemos dentro de algún saco lleno de debilidades. 

No hay nadie en el mundo que sepa desenredar la cuerda tan liada, y sobre todo no hay nadie con poder para intentarlo.