23.1.14

Los mentores son los que mientan. Los coaches están de moda

Hoy me he reencontrado con la palabra "mentor" en un artículo. Mentores. Recordadores. Los que escuchan y hablan, los que "mientan" aquello que ya saben para entregarlo gratuitamente a otros, por si les sirve a ellos. 

No son coaches o entrenadores, palabra de moda. Son o somos meros ayudadores que empleamos nuestra experiencia para hablar de algo que tal vez necesita quien nos escucha. 

Los mentores soltamos el rollo y dejamos que quien nos escuche coja lo que necesite y sea él quien tome las decisiones. Ayudar es sobre todo apoyar y dejar que tras aprender, sea él quien se la juegue. Trasmitir ideas, motivar, contar experiencias que sirven de poco excepto de relatos de errores.

Los mentores como no estamos de moda somos voluntarios, gratuitos. Por eso también, no tenemos importancia, somos flojos, no vamos detrás de objetivos personales aunque bebamos también de la experiencia que vamos recogiendo en nuestra labor de mentores. 

Nada como estar de moda para poder vivir de la moda. Pero si me permites una idea: aprende de quien te enseñe, no de quien vaya de moda pero vacío, no de quien cobre mucho como garantía de que te ofrece mucho. Los gratuitos, aunque tontos, también servimos.

La personalidad de cada ciudad tiene espíritu propio

Las ciudades están llenas de calles. ¿Se había dado cuenta de ello? Pues cada una de ellas es una vida, pero todas ellas más que las vidas de sus habitantes actuales. Son las contenedoras de la historia de todos sus fieles visitantes, de los que están o de los que se fueron, de los que visitan o de los que pisan y se van.
El espíritu de la ciudad supera a la suma de sus calles más sus personas. Es algo propio de cada ciudad. El espíritu de cada una de ellas es totalmente distinto al de otra ciudad aunque sea vecina; a poco que observemos sus calles, donde se esconde y cobija, encontraremos las personalidad de cada ciudad. Solo debemos descubrirla.

¿Dónde está la izquierda en estos momentos en España?


En el año 2014 le preguntaron a Felipe González en Zaragoza por: —¿Dónde está la izquierda en estos momentos en España? 

Y la respuesta fue simpática y dolorosa. Debía referirse a él mismo.

—Al fondo, a la derecha.

Casi nadie en la izquierda quiere que cambien todo, pues todo es necesario cambiarlo en distinta medida al menos. Y quien debería liderar esta transformación tienen sobre todo miedo… al abismo.

El PSOE de 2014 estaba congelado en el armario. No sabe qué es, no quiere saber qué es.

Pero IU está tan dividida internamente que no quiere plantear primarias pues ni ellos mismos intuyen qué sucedería.

El drama de IU es precisamente la división casi perfecta en dos. Sus enfrentamientos internos, sobre todo en algunas zonas, es brutal, es odiosa, de conocerse sería preocupante y las encuestas se hundirían.

Así que el frescor de las nuevas formaciones de izquierdas, que en otro entorno se hundirían en cuatro días, tienen la alegría de poseer al menos la razón de Estado, la mochila vacía de pesos innecesarios.


22.1.14

La generosidad del escritor es copiada de Antonio Muñoz Molina

Cuando leo a Antonio Muñoz Molina en su blog aprendo de la generosidad que supone escribir solo para que te lean, sin ningún ánimo mayor que lograr la comunicación. Él cuenta, nos habla de su vida, sabiendo que lo leerán solo recibiendo a cambio algunos comentarios y la seguridad de que escribe para alguien. 
Tanto como eso le hace feliz. No busca más. 
Escribir es un ejercicio en solitario, gratificante y vicioso que atrapa a quien osa intentarlo. Cada vez hay más escritores y menos lectores, debe ser que al dejar de fumar se cambia un vicio por otro. 
En realidad he empezado esta entrada con una equivocación mentirosa. No escribimos por generosidad sino por egoísmo. Todos queremos que nos lean.