20.7.17

Las plazas centrales, son los iconos de las ciudades

Esta plaza es un icono mundial. Como esas otras tres o cuatro plazas que repartidas por el mundo todos conocemos por el nombre y que muchas veces nos hemos planteado intentar visitarlas como deseo a veces muy complicado. Esta es Times Square, pero no voy a hablar de este lugar en concreto, sino de su uso y utilidad.

Las PLAZAS urbanas son los corazones de las ciudades, esos elementos centrales de reunión, de atractivo interno y externo, y sin las cuales las ciudades pierden su sentido. En Madrid tenemos la la Puerta del Sol o la Plaza Mayor, en Barcelona la Plaza de Cataluña, en Zaragoza la Plaza del Pilar, en Valencia la Plaza del Ayuntamiento.

En New York tienen Times Square desde donde juran su cargo alcaldes o desde donde se celebra el inicio del Nuevo Año. Pero las plazas viven cada día del año, y necesitan tener sentido los 365 días de cada año. Times Square siempre está lleno de personas que miran o visitan, deambulan o se quedan sentadas contemplando el paisaje. Es un paisaje único, curiosamente un paisaje natural pues está lleno de personas.

Aquí se hace danza o se venden pequeños recuerdos, se hacen barbaridades violentas o se montan pequeños altares de recuerdo. Aquí se come o se bebe con unas fuertes medidas de seguridad, como es lógico por ser el lugar que es. Pero sobre todo aquí el viajero se sorprende.

Una plaza central de una gran ciudad debe sorprender, debe tener su personalidad propia y demostrarla nada más mostrarse al viajero. Quien salga del Metro en la zona de Times Square debe quedar con la boca semiabierta, y darse cuenta que está ante un lugar icónico, como sucede si entras en la Plaza Roja de Moscú o en la Plaza de Tiananmén de Pekín. Cada una además con su propia y diferente personalidad. Cada una con su horario excelente y particular para ser visitadas con más éxito.

Un parque urbano muy conocido, que parece un bosque

Podríamos pensar que esto es un espacio natural, que lo es, un paisaje montañoso o un bosque con praderas, que lo parece. Y no. Es un simple y muy conocido parque urbano. Es una imagen del Central Park de New York en una mañana lluviosa.

Cuando nos quieran convencer los urbanistas o políticos que en las ciudades los parques tienen que ser como plazas grandes, con sus calles y mobiliarios urbanos, diseñados en plano, sin alternativa al engaño natural, les podemos decir que sí pero no. Que en un parque hay espacio para todos y que debemos saber utilizar en el diseño la copia simple de la naturaleza.

Un parque no debería ser un lugar plano y vacío al que le ponemos caminos y le plantemos setos y árboles sin tino. Un parque es mucho más sobre todo porque su durabilidad en el tiempo es muy alta. No es nada sencillo que un parque urbano deje de ser parque para ser otra cosa, por eso en el diseño deben primar criterios de uso natural.

18.7.17

Ciudad de Padua, ejemplo del urbanismo en la Edad Media

En este grabado podemos ver el desarrollo de la ciudad italiana de Padua en el siglo XV, como ejemplo del desarrollo de las ciudades en aquellos siglos de la Edad Media. Ciudades en crecimiento como podemos ver por los añadidos de sus fortificaciones ampliando el terreno perimetral, y cómo en ellas y en muchas ocasiones, existían al menos dos ciudades. Y dos muralles diferentes.

Por una parte la zona central, donde estaba y viía el poder, la Catedral y conventos importantes donde vivían sacerdotes y monjas para servirles, los ciudadanos poderosos que mandaban en la zona y poseían los terrenos del entorno. Una ciudad más planificada y mejor defendida, controlado su crecimiento pues ya no era posible vivir en esa zona excepto si eras hijo o familiar directo de los poderosos y con zonas abiertas en su interior para el disfrute urbano, como plazas o enormes patios de recreo.

Mientras y a su alrededor iba creciendo el segundo anillo de ciudad, más desordenado, con un crecimiento irregular, que tenía que soportar en este caso el río y sus suciedades y algunos servicios públicos menores, donde vivían los militares de alguna graduación, los comerciantes y algunos artesanos no molestos.

Y fuera de esta segunda zona urbana es donde se asentaban los profesionales más molestos como carboneros o curtidores, las prostitutas y zonas de pobres, los asentamientos militares, los criados que no vivían con las familias que los contrataban e incluso los enfermos crónicos.

Los agricultores y ganaderos con sus criados vivían en el campo, en torres o asentamientos familiares y pequeños, donde tenían el trabajo mucho más cerca, pues los desplazamientos no eran como los actuales, y se debía vivir donde se trabajaba.

Si viéramos ahora el plano actual de la ciudad de Padua y siguiéramos con la vista el curso de los ríos Brenta y Bacchiglione, observaríamos que en la actualidad sigue existiendo —como en muchas ciudades romanas (por ejemplo Zaragoza)— un diseño y desarrollo urbano que ha seguido las líneas de su primitiva ciudad.

Diseño de los barrios en la Edad Media

En la Edad Media, las villas y localidades de las zonas comarcales eran poco numerosas en habitantes, pequeñas en tamaño comparadas con las actuales. A lo sumo contaban con unos pocos miles de habitantes, pues la mayoría de los ciudadanos vivían y trabajaban en el campo, alejados de los núcleos urbanos, a los que acudían a comprar o en busca de servicios.


Las ciudades en cambio sí estaban muy pobladas, aunque su tamaño físico era en comparación menor al actual para el número de personas que las habitaban, que se apiñaban en callejones estrechos, llenos de recovecos y a lo sumo de pequeñas plazas.


El crecimiento de las ciudades venía del comercio y de los beneficios que este generaba en cuanto a distribución o almacenaje. Junto a esta actividad, eran los artesanos los que predominaban, agrupados en cofradías o gremios, donde se protegían de sus intereses para que los precios fueran acorde con las necesidades vitales de sus negocios, y no se apoderaran de todo el control los propios comerciantes.


Por ello era normal en las grandes ciudades la existencia de barrios pequeños si los comparamos con la extensión de los actuales, donde vivían juntos los profesionales de los mismos gremios.

Esta imagen es del desarrollo urbano del barrio El Boterón de Zaragoza, cercano al de Sementales o al de Tenerías. Calles estrechas y que al modo árabe, se retorcían o configuraban callejones sin salida.