8.12.16

Pobreza en ciudades y en zonas rurales

Cuando hablamos de pobreza debemos diferenciar no ya los grados de la misma, sino las circunstancias sociales que rodean a la pobreza. No es lo mismo ser pobre en una ciudad que en una zona rural, no debemos confundir pobreza con retraso en el desarrollo económico, no es lo mismo pobreza que miseria.

Esta imagen es de una conocida ciudad europea hace 50 años. Hoy nos parece casi imposible incluso con el grave problema que tenemos en estos momentos en Europa. Pero hace 50 años podríamos haber dicho que era Zaragoza y su barrio de La Paz. La pobreza tiene muchas miradas y va cambiando.

En las zonas rurales de medio mundo la población aparenta ser mucho más pobre que en las ciudades, pues les faltan elementos que consideramos imprescindibles en estas. En realidad es simplemente un proceso a medio realizar en el desarrollo económico. Si un país o una población o un colectivo, vive como vivíamos nosotros hace 50 ó 100 años, no son pobres en sí (los de la imagen sí, sin duda), como no lo éramos nosotros en aquel momento. Su proceso de crecimiento económico les llevará en pocos años acercarse mucho al lugar donde estamos nosotros.

En las zonas rurales puede existir la sensación de más pobreza que en las ciudades pero es falsa. En ellas las diferencias económicos entre las personas es menor que en las ciudades. Las grandes fortunas no suelen existir pues huyen hacia las ciudades y los pobres nunca llegan a ser míseros, pues en las pequeñas localidades existe un sistema de ayuda y apoyo diferente al de las ciudades, que evita la pobreza absoluta.

Uno es y se siente pobre si las aspiraciones de “tener” son muy superiores a las realidades según su posibilidad económica y a su situación muy inferior, con y contra el resto de individuos que le rodean en su zona de vida social. En las zonas rurales esto no es tan acentuado como en las ciudades.

Incluso esta realidad se acentúa según vaya creciendo la ciudad. En las megas ciudades además de pobreza hay miseria organizada. Los pobres ya no son un elemento disperso, sino que forman barriadas enteras muy numerosas. Los pobres ya no forman una posibilidad de mezcla con el resto de la sociedad en busca de apoyo o de caridad. Literalmente solo acuden a la ciudad a robarle lo que no tienen, desde diferentes posibilidades. No se sienten pobres, sino diferentes. Están excluidos pero ellos lo sienten desde la óptica de un enfrentamiento social, larvado o contundente. Y en realidad es verdad.

Las sociedades nunca deberían permitir la miseria (para su propio egoísmo), tampoco la pobreza pero esto es mucho más complejo y necesita de más mecanismos de cambios social.

7.12.16

Un africano mezclado con recuerdos alemanes

Este señor vino a Zaragoza unas horas desde África, a dejarnos su imagen y sus músicas. No tengo idea de si sabía donde estaba Zaragoza, España o la calle en donde aterrizó desde un autobús junto a sus compañeros.

Muchos en la vida, hemos aterrizado en plazas curiosas y extrañas que ya nunca volveremos a pisar. Incluso muchos de nosotros las recordamos en una imagen interior, por si alguna vez podemos volver, que siempre deseamos, por recordar tiempos pasados.

Yo tengo guardado en mi memoria un pequeño parque plaza en Kiel (Alemania) como si lo estuviera observando ahora mismo. Estuve unos minutos, pero se me quedó dentro. Debió ser el frío de 12 bajo cero, que no me parecía frío comparado con el de enero en Zaragoza con cierzo.

O igual fue la solución que le habían dado a los árboles elevándose del césped rodeandolos con piedras y adoquines. O un avión alemán de la II Guerra Mundial junto a una iglesia destruida en la misma plaza que ahora no encuentro en Google. 
 
O sus enormes cantidades de zonas verdes y árboles rodeando las casas, pelados de hojas pero demostrando que se puede vivir en una ciudad donde hay más metros de zonas verdes que de asfalto.

Márgenes que quedan en los productos de venta

No es fácil saber hacia dónde van los euros que pagamos por cada producto que compramos. Sabemos que se los entregamos a la tienda a cambio de un producto, pero desglosar el coste de todas las partes que intervienen en la fabricación y venta no es sencillo. ¿Cuánto margen queda de un vestido, de una vivienda, de un litro de leche, de un kilo de fruta o verdura, de un mueble de salón?

Empecemos con un traje que nos cobran 150 euros. El Estado en forma de IVA se lleva unos 30 euros. La materia prima y transporte excepto la mano de obra se lleva unos 20 euros. Unos 13 euros la mano de obra para fabricarlo. La fábrica y como beneficios se lleva entre 10 y 27 euros, depende de si se fabrica en un país o en otro. Y la tienda vendedora se queda entre 60 y 75 euros del precio final.

