7.11.12

La importancia de construir bien al personaje, cuando se escribe una novela

Para contar una historia necesitamos personajes que nos muevan la trama, creen la acción, sepan relatarnos a través de un narrador qué está sucediendo, con sus palabras o sus actos. 

Los personajes pueden quedar relatados como unos entes muy redondos, con muchos detalles, contando una historia completa de su vida o de lo que ellos son. O pueden ser unos personajes más planos, simplemente unos brochazos incluso bastos de quienes son, de sus personalidades o de sus intenciones, pero no por ello serán ni más ni menos protagonistas o importantes en el relato. Depende de las acciones que realicen.
Pero siempre un personaje debe estar mucho más completo en la mente del escritor que en la de sus futuros lectores, mucho más completo que lo que se refleja en sus escritos, incluso perfectamente dibujado y terminado, escrito o no en hojas ajenas al relato, en donde tengamos perfectamente montado todo el sujeto, su forma de pensar y de actuar, sabiendo que muchos de estos detalles nunca los vamos a utilizar. Como escritores, debemos conocer al personaje perfectamente, sobre todo si es un sujeto importante en la obra. Luego iremos decidiendo qué contamos de él, qué escondemos o simplemente qué es lo que no queremos que aporte a la novela.
Hay que tener en cuenta que cada personaje no es lo que el escritor queremos que sea, sino lo que el lector quiere que sea. Por eso, si queremos una personalidad muy dibujada de un personaje, hay que entregarlo en la obra perfectamente delimitado, para que no se cree en la lectura como cada lector quiera. Excepto que el escritor pretenda precisamente esto, lo cual también es una decisión.


Es una muy buena idea tener una ficha de cada personaje, muy completas de datos y en donde hayamos puesto una teórica imagen del mismo, conseguida de un recorte, de internet, y en donde en todo momento veamos a la hora de escribir, cómo es cada personaje, para imaginarnos mejor su forma de actuar, de decidir.

Se acabó la poesía, ahora a Obama le toca gobernar

Barak Obama ha ganado perdiendo votos, pero dentro de las muchas lecturas que podemos hacer, hoy me quiero centrar en saber quien ha posibilitado la victoria de Obama. 

Y sin duda han sido los indecisos los que al final han posibilitado la victoria o la derrota. Y esto, siendo duro incluso para los millones que participan en política por el mundo, hay que asumirlo como primordial a la hora de analizar resultados políticos. La política necesita (más en EEUU) de muchos miles de personas que apoyan, empujar, son militantes, simpatizantes o votantes fieles. Sin ellos es imposible mantener la maquinaria política. Pero detrás de estos miles, cientos de miles incluso, los realmente importantes para el resultado final y que serán muchos menos: desencantados, apáticos, grises, no inscritos, que incluso no creen en la política; los que con su decisión posibilitarán el triunfo o el fracaso.

El poder de los indecisos, es tremendo y ellos incluso no lo saben. Pueden decidir dos cosas, tan importante una casi como la otra. No acudir a votar y abstenerse o votar en blanco o nulo, algo que suelen hacer los que han sido fieles y ahora se han decantado por no volver apoyar a sus “amigos”. Su importancia es menor que la del segundo grupo. 

Este segundo grupo son los indecisos puros y duros, los que nunca saber qué votar, y que cambian su sentido de voto según múltiples y a veces pequeñas claves: que optan por no ir a votar o por ir a votar para castigar a uno u otro, o a veces votan a un partido y otras a otro dependiendo del candidato, de su campaña, de si llueve o hace sol, de si les va bien en la vida o están pasando malos tiempos.

A este segundo grupo no le afecta casi la gestión de los cuatro años anteriores, pues normalmente quien gobierne siempre lo hace mal o regular. No le afecta la campaña clásica pues no la sigue ni la escucha con atención. Pero si le afectan claves mucho más sutiles, mensajes que casi no se notan, imágenes subliminales que afectan para modificar decisiones.

