3.10.12

Ahora no toca hablar de nacionalismos, simplemente ahora no

Estamos en plena crisis económica a la que no sabemos encontrar salida en España pero ha surgido precisamente a la vez, un serio problema territorial, de respeto a comunidades históricas, de entendimiento de lo que es España y sus diferentes maneras de entenderla.

Es complicado saber si este nuevo tema de presión, de conflicto, ha surgido espontáneamente o provocado por alguien, algo o mejor dicho por “alguienes”. No es fácil creer en las casualidades cuando estas son graves, cuando persisten, pero es también cierto que la inoperancia y la mala praxis de los políticos que nos han tocado en esta década, dejan mucho que desear.
Lo cierto es que este asunto se está enquistando en un mal momento. Al carro de la independencia como concepto nos vamos uniendo todos, unos somos nacionalistas de una clase y otros de la otra. Muy mal como concepto político, pero imposible de explicar cuando las mentes parecen cerradas a entender lo que es la política.
La política no es intentar conseguir todo a la vez. No es tampoco conseguir todo. Es más importante para mi —según mi concepto de la política— el orden de las cosas, quiero decir la distribución y disposición en el tiempo, de aquellas metas que hay que alcanzar.
Jordi Puyol, un gran catalán, supo acuñar una frase corta que se debería emplear más veces.
“Ahora no toca”
Si ahora no toca, no quiere decir que nos olvidemos de su importancia. Quiere decir que estamos priorizando otros asuntos. No se puede tomar el cava junto a la sopa ni el moscatel con las borrajas. O al menos no se debe. Hay que ordenar en el tiempo los movimientos de las piezas para intentar conseguir la victoria.
Por eso me pregunto si no nos estaremos equivocando, no tanto en los mensajes o en las metas propuestas, sino en la ordenanza decidida para alcanzarlas. Creo que ahora no toca hablar de independencia, de autodeterminación, de nacionalismo. Pero no toca ahora, sabiendo que es muy importante resolver este problema en España, pero a la vez, decidiendo que es mucho más importante resolver otros problemas.
Es posible incluso que se intente despistar con estos conflictivos asuntos, la inoperancia para resolver los otros, pero si es así, desde la oposición no deberíamos caer en la trampa que se nos tiende, con el señuelo que debemos considerar equivocado.

2.10.12

Debemos salir de la crisis, personalmente fortalecidos

Son tiempos fáciles para el lamento, para los espíritus flojos, pues los tiempos son duros sin ninguna duda. Y precisamente por eso, por que la cantidad de lamentos nos invaden en exceso, tienen menos valor estos, sirven para mucho menos. 

Hay que estar despierto, atento, madrugador en cada día, emprendiendo nuevas ideas, construyendo e ilusionados. El mal de muchos solo es consuelo para los tontos. 

Somos capaces de salir del agujero, pero sobre todo es necesario que seamos nosotros los que hagamos algo por salir del agujero. Nadie nos va a ayudar tanto como lo podemos hacer nosotros mismos. Es muy duro, el desaliento nos invade a poco que nos pongamos a pensar los por qué. No hay que hacer otra cosa que intentarlo, pelear por ser los mejores, estar optimista aunque suene a sarcasmo, estar fuerte aunque ya no tengamos fuerzas. 

Saldremos de esta, saldrán algunos de esta situación. Y nosotros debemos estar entre ellos. Pero otros se hundirán definitivamente. Entre esos no debemos estar. Por ello hay que estar pendientes para demostrar que somos tan buenos como lo éramos antes, si no mucho mejores por haber empleado este tiempo de crisis en mejorarnos. 

¿Hay algo mejor que hacer, que intentar ser mejores de lo que éramos antes de entrar en crisis?

1.10.12

Joaquín Leguina nombra a la Guardia Civil, jope!

Algunos ex políticos, algunos políticos, algunos ex mandatarios, no saben hablar con los periodistas. Si es verdad este titular, sacado de una entrevista a Antena3 creo que se lo debería hacer mirar, sopesar si debe pedir perdón y sobre todo analizar si es la mejor manera de conseguir la calma y el sosiego o si lo que se busca es la bronca y la violencia creciente, según cada uno vamos hablando y sumando tonterías.
Joaquín Leguina le ha dicho al PSC según el titular:
 “La independencia es ilegal, la Guardia Civil, no”

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Frases filosóficas y emprendedoras de Leopoldo Abadía

“Este es el momento de ser optimistas, y te voy a decir por qué, en lugar de quejarnos, vamos a comentar qué podemos hacer”

“Tenemos que cambiar de definición de ‘optimismo’. Si decimos que el ‘optimismo’ es ‘aquí no pasa nada’, es mentira, porque lo que pasa es muy serio. El optimismo consiste en luchar con uñas y dientes para salir de una situación concreta. Todos sabemos que hay unos problemas muy serios, pero hay que salir adelante como sea”

