16.2.14

Cómo les decimos al cine que el drama no es la piratería sino la televisión?

Esto de llorar por el cine que no se logra hacer es una equivocación, pero está muy mal decirlo para no molestar más. Nunca se ha hecho tanto cine y tan bueno en España como en estos años. Aunque los ciudadanos vayan poco al cine, paguen poco por entrar en salas cerradas llenas de pajaritas y niños mascando cuando no hablan a gritos. Hoy el cine se hace para la televisión aunque esto joda mucho a los profesionales del cine que todavía no se han pasado a la tele, que son cada vez menos. Y muy buenos los que todavía creen en el cine y lo alimentan con su trabajo brutal, por cierto. Diríamos que el cine se va quedando vacío de espectadores pero lleno de excelentes profesionales que se intermezclan poco a poco con la televisión, hasta que solo quede una forma de contar historias con imágenes.

¿Pero cómo les decimos a los del cine que el drama de su profesión no es la piratería sino la televisión? 

En la tele cabe todo. Desde esa cosa llamada “Sálvame” a una buena película original en blanco y negro o excelentes programas de Arte minoritario. Y debe seguir siendo así. Pero también debemos entender que cada vez más el cine que se hace para televisión, lo llamemos series o telefim o lo que nos de la real gana, es de excelente calidad. En España o en EEUU. Donde haya un buen guión o novela, unos excelentes directores y unos grandiosos actores, se hará buen cine, lo veamos en el salón o en una sala donde no es fácil levantarte a mear o ponerte cascos.

¿Es fracasar conseguir lo que se dice pretender?

Si no buscas nada y al final no logras nada, no queda claro si has fracasado o si has logrado tus objetivos. Nos planteamos muchas veces no lograr nada, conformarnos con lo que vaya viniendo, tal vez para no sentirnos defraudados si efectivamente no lo conseguimos. ¿Eso es fracasar si ya partimos de no querer lograr nada?

14.2.14

Mis círculos de Google+ son como la Bolsa. Suben y bajan

Los círculos de Google+ son como la Bolsa. Suben y bajan según el día. A veces pierdo uno o gano otro, pero nunca me fijo en quien se escapa. ¿Por qué alguien decide dejar de seguirme, dejar de leer lo que escribo si nadie le obliga a que emplee su tiempo en leerme? Con ver el título ya saben si les interesa o no, luego si se borran tras haberse apuntado es que algo les ha defraudado. La acción de borrarse es una acción, no una casualidad. Algo hay que les termina molestando. Les acepto y respeto profundamente, faltaría más, pero me gustaría saber el motivo. Posiblemente no por cambiar, sino por un simple análisis básico de actividad.  Es posible que en este mundo de las redes sociales juguemos a seguir para que nos sigan y luego borrarnos para demostrar que nos siguen más de los que seguimos. O puede que le aburra mi texto. 

¿Qué precio deberían tener los catálogos de las exposiciones?

Cuando bajo al centro creo que viajo a otra ciudad con todas sus consecuencias. Los centros de las ciudades guardan todo lo bueno, lo sabroso, la actividad. Cuando te mueves mucho por ellos te acostumbras y ya lo ves como algo habitual. Hoy he bajado al centro en busca de una exposición de Picasso y su tauromaquia. Era pequeña pero interesante, aunque siempre les hecho en falta algo fundamental. Hay que entregar más información. No vale con solo mostrar. Aumentan los textos sobre las paredes, en unos años vamos ampliando el texto para leer junto a las obras para mirar. Pero hay que insistir aunque sepamos que muy pocos los leen. Es como con los catálogos de las exposiciones. Ahora pasamos de tener que elegir entre una simple hoja con una docena de líneas y gratuita a un catálogo de 50 €. Algo intermedio sería lo lógico. Un folleto con una docena de páginas o un libro de medio centenar pero en tapa blanda y que no superara el precio de un bocadillo completo.