22.3.16

Bruselas es la capital de Europa. También en seguridad

Estuve hace unos meses en el mismo aeropuerto de Bruselas donde hoy desgraciadamente un nuevo atentado ha sembrado de terror a Europa. Es un aeropuerto inmenso, uno de los tres más grandes de Europa, uno de los dos que tiene Bruselas, el más grande entre ellos con diferencia. Muy bien dotado de todos los servicios, incluida la seguridad aunque como es fácilmente entendible con sus agujeros casi imposibles de resolver, donde impresiona el número de viajeros, de vuelos, de organización, lo que no evita que unos descerebrados sigan con su terror.

Por el centro de la ciudad de Bruselas es habitual ver parejas de soldados constantemente, por las calles patrullando en parejas con metralletas y ropa de asalto, y furgones militares que en algunas zonas consideradas puntos de salida urgente en el propio centro de la ciudad, están atentos a todo movimiento de las zonas que controlan. Es cierto que no hay una saturación —como en las ciudades importantes de Reino Unido— de cámaras de seguridad, donde en impresionante la sensación de estar totalmente observado, incluso dentro de los autobuses urbanos con entre 2 y 3 cámaras por vehículo.

Europa y con ella el mundo occidental, debe revisar sin duda todo el proceso de seguridad, pero es cierto que todo proceso de cambio, de ajustes extremo de seguridad en algunas zonas, supone desplazar los intentos de atentado hacia otras zonas. No es sencillo lograr la seguridad total, y no es que haya que acostumbrarse al terror, sino admitir que el daño a nuestro sistema de vida es inmenso, y debemos replantearnos muchas más cosas, por desgracia para nuestro sistema de vida.
No queremos ni nombrar la palabra "guerra" pues los conceptos sirven para creer que es mejor defenderse si le cambiamos los nombres a las situaciones. Pero Europa sobre todo está en una situación complicada y no sabemos defendernos "por debajo" de los problemas de seguridad. No sólo sirve con tener militares por las calles patrullando con armamento pesado.

Nota 1.: Leo que también se ha atentado contra la estación de Metro de Maalbeek, muy conocida por todos los que hemos tenido que ir en algún momento desde el centro de Bruselas a la zona del Parlamento Europeo. Hay que entender que el movimiento de personas es inmenso en esta zona, puntos neurálgicos de todo el movimiento de miles de persoans que todos los días acceden no sólo al Parlamento sino a las muchas decenas de enormes edificios de oficinas anexas al Parlamento o a zonas de lobbies de empresas de todo el mundo. 

Nota 2.: Sin duda es imposible evitar el terrorismo patrullando las calles con militares. Pero los explosivos, las armas, se compran y se venden. Y se sabe incluso que entran y salen de Europa y en concreto de Bruselas, con mucha más facilidad de lo que imaginamos. Controlas con exquisita seguridad eso es mucho más importante que controlar quién entra y sale de los edificios calientes. La seguridad en estos lugares emblemáticos, es imposible.

Nota 3.: Europa debe defenderse con protocolos de seguridad en el corto plazo, pero también en el largo plazo. En Bruselas hay colegios enormes totalmente separados por religiones. Colegios de educación básica donde sólo acuden católicos o musulmanes, donde no sólo los niños acuden a aprender y educarse, sino también lugares donde las familias se juntan en los recreos para hablar de sus problemas, de sus formas de vivir, y lo hacen todos los días.
A escasos cien metros de la Catedral de Bruselas (en otra calle, nada que ver en principio) hay un gran instituto de enseñanza media. Si observamos el tipo de alumnos que accede a este centro educativo veremos con claridad que no se parece en nada al tipo de personas que ves por la calle, perfectamente mezcladas por formas de vestir. Esta separación es peligrosa. Este tipo de actuaciones y cambios va dirigido al largo plazo, pero es una siembra que trabaja en contra de la integración pacífica de las sociedades. O nos volvemos más inteligentes, o no logramos defendernos. Estos problemas no se resuelven con más armas, sino con más inteligencia policial, militar pero también social. 

