16.5.08

Datos sobre la libertad de prensa

  • el 86,5 por ciento de los directores de prensa diaria en España reconoce que sufre presiones externas para elaborar la agenda temática del medio
  • el 76,5 por ciento de esos directores admiten presiones de los anunciantes -no solo administraciones públicas- para evitar muchas veces la publicación de determinadas noticias o exigir su retirada
  • un 58,8 por ciento afirma que recibe presiones de los anunciantes en la línea contraria, es decir, para publicar determinadas informaciones
  • un 71,2 por ciento de los directores ha recibido amenazas de retirada de la publicidad por parte de los anunciantes del medio

¿Tenemos libertad de prensa o es un espejismo?

Los que por edad venimos de la España dictatorial, de la que secuestraba ediciones de periódicos o semanarios, de la que vivió bombas en medios y periodistas detenidos, pensaba que uno de los objetivos a conseguir era la libertad de prensa, la libertad de poder decir y opinar aquello que se quería, o lo que es mejor, aquello que era verdad en su máxima acepción.
Pasados los años vemos que la libertad siempre tiene puertas que muchas veces se cierran o se entornan para que solo pase el aire justo para engañar, suficiente para respirar peor escaso para poder gritar con ganas.
Todos los medios de comunicación, como empresas que son, necesitan tener beneficios o al menos cubrir expectativas. Y en ese camino marcado por el mercado, los anunciantes tienen un poder increíble. Y sobre todos ellos, muchas veces, los anunciantes gubernamentales son los que en verdad controlan dicha libertad sin decir nunca que NO.
Son muchos los euros que todas la Administraciones reparten en forma de anuncios entre los medios de comunicación. Repartir está mal dicho, pagan sería mejor.
Y en ese pago, va casi siempre la reunión para la contratación, la comida de trabajo, la llamada telefónica de amigo a amigo.
Y en ese camino se queda gran parte de la crítica, por una autocensura no impuesta paro asumida y retroalimentada por todos y por nadie.
No hay solución posible, es parte del juego político. Pero es asqueroso, es además un elemento degradante cuando su asume sin dolro, como un peaje que debemos asumir en silencio.
No tenemos libertad de prensa, y asumirlo es el primer peldaño de la escalera que lleve a que todos deseemos avanzar en la libertad con respeto a uno mismo. Los ciudadanos debemos asumir que es necesario consumir más periódicos, y ser más exigentes con ellos. Si nos callamos y dejamos de comprar, estamos condenando al infierno por pecadores, a los que tienen que hacer compatible el decir un 85% de la verdad y además comer cocido una vez por semana.

14.5.08

Contra el terror, serenidad

Contra el terror, serenidad

El nacionalismo español o el nacionalismo de Madrid (que no se qué es más peligroso en la historia)

Los que vivimos en la periferia, en el desierto o en la mar que se rompe, en la lejanía de Madrid, no somos capaces de entender qué es eso del nacionalismo español, si no lo bebemos durante un tiempo suficiente a costa incluso, de ir acompañado.
Madrid duele a los que somos españoles además de aragoneses, vascos, catalanes, andaluces o canarios. Porque se puede ser nacionalista aragonés y además sentirse español sin miedo ni ni contradicción.
Pero en cambio es imposible ser nacionalista español y ser además aragonés. Ningún nacionalista español acepta que exista Aragón (existir es tener vida propia).
Madrid enseña algo duro y triste, escondido con detalles de miedo, sensaciones de odio a todo lo que no sea “una”, miradas y exposiciones de enfrentamiento que a veces resultan tan duros o más que otros. Siempre desde el ámbito cultural y sociológico. Al menos de momento.
Tenemos que tener cuidado, debemos mirar con preocupación, ciertos movimientos que sólo se notan si se mira dos veces el mismo cristal, en movimientos incluso, culturales de barrio, o disfrazados de grupos progresistas respetables que creen que Madrid es la “madre” que debe cuidar de sus hijos menores de edad.
Me da miedo volver a recordar algunos detalles de la celebración del 2 de mayo en Madrid, releer el pensamiento que se esconde detrás de algunos pequeños vídeos, el mensaje que está escondido tras una lista con 60 fusilados, la idea que se vende sobre lo que representaron (o no) los mal llamados afrancesados en aquellas fechas.
Dicen que el agua que más cala es la que cae despacito y poco a poco, la que sin darte cuenta ni molestarte, va penetrando en la ropa primero, en el calzado después hasta empapar.
Estoy seguro que me equivoco. Deseo equivocarme.