4.2.11

Merkel viene, nos examina y carga las pilas de Zapatero

Merkel, Angelines para los amigos, ha venido hasta España a ponernos nota, a examinarnos y darnos el abrazo del oso. Y Zapatero se ha quedado muy contento con el cinco raspado que nos ha dado en el examen, como si que te aplaudieran los conservadores alemanas fuera algo muy importante para un socialista español. ¿Sigue siendo el PSOE socialista y obrero? Aunque la pregunta buena sería
si todavía sigue siendo español.
Ahora ya sabemos con toda seguridad quien es el que nos examina, aunque ya lo intuíamos sin duda. Y lo malo de estos exámenes es que sabemos también qué tipo de políticas hay que hacer para aprobar o suspender. Yo no me imagino a los socialistas franceses examinando a José María Aznar en sus buenos tiempo, pues enseguida hubiera llamado a Bush para que les pegara dos cosques. Son tiempos en los que hemos estropeado la idea de una Europa con sentido a costa de perder independencia sin lograr la unidad. Seguimos en España cobrando mucho menos de sueldo que en Alemania, seguimos teniendo un sueldo mínimo de risa comparado con Europa, pero en cambio quieren que nuestros pocos hechos diferenciales que resultan mejores para defender a los trabajadores, pocos repito, se nos quiten. Yo desearía el sueldo mínimo alemán y la jubilación a los 62 años de Francia. Pero en cambio quieren que perdamos las ganas de ser españoles a costa de que nos parezcamos a los más pobres países de Europa.
No veo el sentido común por ninguna parte. Igual es que soy tonto.

Hay dos Colombias, dos inmensamente diferentes Colombias

He estado viendo un reportaje sobre Colombia, donde unos aragoneses vivían de misioneros en un barrio sin asfaltar de Bogotá y con casas realizadas a mano por sus habitantes sin las más mínimas condiciones de luz o aguas sucias. En el mismo reportaje y en la misma ciudad, Bogotá, otra familia aragoneses vivía en un barrio residencial con seguridad privada y visitaban un centro comercial con unos servicios que ni
en España son todavía conocidos. El colegio de la niña preescolar costaba al cambio mil euros al mes mientras las familias que no disponían ni para comer vivían con unos pocos euros. La diferencia es tan tremenda entre los que se catalogan de clase media según relatan y lo que no saben clasificarse pues desconocen las divisiones sociales, que resulta bastardo cualquier entendimiento de la situación.
Cuando se habla de violencia hay que conocer todos los posibles factores que inciden en que una sociedad se comporte de una forma o de otra. Que se permitan estas diferencias es asqueroso, que no se contemple la solución de estos problemas es de una falta de respeto e inteligencia social que les llevará al caos, si no están ya asentados en él.
Los niños son incluso educados para ser capaces de defenderse ante un mundo capitalista, y desde muy pequeños se les coloca en pequeños centros de juegos con moneda propia, tarjetas de crédito, oficios diversos desde los que pueden gastar o ganar, jugar a invertir o a trabajar, en un ejercicio que toman como un juego mientras los padres acuden dentro del mismo centro de juego y comercial a recibir masajes, escuchar música, bailar, relajarse en un spa o jugar a comprar en el centro comercial. Todos juegan a ser consumistas y a manejar el dinero que otros muchos vecinos de su país no han visto nunca ni de lejos. Es Colombia, parecía Colombia. Es la selva pero con mucho color y luz artificial.

3.2.11

Fernando Savater sobre la filosofía de la plaza pública y la educación actual


Os recomiendo ver y escuchar a Fernando Savater en un vídeo sobre filosofía, ética y comportamientos normales a la hora de entender la sociedad que nos arropa. 

Y algunos consejos muy interesantes sobre la educación en estos nuevos tiempos de cibercultura y de digitalización de la vida habitual.

El holocausto de Vigalondo en Twitter es una de las mayores tontadas de la semana

El Holocausto de Vigalondo es la gran realidad de un sistema que todavía no entendemos. No disponemos de capacidad de asumir el humor, la chanza, el cinismo, la crítica incluso empleando el sarcasmo. ¿Qué nos pasa?, ¿no parecemos tan modernos que somos la leche merengada?
Yo no conozco a Vigalondo, ni sabía que existía aunque lo habré leído alguna vez por El País, es posible. No se puede conocer a todos los que escriben bien por Internet,
por eso que se haya sacado de quicio el comentario en Twitter de una persona que lleva escritos 50.000 textos, me parece de premio a la estulticia. Que El País haya caído en la trampa de dar importancia a esto, es también de cogérsela con papel de fumar.
Hay escritores de fama que han escrito que se lo han hecho con niñas de 14 años y hemos puesto el grito en el cielo. Bueno, veamos, la literatura es una mentira pactada entre el escritor y el lector. Y así creo que lo hemos entendido todos. El escritor miente y así nos entretiene si es que nos gusta y aprobamos lo que nos dice. Pero no es un notario, no es un juez, no es un testigo. Es un inventor de historias. Y si lo ha hecho muy mal y delito, pero por escribirlo en una novela o en un libro diario que sigue siendo un contrato de mentiras aceptadas no ha lugar a crucificarlo. Todavía.
Pensar que todo lo que escribimos debe servir para ser juzgados es tremendo, así no escribiríamos nadie. Yo no opino igual hoy que hace 10 años; no siempre estoy lúcido o mejor dicho, casi nunca estoy lúcido; si supiera que seré algún día juzgado por mis escritos sencillamente no escribiría; no resisten mis escritos un análisis crítico de todas mis líneas.
Vigalondo ha cometido un error, cierto, un error de una noche tonta en un medio muy dado a jugar con mensajes cortos. ¿Y? Lo malo no son los errores tontos de un momento dado, lo malo son los errores gordos y escondidos de los listos que saben taparlos y que están convencidos de que lo que para ti son errores para él son acciones para su beneficio y para la ley un delito. Yo escribo muchas veces que Dios no existe y por eso espero que Dios no me vaya a castigar en el Fin del Mundo, digo yo.