4.10.08

La depresión y el sexo se llevan mal

La depresión y el sexo se llevan mal. Precisamente cuando más se necesita cariño y amor, relación con personas que te quieran, más suele fallar el sexo si la depresión te acecha. Sea leve o fuerte, daría igual en este problema.

Los médicos son muy proclives a recetar fluoxetina u otros antidepresivos, pero no cuidan la salud sexual de sus clientes. Y saben perfectamente que en muchísimos casos la fluoxetina inhibe el deseo sexual.

Se debe exigir una calidad de vida lo más correcta posible, y entre ello, que se tenga una vida sexual completa, activa, para entre otras cosas, superar con mejor diagnóstico la depresión.

El sexo ayuda a sentirse bien, a sentirse querid@, sentir el contacto físico con otra persona es fundamental para superar en muchos casos una depresión leve o media. 


Por eso no debemos perder esa parte de calidad de vida que representa el sexo. Debemos exigir soluciones a lo que se pierde con la medicación.

Y aunque las ganas no sean como las de antes, debemos intentar tener relaciones sexuales plenas o modificadas, pero el contacto corporal no debe abandonarse. 


Si no se llega al orgasmo al menos se tendrá la recompensa del amor. No debemos poner como meta única obtener el orgasmo, pues entonces se puede caer en más depresión, la meta debe ser el intercambio, la relación íntima, el sentirse bien dentro de las dificultades.

¡Mucho ánimo para todo tipo de personas con depresión!, y recordar que en caso de no tener pareja, sea el sexo que sea, la masturbación es una forma de obtener recompensa pues el cuerpo pone en marcha mecanismo necesarios cada vez que se excita.

Tod@s necesitamos tener estimulaciones sexuales periódicamente.

3.10.08

El surrealismo como forma de comportamiento social

Todos soñamos cuando estamos dormidos y la mayoría cuando estamos despiertos. Cuando somos capaces de inventarnos modos, formas, escenarios irreales, posiciones ilógicas, cuando podemos abstraernos y volar, estamos viviendo experiencias surrealistas.
Poder llevar estas al campo artístico, hacerlas realidad para que otros puedan observarlas o vivirlas es crear arte surrealista.
Poder comportarte según tus sueños es volver real algunos componentes surrealistas que dejan de serlo.
Cada vez que consigues hacer reales tus sueños, estás convirtiendo el surrealismo en vida, recuperas las ideas y les das vuelo y vida.
Si intentas que los demás comprendan todos tus pensamientos surrealistas, te confundirán con un loco pero si consigues que esas ideas tengan forma, conseguirás convencerles de que es posible la utopía de lo irreal.

Al alcoholismo en los mayores de 50 años, aumenta

El número de personas que con 50 años de edad o más sufren problemas de alcoholismo es muy elevado. A veces de manera silenciosa, sin estridencias, no de una forma muy elevada en cuanto a las cantidades consumidas, pero que como una droga barata utilizan el alcohol para tapar otros problemas importantes que le afectan y que consideran sin solución.

A partir de los 50 años todo toma otra dimensión. La vida laboral se vuelve complicada, entran los miedos a unos años en los que las cotizaciones son las que sirven para la base de la jubilación, los hijos crean problemas para los que no estás preparado, la familia se vuelve distinta, falta ilusión, sobran depresiones descubiertas o tapadas, leves o medianas, y la relación de pareja se vuelve a veces sosa y apática.

Muchas personas de ambos sexos acuden al alcohol como refugio ante una desesperanza que no saben explicar y que callan.

Y caen en otra trampa que les hunde un poco más.

El alcoholismo social, el refugio en una droga barata que te roba la libertad, es sencillo y barato. Se empieza a subir las escalares muy poco a poco y sin darnos cuenta nadie se cae en un pozo del que además se está convencido se puede salir cuando se quiera.

Se dicen —No, yo no soy alcohólico—. Pero esto mismo es lo que dicen los que sí lo son.

Lo primero es quererse un poco más y reconocer que se tiene un problema y que hay que resolver simplemente para ser más libre. Si quieres luchar contra el resto de problemas te necesitas fuerte, con todas las ganas del mundo.

Si tienes más de 50 años y tienes problemas, pide ayuda, es muy normal, no te preocupes por ello, pero nunca intentes resolver los problemas con la evasión. Decide que tú eres el mejor amigo que te queda.

El alcohol y la depresión se llevan muy mal

Si estás deprimido o deprimida, no tomes alcohol. Si, ya se que esto mismo lo has leído mil veces, te lo han dicho otras tantas y crees que son consejos vacíos porque tu problema real no es el alcoholismo sino los problemas que te conducen a la depresión.

Algo de razón tienes, pero no toda.

Mira, beber alcohol mientras se toman medicaciones para la depresión es un riesgo que tu corres libremente pero que puede afectar a otras personas.

No te puedo decir cómo te está afectando la mezcla porque depende de multitud de factores. Hay decenas de medicaciones para la depresión, no solo la fluoxetina, algunos incluso totalmente contrarias a los otros.

En algunos casos el alcohol amplía los efectos de la medicación convirtiendo la dosis recetada en algo inútil de controlar. 

En otros casos anula el efecto de la medicación. En algunos casos amplía los efectos secundarios o te impide conducir con seguridad sin que tú lo notes.

En todos los casos la mezcla para el hígado y el pancreas o incluso los riñones puede ser una bomba de lenta solución.

Efectivamente, puedes hacer con tu vida lo que creas más conveniente, pero no puedes evitar que otros sufran por tí, viendo como te rompes.

Salir de la depresión es complicado, pero si le añades disfraces fáciles, es mucho más. 

Busca un médico de tu confianza, o al menos un amigo sereno y sincero. Escucha a quien elijas como interlocutor si está preparado para ello, y ámate un poco más.

Por mucho que pienses que no merece la pena seguir luchando, te olvidas de pensar en los demás. Dedica parte de tus fuerzas en ayudar a otros, si, incluso cuando tu creas que estás hundido puedes ayudar si así lo quieres.