“El mayor riesgo que corremos es quedarnos paralizados. Hay muchísima gente que no lo está, pero todos podemos tener un bajón y decir ‘qué mal va todo’. Es de lo que hay que escapar”

“Yo suelo decir que debería estar prohibido hablar de la crisis, porque si no, al final entramos en la disculpa de ‘es que con esto de la crisis…’. ¿Qué estás haciendo tú para salir de ella? No me digas que las cosas están mal, que ya lo sabemos, sino mira a ver qué podemos hacer. A todos nos pasa que cuando algo no te va bien, tenemos la tentación de echarle la culpa a los demás”

“Un país con 47 millones de personas intentando trabajar, sin rendirse, es un país riquísimo. Un país con 47 millones diciendo ‘a ver si me lo soluciona el Estado, la Comunidad Autónoma o mi Ayuntamiento’ es un país pobrísimo’. Me gustaría que fuésemos un país riquísimo”

“Al desempleado, a esa persona en concreto, hay que decirle que hay que seguir adelante. No le puedes pedir que sea optimista, así que hay que decirle ‘¿qué podemos hacer? ¿Tiene algún amigo que pueda ayudarte a buscar trabajo? ¿Alguien de la familia que pueda echarle una mano? ¿Ha leído los periódicos a ver qué empleos hay por ahí? ¿Sabe inglés para buscar trabajo fuera?”

“Al final, cada uno nos tenemos que sacar las castañas del fuego por nuestra cuenta. Por supuesto, ayudando a los demás, sin hundir a los otros. Lo primero que tiene que hacer el que está en paro o pasándolo mal, es decírselo a todo el mundo, porque muchas veces da vergüenza decirlo y callarlo es negativo”.

“Hay que ir al bar donde se iba siempre, porque a lo mejor conoces a alguien que te pueda echar una mano. Mucha gente está saliendo adelante porque hay una red familiar y de amigos que está ayudando”.
“Si nos hundimos, buena culpa es nuestra. Si me quedo en casa pensando ‘me hundo, me hundo’, termino hundiéndome yo solo, y echando la culpa a los demás. No, hombre, en ese caso la culpa es mía”.

“¿En esa cola de 500 personas del INEM no puede haber alguien que tenga unos ahorrillos guardados y pueda montarse una empresa con otros dos, y así ya tenemos tres deempleados menos? El optimismo no es más que eso: estás pasándolo mal, lo sabes. ¿Qué hago, hoy mismo, para arreglarlo? Si lo dejamos para el lunes que viene, hemos perdido cuatro días…”

“En Zaragoza, mi familia tenía una tienda que llevaba mi padre. No le oí quejarse nunca, nunca jamás. Supongo que lo pasaría mal, pero recuerdo vivir bien. Con el paso del tiempo, he mirado atrás  y me he dado cuenta de que quizás no vivíamos tan bien. En casa teníamos unas batas gordas que nos poníamos al llegar a casa, porque hacía frío. Yo, ahora, cuando llego a casa, me quito la chaqueta. Eso quiere decir que entonces vivía peor que ahora”

“Un amigo me decía hace poco que somos más pobres que antes. Creo que no: creo que antes éramos igual de pobres, pero con créditos de los bancos. Pobres apalancados, como yo lo llamo. Como no tenía el dinero necesario, el banco me pagaba el coche o el piso, y me hipotecaba para la eternidad. Vivimos bien pero no éramos tan ricos. Ahora vivimos de otra manera, y el día de mañana de otra: así es la vida”
“A los jóvenes hay que enseñarles a trabajar. A los 79 años, yo mismo descubro que no sé trabajar. Tenía que entregar un libro en una fecha determinada, y por una serie de problemas, se me liaron las cosas. Pensé que no podría cumplir los plazos, así que me dije ‘voy a trabajar bien’. Horas completas. Ponía el temporizador del iPhone, y en ese tiempo ni cogía el teléfono ni hacía otra cosa. Y acabé el libro. Eso es lo que hay que enseñar a los chavales. ¿Que el trabajo aburre y cansa? Puede ser, pero así ha sido toda la vida, con tu esfuerzo terminas sacando todo adelante”.

“Eso que se dice ahora de que hay que volver a los viejos valores y la cultura del esfuerzo… ¡Pero si los valores no son ni viejos o nuevos! ¿Hay que volver al viejo valor de no meter la mano en el bolsillo ajeno? No sabía que nos habíamos ido tanto, pero si es así, habrá que volver. Y a ser fiel, y leal, a no ser trepa, a ayudar a los demás… Hay que recordar todo eso que damos por supuesto”