9.11.08

Frase para levantar la moral

Tras la frase electoral de Barack Obama se esconde un grito de guerra para tod@s los que tenemos días bajos de moral, periodos “tontos”.
Si, nosotros podemos.
Debe ser un lema de pelea personal con nosotros mismos, una frase de campaña para intentar conseguir los objetivos del día a día.
Si, nosotros podemos.
Y debemos repetírnoslo decenas de veces cada día hasta que consigamos creérnoslo. Somos capaces de vencer los miedos, de ganarnos a nosotros mismos en nuestra depresión pequeña o grande, en nuestra dejadez.
Si, nosotros podemos.

La remuneración de depósitos está muy elevada.

Paseando ayer observe el anuncio de una caja de ahorros ofreciendo un 6,5% de interés por los depósitos a un año. Pero alarmado por la absurda cantidad, me fijé en otros bancos y entre el 4,5 y 5,5% había varias ofertas en grandes carteles.
Es imposible seguir por este camino, los bancos no están aprendiendo.
Estoy de acuerdo en que necesitan liquidez, pero es imposible pagar un 6% de interés sin que entren en conflicto sus negocios. Con esos intereses de pago, no podrán prestar dinero a créditos sin riesgo a interés bajo, tendrán que seguir jugando con los dineros a un riesgo peligroso.
Si en estos momentos la tendencia es la de ir a un interés TAE cercano al 3% en pocos meses, no tiene sentido ofrecer rentabilidades sin riesgo del 6%.
Tenga cuidado, porque el Estado garantiza los primeros 100.000 euros de los depósitos, una medida que si bien calmó los miedos que se multiplicaban, puede generar riesgos y que sea el Estado quien los soporte. Pero nadie garantiza en qué tiempo se devolverán aquellos depósitos que entren en conflicto.

8.11.08

La paradoja de Easterlin, economía social.

Para los que vemos la economía como un aspecto social sobre las relaciones y el bienestar humano, la paradoja de Easterlin es una verdad que nos puede apasionar estudiar.
Dice, de forma general, que aunque existe un claro crecimiento económico, un claro crecimiento en la renta per capita, no existe una relación positiva para con la felicidad que tenemos o adquirimos. Tenemos más, podemos tener más, pero no somos más felices. Y es quizás por un aspecto psicológico y social, y no por una característica del crecimiento.
Muchos autores que de repente, como todas las modas en todas las ciencias, se empiezan a interesar en este aspecto y autores clásicos como Adam Smith o Veblen, nos dan pistas de porque esto es así.

- En primer lugar, nosotros somos felices o no al compararnos con nuestro alrededor. Si nuestra capacidad económica aumenta en igual medida que los demás, nuestra felicidad no va en aumento. Esto alude al egoísmo humano, la tendencia a querer superar a los demás.
- En segundo lugar, nos adaptamos a nuestras condiciones económicas. Tenemos más, pero nos acostumbramos psicológicamente a este hecho. De este modo, estudios empíricos estadísticos (que yo cogería con pinzas, pero que ahí están), dicen que entre el 40% y el 60% de la felicidad que adquirimos “desaparece” al año siguiente. Como si empezáramos de nuevo.
- En tercer lugar, nuestras expectativas podrían ser mayores que la felicidad final obtenida. Esto es una característica del consumismo, o quizás meramente humana, pero el caso es que a veces creemos que queremos algo, lo conseguimos y no nos otorga tanta felicidad como creíamos.

Aspectos psicológicos, sociológicos, meramente éticos, todo puede afectar. ¿Qué cree usted?

Nota: La información la he sacado de: Revistas ICE, 16-31 de octubre de 2008. Un artículo de Eduardo Pérez Asenjo.

Saludos.

6.11.08

El futuro del ICO ante la crisis, como Banco Público

Lo hemos dicho en este blog hace semanas, el ICO debería ser un banco público, tanto para PYMES como para familias, capaz de arriesgarse ante los más necesitados, y afectando en el libre mercado con unas condiciones competitivas.
Si los bancos generalistas no quieren dejar de ganar y de hecho siguen teniendo beneficios cuando muchas PYMES y familias acuden a la suspensión de pagos, el mercado sigue siendo un gran negocio para ellos, hay o no haya crisis.
Todas las empresas se arriesgan a perder y cerrar. Todas.
Bueno casi todas, porque los bancos no cierran, si acaso los compran o los nacionalizan.
Si el ICO saliera como Banco Público, el mercado financiero español se activaría y se abriría en la concesión de nuevos créditos, un inmenso lastre que nos está llevando al parón económico.