3.8.13

Qué es la ansiedad. La necesaria y la problemática

La ansiedad es la más común y universal de las emociones básicas del ser humano incluso está presente en el reino animal. Se trata de una reacción emocional ante la percepción de una amenaza o peligro y su finalidad es la protección del individuo.

En todos los mamíferos existe este tipo de mecanismo de protección programado genéticamente, que tiene la finalidad de proteger a las crías o a sí mismo ante posibles daños. Frente a una situación amenazante se produce de manera automática e inmediata una respuesta de ansiedad que prepara y protege al individuo para la lucha o la huida. En ocasiones sobre todo en situaciones amenazantes podemos ver como algunos animales se quedan paralizados tratando de pasar desapercibidos.

Son respuestas naturales que nos ayudan a afrontar las amenazas. Respuestas naturales que nos ayudan en la supervivencia ayudando a nuestro cuerpo a enfrentarse al peligro.

Aunque es una buena herramienta que en ocasiones nos puede ayudar a sobrevivir, lo cierto es que es una sensación que vivimos de manera desagradable.
Cuando estamos ansiosos nos sentimos mal. Esto tiene que ser así, el malestar es un motivo más para ayudarnos a huir de una situación peligrosa.

El problema surge cuando esta sensación perdura demasiado tiempo sin motivo, o cuando la respuesta ansiosa se produce ante objetos o situaciones que realmente  no son peligrosas. En estas situaciones la ansiedad deja de sernos útil y pasa a ser un problema que nos perjudica en nuestra vida normal.

Muchos agentes estresantes nos rodean y nos acompañan a lo largo de nuestra existencia haciendo que el fantasma del peligro nos aceche tras cualquier situación inofensiva. En el caso de los trastornos de ansiedad, la respuesta ansiosa funciona como un dispositivo antirrobo defectuoso, que se activa y previene un peligro inminente pero a la vez inexistente o no tan grave como los mensajes que nos envía para defendernos.

España se merece un gobierno distinto. Creo


Esta semana ha quedado muy claro que en España una vez obtenido el Gobierno y si este es por mayoría absoluta entregada por un 23% de todos los españoles o un 30,3% de los españoles con derecho a votar o un 44% de los españoles que SI votaron —pero siempre absoluta—, es imposible cambiar de gestores aunque se sospeche del todo de ellos. Se enrocan y se encierran. Punto.
Toda España está pendientes estos días de agosto del enemigo Bárcenas y del periódico El Mundo. Jodo qué gozada de posibilidades para cambiar España. Solo una piedra del tamaño de un camión, dicha o publicada con pruebas por estos dos “torrentes” de sabiduría, podrían realizar un cambio de Gobierno en España. Y seguimos pensando que España salió desde la Transición más pura y democrática que todos los países de chirigota. No tenemos remedio ni arreglo. Spain is different
Rajoy puede ser dos cosas: o partícipe de los chanchullos de Bárcenas o desconocedor de estos y por ello un imberbe niño de teta. Podemos pensarlo. Pero en España no nos podemos permitir el lujo egipcio de tener que elegir entre un delincuente o un tonto.
Mariano simplemente esta semana, ni escuchó ni apuntó las preguntas de UPyD o de Izquierda Plural, sonrío y puso caras ante las preguntas del flojo Rubalcaba y se frotó las manos mientras hablaba un apagado Durán, más pendiente de que NO le dijeran “y tú más” que de explicar algo coherente. Lo que hay que cerrar no son empresas sino sistemas de gestión política llenas de salamandras comedores de bichos con la lengua. España se merece otra cosa. Creo.

Siete consejos para emprender mejor en la empresa


Todos queremos en nuestras empresas ser los mejores. O lo que es igual, deseamos que nuestra empresa sea la mejor. Pero es posible que en el intento caigamos en errores fáciles, escondidos entre el día a día, amparándose en las prisas y en las gestiones rutinarias. Veamos algunos ejemplos.
Innovar es cambiar, es probar, es buscar soluciones diferentes. Hay que buscar nuevas ideas, actualizar las formas de trabajo, adaptarlas a los nuevos tiempos que nos marcan los clientes, el mercado, la situación nueva.
 En estos tiempos todos intentamos no perder. Es básico, pero también es un riesgo. Tratar de no perder supone muchas veces lograr no ganar. Y una empresa si no gana en realidad está perdiendo.
Hay que conocer mejor a los clientes, son los que no hacen funcionar, los que nos pagan el sueldo, los que nos ayudan a invertir, los que dan sentido a las empresas. Sin clientes no tiene sentido ninguna empresa.
Efectivamente, hay muchos tipos de clientes, incluso muchas maneras de entender qué es un cliente, quien es cliente de quien. Hay que replantearse el concepto de cliente hasta adaptarlo a su máxima expresión.
En toda empresa deben ser “todos” los que estén pensando en cambiar y mejorar. Podemos tener un equipo que lidere los cambios, la innovación, pero debe contar con todo el equipo para conocer necesidades y posibilidades.
Tus clientes se mueven, tu competencia se mueve. ¿No sería más lógico que tú fueras por delante?
No hay que esperar a que la propia empresa te solicite el cambio con urgencia, es un gran error pensar que como todo funciona nada debe cambiarse. La obligación es estar siempre buscando mejoras, plantear estrategias empresariales nuevas que necesiten de cambios, moverse pues los mercados siempre se mueven. Incluso cuando parecen que no se están moviendo.

2.8.13

En todo tipo de tratamiento medicinal se necesitan profesionales


La medicina convencional o alopática , la más utilizada y en los últimos tiempos la más puesta en duda, está atravesando tiempos complejos por culpa un poco de todos, aunque los laboratorios de productos químicas se lleva la palma de estas grandes dudas.
En estos últimos años van rescatándose técnicas milenarias o modernas que intentan plantear la lucha contra la enfermedad desde otras ópticas que no sean puramente las químicas.
Hoy la solución habitual de la medicina tradicional o alopática es intentar resolver todos los problemas con pastillas, con química, con productos de laboratorio que poco a poco vamos conociendo que muchas veces responden más a criterios comercial apoyados en criterios de investigación. No debemos separar ambos como no debemos negar que la investigación constante logra avances que no siempre satisfacen a los enfermos, que esperamos más rapidez en las curaciones, más persistencia en ellas.
Muchas veces más que curar se logra mantener la enfermedad, que aunque es un gran logro no deja de ser un pequeño desasosiego que obliga a los enfermos a intentar buscar “otras” soluciones en “otras” medicinas diferentes.
Las medicinas alternativas, muchas de ellas también naturales, buscan más el contacto con las personas, la personalización de las respuestas al problema, la interiorización del mismo buscando soluciones propias. Son técnicas que muchas veces funcionan y pocas veces producen efectos secundarios. Incluso bastantes ocasiones pueden ser complementos a las terapias químicas.
Pero sí hay que distinguir claramente y de forma rotunda lo que pueden ser tratamientos realizados por chamanes más o menos con bata blanca o con plumas, de lo que son tratamientos alternativos pero realizados por profesionales de la medicina. No es lo mismo un tratamiento alternativo que simplemente es distinto, pero realizado por profesionales con reconocido prestigio, que tratamientos de pseudociencia amparados en engaños repetidos hasta hacerlos parecer verdades.