16.8.06

La PAZ se construye queriendo la paz

Dicen los que son profesionales de la guerra, que la paz es un periodo que existe entre dos guerras. Un espacio vacío en "su" tiempo. Pero para los que nos hemos acostumbrado a vivir en paz (qué malos chicos somos), la guerra cuando les afecta a otros es simplemente un drama, y nunca queremos ni pensar lo que sería si nos afectara a nosotros.

Parece que hemos entrado en un periodo de posible calma, en una paz hilvanada con hilo fino y posiblemente delgado, en donde todos han ganado pero incomprensiblemente todos han sufrido cientos o miles de muertos. Personas como tú y como yo.

¿Les han preguntado a los que han perdido a sus hijos, a sus familias, sus puestos de trabajo y sus hogares, sus recuerdos y su pasado…, si han ganado o perdido? ¿Importa eso?

Lo curioso es que desde este mundo casi nadie ha mirado el mapa, pocos deseamos saber cual es la historia real de los conflictos por si se contagia algo, preferimos ver en la pantalla tonta las imágenes y a ser posible que sean suaves y fuera de la hora de la cena para no molestar. 

Nos da igual si los que mueren son unos u otros, porque muchos de nosotros pensamos que son como películas americanas de una tarde de verano. Pero creo que a ninguna le van a dar el Oscar. Somos con perdón, unos inútiles útiles, que simplemente miramos.

15.8.06

Acerca de…, nosotros

Usted desea saber más de nosotros, lo intuíamos, pues no se apure, se lo vamos a contar, faltaría más.

Somos gentes de Aragón, un país de esta España compleja pero a veces incluso acomplejada, que no es capaz de asumir que dos más dos pueden ser más que cuatro.

De un barrio de la márgen izquierda de una ciudad grande que sueña.

Uno de nosotros tiene más de cincuenta tacos pero el otro está de buen ver y no llega a la veintena, que es una edad medio loca, medio maravillosa.

Somos personas cabreadas, sarcásticas, duras como el sol de agosto, impresores y diseñadores, fotógrafos y economistas, cocineros y escritores, traductores de libros y poetas que no saben escribir, bebedores de Jack Daniel's y de combinados sin alcohol, políticos de variado pelaje y soñadores de vidas libres.

Somos viajeros de todo lo que se nos presenta a tiro, amigos de poca gente para nuestro gusto pero amigos profundos. Amantes de la paz y de la libertad, de la justicia y de las injusticias, porque entendemos que dentro de ellas hay personas que tal vez necesitan un abrazo, de lo que no se ve y de lo que no nos quieren enseñar.

Somos pequeños imbéciles que disfrutan escribiendo y desnudándose, gritando a ninguna parte, volando con los dedos y el teclado.

Somos tú, porque ahora nosotros somos la voz de cualquiera que también esté loco, estamos dentro de tu casa. No tengas miedo, nos iremos en cuanto tú quieras que nos vayamos.

10.8.06

El valor de reclamar de los servicios malos

Hoy el Catedrático de Economía de la UB, D. Germà Bel publica en "El Periódico de Cataluña" un interesante artículo sobre el derecho y el valor de reclamar en los servicios que recibimos, cuando no son de nuestro agrado.

No se trata de ser unos toca narices, pero si de cuidar la calidad de los servicios que cada día son menores, por mor de reajustes de plantillas, de peor calidad humana y profesional en las personas que nos atienden o por ajustes de costos en los servicios.

Los servicios públicos deben tener que escuchar nuestra voz cada vez que algo creemos que no funciona bien. Ser lógicos en nuestras quejas, pero ser.

Y en los servicios privados la libertad de elegir tiene que ser nuestra mayor arma a la hora de quejarnos, sin que por ello no dejemos de informar a los responsables nuestra queja verbal y por escrito en hojas de reclamaciones si fuera necesario. 

En todas las empresas de atención al público hay un responsable, y podemos pedir el nombre de la persona que nos ha atendido para quejarnos de ella a su superior, además de existir la posibilidad de que solicitar hojas de reclamaciones oficiales para que quede constancia en consumo nuestra queja.

El silencio es la peor de las soluciones.

7.8.06

La soledad es no tener donde agarrarse

La soledad no se puede soportar. Es imposible estar sin ataduras vagando por la vida y estar cuerdo. No nos engañemos, necesitamos tener al menos una compañía suficiente, que nunca en todas las personas es en la misma cantidad, pero siempre es imprescindible.

Y si no lo tenemos fácil, que es posible, lo tenemos que seguir intentando todas las horas del día. Si queremos pescar hay que estar con la caña tendida hasta conseguir el objetivo. 

Necesitamos tener un hilo al que agarrarnos, pero no todos los días, tampoco es eso, sino cuando los aires vienen fuertes y es necesario contar con un agarre para que te ayude a seguir sujeta a la vida.

No lo dudes, si no tienen con quien hay que buscarlos con suavidad, hay que arrimarse a los que sabes que pueden ayudarte. Ellos estarán allí para acompañarte.