Los equipos electorales de los partidos saben que los indecisos son muy importantes, pero evitan decirlo. Sería entrar a darles una importancia que no se merecen, aunque la tengan. Lo que hacen es trabajar estas variables para llevárselos a su terreno no por ideología sino por decisión final. Y si todo falla para atraerlos, buscan que al menos estos indecisos se abstengan.

Pensemos que entre más de 115.000.000 de votantes en EEUU, la diferencia entre candidatos es de 2.00.000 de votos. Pero que si pocos miles de votantes de media docena de Estados hubieran cambiado su sentido de voto, sería otro el Presidente de EEUU. 

En España los indecisos han ido creciendo en estos años últimos de personas del primer grupo, abstencionistas nuevos que eran votantes de izquierdas; y votantes hacia el PP que antes eran abstencionistas. En la medida que los grandes partidos pierden fieles, crecen los indecisos. Pero no les importa tanto convencer a los que son fieles de su competencia política como de intentar no perder sus nuevos agregados. Son las miserias inevitables de la política electoral.

6.11.12

Vergonzosa conferencia vacía en Zaragoza

Hoy por la mañana había una conferencia en Zaragoza de un profesor de la Universidad de  Boston y de la de Wisconsin, profesor James E. Anderson, sobre Economía Internacional, sobre como estudiar las relaciones bilaterales entre países, que son parte de las materias que enseña en EEUU.

Lo organizaba la Universidad de Zaragoza en su edificio del Paraninfo. La publicidad de este evento creo que importante ha sido mínimo, por no decir casi nulo.

Había 7 personas escuchando la conferencia de este profesor americano, del que nadie ha sido capaz saber (intuir si) con qué sensación se ha ido a su país.

En Zaragoza el número de alumnos que estudian carreras universitarias de Economía, o carreras similares sobre asuntos económicos o empresariales son muy elevados. La Cámara de Comercio podría haber estado también interesada en esta conferencia. Y empresarios y políticos, y…; si, había 7 personas. Era una conferencia a las 11,30 horas. No había que madrugar, no era necesario ir comido o merendado, no había fútbol a esas horas en la tele, no…

No es necesario explicar nada. Simplemente hay que llorar e ir recogiendo los trastos de sociedad útil. Se nos han acabado las pilas y ya solo nos queda hablar de la Pantoja y poco más. Si alguien tiene dudas de cómo se consigue que a una conferencia acuda más audiencia que esas 7 buenas personas, que me contrate, estoy desempleado.  No es nada complicado, visto donde está el listón.

Os dejo una imagen del profesor conferenciante, para que al menos, estoy seguro, lo vean más personas quieto y mirando a ningún lugar, que hablando de lo que sabe y enseña en sus Universidades. Yo tendré más de 7 visitas, bastantes más, hoy casi 100 veces más, para leer mis tontadas. 

P.D. A los 3 minutos de ser colgadas esta entrada ya había sido visitadas por 8 personas. Lo hemos logrado sin movernos ni pensar. Ya hemos tenido más visitantes que la clase magistral del profesor auténtico. Jodo petaca. 

Mantén la calma y sigue adelante - Keep calm and carry on

En el año 1939, recién comenzada la II Guerra Mundial, cuando las ansias de invasión en toda Europa asustaban a los ingleses que se creían vulnerables ante una cercana invasión, se imprimieron miles de carteles con el lema “Keep calm and carry on” para levantar la moral de los ingleses en caso que las tropas alemanas llegarán a pisar tierra inglesa.

El cartel iba con la corona real y sobre fondo rojo el texto en blanco indicando: “Mantén la calma y sigue adelante”.

Nunca se utilizó pues tras salir de imprenta se guardó hasta destruirse cuando se dieron cuenta las autoridades inglesas que nunca serían invadidos por los alemanes, pero algunos carteles se salvaron de la destrucción y en este siglo XXI salieron por casualidad a la luz, haciéndose famosos entre los ingleses bien con el texto original, bien con un texto parcialmente retocado.

Hoy es un icono de la fuerza interior que hay que tener cuando vienen las cosas mal y hay que pelear para defender tu anterior forma de vida.

Nada como el consejo del lema que tiene casi 75 años. Mantén la calma y sigue adelante, pues serás capaz de lograrlo.