17.5.14

No somos pobres, ahora somo más competitivos

No somos pobres, no interesa que seamos pobres al sistema, no quieren que nos sintamos pobres para que no hagamos sufrir al sistema social. Somos más competitivos, estamos saliendo de una situación en crisis- Por eso no necesitamos más ayuda, por eso hay recortes, pues no somos pobres, si acaso unos quejicas perros flautas que lo que queremos es joder el sistema que ellos se han creado.

16.5.14

Tras escuchar levemente a Mahler me han entrado ganas de escribir

Tras escuchar los primeros compases de la tercera sinfonía de Mahler a uno solo le cabe ponerse tierno y hundirse en otro mundo. Pero no estoy en la posición ni comodidad sonora para atender. 

Vengo de hablar con una amiga que lo ha pasado muy mal hace solo unos meses. Está recuperada, todo es asumible, pero lo piensas hacia atrás y te entra el dolor de la muerta golpeando la entrepierna.

A media tarde ha estado con otro amigo, esta vez desafectado de la política. Si me lo dicen solo hace dos años no me lo hubiera imaginado. Algo estamos haciendo muy mal desde lo público para que incluso los que han levantado las columnas se vayan de campo, asqueados de tanta basura por los suelos. No es todavía el caos, pero si el final de un ciclo social largo.

No es bueno estar siempre dentro de la mayoría

Decía Mark Twain:
«Siempre que te veas del lado de la mayoría, párate a reflexionar»

La vida se alimenta de las diferencias, de las innovaciones que logran los espíritus atrevidos y libres, de las osadías que fracasan, de los diferentes. Sin las personas que logran separarse de la mayoría todo sería gris y apagado. Alguien decidió soñar con la rueda o con internet, con la penicilina o con el calzado para andar mejor. Lo curioso es que hoy no sabemos qué pensará dentro de 100 años para lograr innovar algo que hoy ni imaginamos. Pero para lograrlo no podemos estar dentro de la mayoría, sino ligeramente separados de ella para ver mejor.

15.5.14

No nos importa tu camino recorrido. Solo nos importa tu resultado

Dijo Indira Ghandi: “El mundo exige resultados. No nos cuentes tus dolores del parto, enséñanos al niño”.

Es tan básico que parece ilógico tomar otro camino. No nos expliques lo que te cuesta una innovación, un trabajo, poner en marcha una idea, el camino hasta el triunfo o el fracaso. No nos importa excepto que estemos deseosos en aprender de tu éxito o fracaso. Lo que le importa a la sociedad es el resultado final.

Te valoraremos por el producto y no por el camino recorrido. Luego es tal vez posible que nos interese el camino, pero solo si antes nos ha sorprendido tu éxito, tu innovación, el resultado de tu gran trabajo. Tu vales lo que vale tu trabajo, no lo que costó lograr la meta.