Sigamos con una vivienda de 250.000 euros precio final. El Estado se lleva unos 25.000 de IVA. Otros 15.000 se llevan los vendedores y los impuestos de trasmisiones y notarías. Unos 70.000 euros van al precio de compra del suelo aunque esto varía mucho depende de alturas del edificio, zona donde se encuentre, etc. El promotor se llega a quedar ahora unos 50.000 euros. El arquitecto, los notarios, los aparejadores se pueden llevar unos 30.000 euros. Otros 30.000 euros se quedan en el constructor y otros 30.000 en materiales. Estos precios se ajustan según el mercado, sobre todo de la parte que se quedan en promotor, constructor y propietario del suelo.

Cuando hablamos de fruta o verdura, se podría decir que del precio de venta, una vez retirados los impuestos, el resto se divide a partes iguales entre agricultor, mayorista y tienda. Pero si hay que ajustar algún beneficio se empieza bajando el margen del agricultor y luego de los demás.

De un litro de leche que nos cuesta 1 euro, es decir una buena leche de marca, el ganadero se lleva entre 30 y 46 céntimos. El envase se queda unos 15 céntimos. El vendedor unos 10 céntimos. El transportista otros 10 céntimos. El fabricante y almacenero del producto otros 15 céntimos y el Estado otros 4 céntimos. Si se paga menos al ganadero se intenta vender más barata. Hay un margen extra para el fabricante que es la grasa que logra sacar de la leche en la fabricación para otros productos.

¿Y un mueble? Pues imaginemos uno de unos 1.200 euros. Y pasemos a desglosarlo. Unos 500 euros van a parar a la tienda. El Estado se queda con 210 euros. Unos 130 euros van a la mano de obra. Unos 110 euros a los materiales. El fabricante como empresa se queda otros 120 euros. El barnizador unos 60 euros. El transporte unos 20 euros. El montaje y los gastos varios suponen otros 50 euros.

Lista alimentos para 14 días en habitación del pánico

No sé bien el motivo, pero están circulando listas con todo lo necesario para estar 14 días encerrado en un refugio o habitación del pánico, por si sucediera una catástrofe natural o provocada por los humanos. Deben ser ganas de meter miedo o de que compremos algo que no vamos a tener necesidad de consumir, sí de estropear si no tenemos cuidado, pero el caso es gastar dinero. Son listas donde se nos dicen qué debemos guardar en la despensa de estas habitaciones del pánico, más unos consejos para sobrevivir esos 14 días. No dicen nada de qué hacer trascurrido ese tiempo. ¿Salir? ¿Mirar por una rendija? Se olvidan de algunas cosas que yo he ido añadiendo.

Esa reserva de emergencia se puede tener guardada y bien archivada con fechas de compra y de caducidad, para ir consumiendo en el hogar y reponiendo los productos, según vayan pasando los meses. Sería una reserva constante en un almacén preparado para ello. Un garaje, una habitación preparada para almacén o despensa, etc. Si es una habitación del pánico de verdad, debe tener una mesa, una silla, una cama o similar y un wc químico.

Tenemos que pensar en que muy posiblemente en estos casos, la energía sea inconstante o nula. Cocinar será imposible o muy complicado, si es invierno hará mucho frío, si es verano y no es posible abrir ventanas de ventilación se concentrará mucho calor, y por las noches la oscuridad será inevitable.

Los datos que se publican en estas listas generalmente americanas o alemanas son por persona. Ustedes los pueden adaptar al número que necesiten e incluso a los hábitos alimentícios de la familia o a la época en que deba guardar ciertos productos. En caso de fallo eléctrico, debe consumir primero como es lógico, aquellos productos que pueden quedar pasados de fecha muy pronto, como frutas y verduras.

Recuerde que en el caso de una situación de crisis también puede quedarse sin suministro de agua. Por tanto, cada despensa de esas habitaciones del pánico deben contener una dieta equilibrada con cantidades adecuadas de agua potable y con alimentos que se puedan comer fríos si es necesario.

También resulta muy útil tener una alternativa de cocina de gas con bombona de recambio llena, de tamaño pequeño. Y una estufa de gas tipo camping por si hubiera un fallo del suministro eléctrico o de gas ciudad y no se pudiera calentar la comida y el agua.

Ningún alimento puede mantenerse indefinidamente, por eso todos ellos deben estar etiquetados por usted con la fecha de caducidad y organizarlos con arreglo a estas fechas. Incluida el agua. Y nunca tomar productos de latas abolladas, que no ofrezcan seguridad, pues lo peor en estos casos es enfermar de los intestinos.

Para las mascotas debe también cubrir sus necesidades a través de un suministro de conservas de alimentos o de pienso seco.