11.1.08

Asesinato en el Comité Central

Manuel Vázque Montalbán era un excelente tipo, un tipo grueso excelente, que además de escribir disfrutaba de la comida y la bebida como se debe, con calma y amigos, pero no está claro para mi qué fue antes si la comida o los asesinatos. Lo investigaré.
Una noche en la que reunidos los miembros del Comité Central se hallaban reunidos discutiendo sobre los cambios, se fue la luz y apareció un cadáver.

Yo mañana me voy de Comité Central a Huesca, y he hecho testamento. Nunca se sabe, porque ya lo decían los sabios, una cosa es predicar y otra bien distinta es dar trigo.
No me digan ustedes que soy un agorero, porque hay que leere el RAE amigos, ahora que además está tan de moda que vayamos cuidando el castellano como lengua importante, ayer sin ir más lejos se presento wikilengua.org para consultar dudas y redudas.
Asesinar no siempre es matar. también es causar graves disgustos o incluso engañar en un asunto importante a una persona en quien se confía. Así es nuestro castellano a fuerza de llevar muchos siglos, muy complejo y completo.

Manuel que era un irónico crítico, falleció en Tailandia que debe de ser unos de los mejores sitios para morir después de haber comido copiosamente y de haber paseado por sus parques.

En su recuerdo y en el de mi primera experiencia en una reunión de Comite Central, les dejo un texto en donde se explica cómo se hace un bocadillo de pescado "Señora Paca".

Carvalho repasó las llamadas telefónicas anotadas por Biscuter.
-¿Quién es este Gálvez?
-Me ha dicho que es periodista, que se ha visto metido en líos policiacos, que le secuestraron los de ETA por no sé qué líos de Sofico y que quiere contarle toda la verdad sobre el canal de Panamá.
-Sobre el canal de Panamá sé lo suficiente.
-Ha dicho que volvería a llamar.
-Si vuelve a llamar le dices que se ponga en contacto con la oficina de objetos perdidos del PSOE. ¿Y este Federico III de Castilla-León?
-Un majara, jefe. Dice que es el rey legítimo de Castilla-León y que le quieren secuestrar los ultras para destronar a Juan Carlos y ponerle a él. Pero no quiere porque es republicano. Me parece que se lo he anotado todo tal como me lo ha dicho.
-Han soltado a todos los locos esta mañana, por lo visto. Prepárame algo para desayunar.
-¿Le recaliento las crêpes de pie de cerdo y alioli que sobraron ayer?
-Prefiero un bocadillo de pescado frito, frío, con pimiento y berenjena. El pan, con tomate.
Biscuter emitió el sonido de un motor de explosión en el momento de enfilar la recta final del Gran Premio de Montecarlo y corrió hacia la oficina. Carvalho arrojó la libreta de notas hacia un ángulo de la mesa más despejado en aquel aparador de papelería variada, la mayor parte obsoleta. Sabía que entre aquellos papeles estaba un resguardo para retirar dos trajes reactualizados por un sastre de Sarriá, pero buscarlo sería una tarea ya para 1984.
-Mañana será otro día.

10.1.08

¿Se puede vivir mejor? (II)

Antes de empezar:
Yo me considero agnóstico, así que me van a disculpar cuando tienda a llegar a unas conclusiones que quizás no sean las suyas. De hecho, todo será mucho mas completo si después responden en los comentarios sus apreciaciones con respecto a las preguntas. ¡Más participación, más debate, más diálogo, más vida!

Sigamos pues desvelando los entresijos de las cuestiones planteadas.

Ahora le toca el turno a:
- ¿Puede el ser humano (como individuo) ser plenamente feliz?

La pregunta es algo compleja y con muchas y muy varias respuestas o análisis.
Lo primero que nos vendría a la mente es el concepto de “Ente superior”, y nuestro lugar en la Tierra. ¿Estamos hechos para ser felices o para sufrir?
Fíjense que en la pregunta omito la interacción directa con Dios, ya que los agnósticos y ateos también pueden preguntárselo sin tener que recurrir a él.

Dos observaciones distintas:

1º/ Considero que dentro de la pregunta está implícito el concepto de ente superior, ya que consideramos que la finalidad de nuestra vida está predestinada. Sin embargo como ente superior, no podemos llegar a él, racionalmente, y no podemos saber realmente la respuesta.