Nota 4.: Si no somos capaces de conseguir una seguridad diferente para Europa desde sistemas más inteligentes para una Europa herida de incapacidad, serán los populismos políticos que crecen por toda Europa, los que intentarán resolver el problema, con muchos peores sistemas y un incierto todavía mayor en la capacidad de soluciones. Europa está en un punto crítico que puede estallar en unas consecuencias hoy imposibles de medir. Y no sólo hablo del terrorismo, sino de nuestra capacidad para ser, para resolver, para ser humanos.
 

20.3.16

A sus órdenes, visitantes de Israel

Ayer este blog recibió como le ha sucedido en otras ocasiones, un inhabitual número de visitas desde Israel superior a las 2.000 y desde diversos ordenadores con distintos sistemas operativos y empleando diversos tipos de navegadores. 

Desconozco (bueno, algo hay que decir) el motivo por el que cada seis meses más o menos, un día en concreto me llegan este alto número de visitas desde Israel, tremendamente superior al que me llegan desde este país con normalidad (en la última semana dos visitas desde Israel), aunque me lo imagino. Y no entran a una entrada en concreto, sino al blog en general o a 2.000 entradas diferentes.

Así que sólo me queda saludar a los que entrar a ¿mirar? desde tan amigable lugar y ofrecerme a dar las explicaciones que consideren oportunas sobre los contenidos de este blog. A sus órdenes, visitantes de Israel.

19.3.16

Frases comerciales para ayudar a pensar

También en los Grandes Centros Comerciales nos ayudan a pensar. Es una estrategia más de sus labores comerciales, de sus formas por atraer la atención del consumidor. Entre tantas marcas creadas para que nos gastemos todo lo que ganamos y un poco más, reflexionar está bien.

“Si buscas resultados distintos, no hagas lo mismo” Albert Einstein

“No hay que apagar la luz del otro, para que brille la nuestra” Mahatma Gandhi

Es la decadencia en Europa, España y Zaragoza

Muchos sabíamos que tras el verano de 2015 iba a venir a España una nueva etapa política, interesante para aquellos a los que nos apasionan las materias sociales o incluso históricas, pues España iba a entrar en un profundo cambio. Nadie sabíamos con certeza los pasos que íbamos a dar entre todos, las variables que se podrían producir, aunque intuíamos el cambio con claridad.

Estamos a mitad de marzo del 2016, nada ha cambiado y todo está cambiando. Nada para de intentar cambiar y sin duda en algún momento, cuando todo se haya asentado, nos daremos cuenta de la importancia de estos meses, por lo que hayamos construido o por lo que hayamos destruido. Entre todas ellas la esperanza. Caminamos hacia la nada más absoluta, rompemos soluciones y proyectos, seguimos inmensos en una sociedad incapaz de encontrar soluciones a sus problemas. Somos grises y parecemos grises. 
Asistimos a la implosión de partidos políticos enteros, que a duras penas intentan sobrevivir con cambios de nombre, con otros dirigentes, con deconstrucciones como si fueran un plato oriental, con refundaciones posibles e imposibles como si se obviara a la sociedad que es quien examina y aprueba o suspende. 

Los nuevos políticos, los mismos que abominan de lo que llamaban “vieja política” esos mismos que inventaron (je je je) los círculos, cambian de dirigentes en un sueño, sin preguntar a nadie de los suyos, sin pensar nada más que en “los jefes” y desde “los jefes”. ¿Eso es lo que debemos entender como “nueva” política?

La mediocridad se está asentando sobre Europa, España y Zaragoza. Incluso sobre el Rabal y sobre mi calle. Todo se está volviendo gris, apagado, taciturno, mentiroso, manipulador y manipulable, triste y ojeroso antes de despertarse. ¿Culpables? Sin duda todos. Tú y yo. Yo el primero, sin duda. Pero la factura nos la traerá el camarero al final de este ágape. ¿alguien piensa que esto es gratis? La corrupción no sale gratis y que tengan que ser los jueces los que nos digan constantemente a los políticos qué debemos hacer tampoco es gratis. Lo dicho, muy apasionante, si no fuera porque a la vez es muy triste ver la decadencia.