12.8.11

Qué se puede hacer si no se puede pagar la cuota de un préstamo o hipoteca

Si tenemos problemas económicos que nos impiden pagar la cuota mensual de un préstamo personal o hipotecario, debemos al menos conocer qué nos va a suceder, cómo contempla la ley nuestro proceder.

Todos los préstamos tienen garantía personal, es decir, al firmar ante notario un préstamo ofrecemos como garantía todos nuestros bienes personales presentes y futuros. Es por ello que ante una situación de impago de los plazos y una vez que la entidad reclame ante el juzgado, un juez, dará sentencia para que se embarguen nuestros bienes.

Los primeros que nos embargan suelen ser la cuenta bancaria y la parte proporcional de la nómina o pensión correspondiente al exceso al salario mínimo interprofesional. Pero si el importe de las deudas es superior en unos meses a lo que se nos puede embargar por cuenta corriente o sueldo, también nos pueden embargar el coche, la vivienda y todos aquellos bienes que crea necesarios el juez para saldar la deuda lo antes posible.

Si además alguien nos ha avalado el préstamo con su firma —algo bastante lógico pues los bancos los solicitan como un añadido de avales cundo no hay suficientes valores personales—, la persona que nos haya avalado también tendrá que hacerse cargo de la deuda pendiente, ya que el avalista acepta de forma solidaria —si no paga quien pide el préstamo, lo hará el avalista de forma solidaria— hacerse cargo de la amortización del préstamo y sus intereses y gastos, con lo que si ya no podemos pagar las cuotas y no tenemos bienes embargables o estos son insuficientes, el avalista tiene la obligación de pagar la deuda y si no puede también el juez puede dictaminar que embarguen sus bienes.

Por otro lado, en el momento en que se deja de pagar una deuda, usted es dado de alta en un fichero de morosos, siempre consultados por las entidades financieras y de crédito a la hora de conceder otro préstamo o una simple tarjeta de crédito, lo cual prácticamente imposibilitará el acceso a financiación en un futuro hasta que no se resuelva la deuda. Para dejar de aparecer en el fichero de morosos habrá que en primer lugar cancelar totalmente la deuda y pedirle al banco al que ya le hemos pagado que nos haga un certificado conforme hemos cancelado la deuda, para posteriormente enviarla al fichero de morosos en el cual estábamos dados de alta para que nos borren.

Por qué las medidas de Londres, no van a funcionar contra la violencia

Desde Londres nos vienen ya las posibles nuevas medidas para controlar las violencias brutales de esta semana. Aumento de la policía en la calle, salida de los militares si es necesario, prohibición de ir por la calle con capuchas o sudaderas, anulación de servicios de redes sociales, contundencia judicial.

¿Y reformas en la educación? ¿y reformas para dotar de esperanza y futuro a los jóvenes?

Sin duda hay que tomar medidas, contundentes al menos para compensar la misma contundencia de los violentos, pero soluciones a medio y largo plazo que sirvan para dotar de esperanza a la sociedad que sufre desde ambos lados.
Mientras no tengamos decisión política de asumir nuestra parte de responsabilidad como adultos públicos de estar vergüenzas, no lograremos resolverlas. Si acaso disfrazarlas o cambiarlas de métodos, de formas. El camaleónico proceder de las jóvenes hará inservibles gran parte de estas medidas si no van acompañadas de medidas sociales y educativas. Los jóvenes si deciden seguir siendo violentos, no atienden a razones de acción contundente. 
Su extrema forma de proceder les convierte en un problema social más que en un problema puntual.

En contra de la total gratuidad de los libros de texto

Yo siempre he estado en contra de la gratuidad en los libros de texto para los alumnos. Llevo 25 años en APA, AMPAS y Consejos Escolares de colegios públicos y ceo tener motivos para afirmar lo que digo, incluso llevando la contraria por ello a compañeros políticos.
Todo lo que no sea progresivo me parece mal. Pero en el caso de la educación y los libros, me parece mal además que no se valore, que no sepa casi nadie lo que cuesta conseguirlo, tenerlo, poseerlo, valorarlo.
Siempre han existido mecanismos para facilitar los libros a las familias que tenían dificultades, incluso hace 30 años, cuando nadie se planteaba nada de esto a nivel público. Hoy la caridad no sirve, pero tenemos mecanismos básicos para la progresividad fiscal y social.

Hoy nos hemos enterado que en Logroño una familia con ingresos declarados de 238.000 euros al año ha solicitado una 'chiquibecas' de 100 € para el colegio de sus hijos, y se la tienen que conceder. Mientras en Logroño la biblioteca 'Rafael Azcona', se ha paralizado. Ilógico. Antisocial.
La educación hay que valorarla entre todos. Ponerla en valor. Y por ello todas las decisiones tienen su por qué, su “aquel”, su motivación actual y futura. Creer que la educación es “gratuita” es un gran error. La educación NO es gratuita lo que no quiere decir que no se pague nada directamente por ella. Y esto hay que dejarlo muy claro SIEMPRE. Ni es gratuita ni lo debe ser. Y a la vez, hay que mejorarla mucho, hay que dotarla de más presupuestos, hay que vigilar la escuela pública para que no se hunda, hay que trabajar más en ella desde la inteligencia política y sabiendo contra quien se juega su futuro.
La gran diferencia entre la educación concertada, privada y pública está principalmente en los padres. Esto es muy duro de explicar y más todavía de comprender. Muy complejo aquí, para no caer en errores de texto.
En un colegio concertado se les pide una cantidad para “incluso nada” y los padres la dan sin remisión. En la pública si los alumnos no tienen suficientes hojas en blanco la culpa parece ser del colegio. Nos preocupamos mucho como padres de los preescolares pero al llegar a Secundaria los padres no pertenecen a las AMPAS ni acuden a ninguna reunión. No existe relación en la mayoría de los casos. Periodos precisamente más importantes para el futuro como persona de los alumnos.
De todas formas, la progresividad fiscal es una asignatura pendiente en la nueva sociedad del siglo XXI.

11.8.11

Tres preguntas sobre el trabajo contra la exclusión social de los jóvenes

¿Lo que se han ahorrado en Inglaterra cerrando centro de atención a jóvenes en exclusión social, es más o menos de lo que le está costando ahora los disturbios violentos? 

¿Cómo están considerados en la sociedad occidental, los profesionales o voluntarios que atienden la formación de jóvenes con fracaso escolar o con necesidades educativas específicas?

¿Seguimos pensando que hay que recortar en sueldos de personas que trabajan para y dentro de la sociedad que necesita ayudas formativas, culturales o lúdicas gratuitas, por sus particularidades sociales?