2º/ Considero que la pregunta es errónea, ya que no estamos hechos ni para una cosa ni para otra.

En realidad las dos llegan a un punto claro: no podemos saber la respuesta.

Si no podemos conocer la existencia a través de su finalidad, quizás si podamos a través de su existencia. Somos felices, y sufrimos. Las dos existen como opuestos. El ying y el yang, el bien o el mal, cielo o infierno, todas son las mismas caras de una moneda (que por cierto también es cara o cruz).
Si la felicidad está relacionada con el sufrimiento, entonces podríamos afirmar que no podemos ser plenamente felices sin tener sufrimiento. Si la felicidad y el sufrimiento no están relacionados se pueden tener ambos, ninguno o tenerlos de forma indiferentemente.

Hay que definir por tanto que es la felicidad y el sufrimiento.
Apartaremos un poco las definiciones del diccionario (a las que siempre me suelo remitir en estos casos), ya que el concepto de felicidad para unas personas puede ser diferente que para otras, o englobar aspectos diferentes.
Yo por ejemplo, no puedo definir de forma correcta la felicidad. Es como la zanahoria que mueve al burro, y por tanto la carreta.

Sin embargo, en base a la felicidad futura, considero que el sufrimiento es justamente el esfuerzo previo a la felicidad, como el esfuerzo que hace el burro por llegar a su alimento. Sufrir dolor de muelas, por ejemplo, es la felicidad futura cuando ya no tengamos ese dolor.

Pero hay dos aspectos que están al margen de este concepto: El sufrimiento que no se puede suplir, y la felicidad que ya tenemos.
Por ejemplo, una persona que tema a la muerte, no puede ver suplido ese temor (solo psicológicamente), ya que no hay nada que pueda “quitar” a la muerte de en medio.
Y, por ejemplo, una persona que este plenamente feliz con su vida actual. Ya no busca felicidad, por que considera que ya la tiene.

Irremediablemente y en el conjunto de las personas, padecemos los tres tipos. Tenemos una cierta felicidad, buscamos más felicidad, y padecemos sufrimiento tanto esporádico como sin cura posible.

Por cierto, el sufrimiento creo que no hay que tomárselo como un continuo dolor de algo, sino como aspectos que nos disgustan.

A tres niveles.
- Irracional: Fobias. Amores perdidos...
- Neutral: Casualidades. “Mala suerte”…
- Racional: Paso del tiempo. Dolores crónicos…

Por tanto, la felicidad y el sufrimiento están en un continuo vaivén. Aquí ya entran en juego las personalidades y la cultura de las personas que se toman unos problemas de forma diferente a otros. Pero en general, no podemos ser solo felices, o solo sufridores.

Así que a la pregunta: ¿Puede el ser humano (como individuo) ser plenamente feliz?
Yo respondo “No”. Puede ser feliz, pero no solo feliz.

Y abro dos cuestiones:
- ¿Debe ser plenamente feliz?
- ¿Qué carajo opina usted?

9.1.08

¿Se puede vivir mejor? (I)

Vivimos en una sociedad de bienestar. La verdad es que es una frase que se repite mucho pero que verdaderamente no tiene sentido si no la vemos desde el conjunto del mundo entero, comparando las diferentes formas de vida.

Muchas veces tratamos de buscar la felicidad. De hecho, es muy posible que el fin último de todas las cosas que hagamos sea buscar la felicidad. Si no directamente, si indirectamente.
¿Pero podemos llegar alguna vez a ser plenamente felices?
La sociedad va avanzando intentando encontrar los puntos claves de los temas importantes que albergan la respuesta final a la eterna pregunta.

Y aquí expongo tres preguntas clave del tema.
- ¿Podemos estar plenamente desarrollados colectívamente?
- ¿Puede el ser humano (como individuo) ser plenamente feliz?
- ¿Debe ser plenamente feliz?

A la primera se responde con la política. Y es muy fácil ver que, al menos de momento, esto es totalmente imposible. Vivimos en una sociedad donde cada persona tiene libre capacidad de pensamiento, y esa capacidad conjunta con la razón, da las respuestas personales a las preguntas clave (desde permitir el aborto o la eutanasia, a imponer mas impuestos a los ciudadanos y no a las empresas, etc…).
Cada persona tiene un punto de vista, y generalmente esos puntos de vista se suelen asociar con ciertos parámetros “base”, que se unen para formar los partidos políticos, que defienden las ideas en democracia.

