3.11.25

La importancia de las recompensas en los niños para aprender mejor

Para aprender se necesita recompensar. Siempre, pero en los niños también. Con los matices necesarios pues tanto se puede hacer bien… como mal. 

Una recompensa para aumentar el aprendizaje debe ser casi constante, leve y nunca potente, adaptando los retos a la capacidad de cada niño. Todas las comparaciones son odiosas y entre niños puede crear dependencias.

Nunca debemos exigir al niño un ritmo de aprendizaje más alto del posible según sus capacidades. Pero también hay que tener en cuenta que debemos recompensar los avances logrados, sin dinero, sin objetos, pero sí con premios.

No estamos acostumbrados a premiar con algo que no sea dinero u objetos, creemos que no hay más elementos de premio. 

Pero hay muchas opciones más. 

Compartir tiempo con ellos es una muy importante, alabar su esfuerzo es otra, darles seguridad también, llevarlos a donde ellos quieren pues les gusta, enseñar a los familiares lo que han logrado, una palmadita en la espalda y que sepa que nos hemos enterado todos de su avance.

Es mucho más eficaz premiar que castigar. 

Es mucho más eficaz apoyar positivamente que reprender negativamente. 

Aunque para los padres sea más sencillo lo segundo y nos olvidemos de lo primero. Y nunca pidas a tu hijo aquello que ellos no pueden conseguir. Creará frustración.

¿Estaba el economista Karl Marx equivocado?

El economista alemán Karl Marx fue y sigue siendo uno de los personajes que dan al pensamiento económico y filosófico otro constantemente giros según los tiempos de análisis presentes. 

En vez de quedarme con algunas de las ideas políticas, vilipendiadas hoy en día por una experiencia pasada de la que muchos prefieren recelar, hoy paso directamente a la fuente de sus nuevas ideas, que son de hecho la fuente de una de las más feroces críticas hacía su propio pensamiento.

Marx era un economista que, lejos de lo que podíamos pensar, utilizaba bastante las matemáticas para plasmar sus teoremas en una base de economía operativa/analítica. 

A través de la misma, llegó a la conclusión de que el sistema capitalista, formado por las empresas, debía quedarse con una parte del beneficio, no redistribuido a sus trabajadores, que eran los que de verdad debían poseer ese beneficio, pues ellos lo habían “creado” a través de su esfuerzo.

Marx alude a que mientras existan estas empresas, por la competencia, los esfuerzos en la reinversión, se harían cada vez mayores, obligando a las empresas a aumentar esta llamada plusvalía, dejando a los trabajadores cada vez más desamparados. 

Esto llevaría consigo una polarización extrema de la sociedad, con unos pocos ricos y una gran cantidad de gente pobre que, una vez llegado el caso, y siguiendo con la llamada “lucha de clases” terminaría por imponerse al propio sistema.

La crítica surgida después termino por destruir la teoría, al observar cómo empíricamente las clases medias crecían cada vez más. Se alude que Marx vivió en los comienzos de la industrialización, época en la que sí hubo un retroceso de las condiciones de vida, lo cual pudieron llevar a su equívoco. 

En general, por tanto, se da hoy por descartada dicha teoría, ya que la sociedad en su conjunto ha crecido, y no se ha dado esa polarización.

Pero…, ¿Estaba realmente equivocado Karl Marx?

Podemos enmarcar a Karl Marx como uno de los economistas clásicos, que usaban aun técnicas rudimentarias de análisis económico. Aun así, el enfoque predominante de la época era el de la redistribución

¿Cómo se redistribuyen los bienes en la economía? 

Así que Marx, como muchos otros, dejaron más de lado el aspecto temporal. Marx no tuvo en cuenta el crecimiento económico que se derivaría de las propia generación de capital físico y humano. Pero esto no es algo que invalide aun más su teoría, sino algo que le da más valor.

Si aludimos al hecho de que es ese crecimiento intrínseco del sistema, la variable que hacía aumentar las rentas y la clase media, podemos pensar que una vez que se acabe este crecimiento, o cuando se frene, la situación pasará a parecerse más a la descrita por Marx.

Las revoluciones mismas consiguen aumentar la productividad de una forma inimaginable, pero es cierto que hoy los países avanzados crecen menos (año 2010) que los emergentes (cómo China, India o Brasil). Así que podríamos pensar que llegado el momento, las teorías de Marx vuelvan a encontrar su contexto y su validez. 

Cuando ese momento llegue, el ser humano, el trabajador: ¿seguirá siendo un factor productivo más, o se habrá convertido en el verdadero dueño de la cadena de montaje real que es la economía?