No existe una sola idea que por si sola convenza a todas las personas.
Por ejemplo, ¿De que sirve cambiar leyes, o iniciar proyectos bajo el gobierno del PSOE, si dice Rajoy (ayer mismo), que si llega al poder hará una revisión de muchas medidas?
Desde esta perspectiva parece que la política no puede conseguir nunca llegar a la felicidad de todos. Por ello quizás debamos cambiar la perspectiva de apoyo.

Muchas veces en los debates (los pocos que hacen en televisión), estos se basan en:
- Un grupo que apoya la idea A
- Un grupo que apoya la idea B

El primero argumenta, y el segundo critica al primero argumentando su idea.
Luego el primero critica al segundo y vuelve a exponer su idea mediante falacias tipo: es lo que creo, ergo es lo que es. El segundo grupo repite el proceso. Añada publicidad por medio.
Acaba el debate, nadie a convencido a nadie (¿alguien esperaba que lo hiciera?), y los de casa en su gran mayoría se han quedado con el tío que mas alto hablaba y la idea más fácil y que mejor era vendida.

Un debate, a mi forma de ver, tiene que ser una reacción mutua de búsqueda de soluciones a un problema común. En vez de plantearse los puntos de vista como moles inamovibles del pensamiento, y usar una pelota que pasa de mano en mano, lo que se debería enseñar es a buscar conjuntamente una solución que aporte ideas de ambos bandos. Por supuesto esto necesita varias cosas para su funcionamiento, y lo primero y fundamental es el respeto. Pero el respeto de verdad.
Rajoy y Zapatero no se respetan, si, se dan la mano las pocas veces que quedan en la Moncloa, sacan la sonrisa para la foto, y ya esta. Luego ninguno de ellos entiende o da verosimilitud a las ideas del otro.
La respuesta está en la educación de respeto y en la empatía.
La empatía no es solo saber cuando le has hecho daño a alguien, es saber entender las ideas del resto aunque no concuerde con las tuyas. Es aceptar que hay mas formas de pensar y no solo respetarlas, si no también entenderlas (otra cosa es compartirlas). Es difícil, pero no es imposible.
Aun así, mi concepto de debate tampoco es compartido por muchos. Y tampoco es la política en su conjunto. La pregunta clave es, ¿Se puede tomar una medida que no afecte a una proporción de la población? Si, nuestro sistema se basa en la mayoría democrática, que es, a la vista de lo expuesto, el mejor sistema y más equilibrado.
Pero la pregunta es, aun así, ¿Podemos conseguir un bienestar colectivo sin perjudicar a una parte de la población?

Las otras dos preguntas las dejo para otra ocasión, pero piénsenlas ustedes mismos.

La mentira del IPC

Con mirada de picardía, el IPC le engaña con otro.
Usted lo habrá escuchado muchas veces, el IPC es mentira, y lo habrá notado en sus bolsillos ¿verdad?, pero…
¿Donde está el engaño?
Realmente el IPC se basa en unos productos de una lista que en teoría son los que componen la cesta de la compra total de una familia.
Pero los hay que saben cocinar los números y les pagan para ello.
Mire si el gas ciudad sube un 10% en octubre y baja un 10% en marzo, el IPC de este componente es cero. Pero en cambio para su bolsillo es una barbaridad porque precisamente le ha subido los meses en los que consume ese producto. Esto mismo pasa con las gasolinas, que tienden a subir en verano que es cuando má se viaja.
Ahora estamos en periodo de rebajas, esto supone que por mucho que a usted le parezca que ha subido todo, el IPC saldrá justito o a la baja porque tienen en cuenta las diferencias de precios de las rebajas. Pero es posible que usted no compre en rebajas, con lo que su IPC le ha subido un riñón y no lo va a cobrar en el sueldo. Las rebajas desaparecen, y se producen las subidas de precio de esos productos en el IPC, pero el suyo propio no ha podido recoger las subidas de enero porque han quedado absorbidas por las rebajas. Gran invento este de incluir las rebajas en el IPC, que se lleva produc¡endo no hace muchos años.
Ya, gran invento para los que lo han inventado, no para usted.
Mover estos IPC es lo que podríamos llamar "cocinar la economía".