26.12.17

Felipe VI cambia lo magro del discurso en 3 meses

El discurso del Rey Felipe VI de la Nochebuena de 2017, lanzado a los españoles casi a la misma hora pero dos meses y 21 días después del que nos propuso el 3 de octubre, contiene una serie de rectificaciones verbales que sin duda hay que señalar, para poder colocar en su lugar el momento actual.

Admite en su discurso pero sin decirlo con claridad que aquel 3 de octubre se equivocó en el tono y en parte del contenido. Cayó entonces en el gran error de ser parte de un Gobierno en contra de una parte de ciudadanos españoles, creyendo que como estos deseaban la República ya no merecían su atención y apoyo o ayuda. Infantilismo político equivocado o mal aconsejado.

Si el 3 de octubre Felipe VI estaba caliente y potente, este 24 de diciembre ha estado frío y distante, deseando transmitir unidad sin romper lazos con nadie, estando por encima de todos y por ello sin estar con ninguno. Insuficientes gestos, aunque pedir más en estos momentos sea tarea imposible pues ahora todavía no toca demostrar que para querer a toda España, hay que querer a todos los españoles. Estamos en la entrada de nadie sabe qué.

Él sabe que a quien apoyó el 3 de octubre ha fracasado estrepitosamente en Cataluña el 21 de diciembre, y que seguir estando a su lado es una segura manera de tener su mismo futuro. Si de 135 parlamentarios, Mariano Rajoy se ha quedado con 4, seguir apoyando sus decisiones es un seguro de muerte, peligrosísimo si se quiere solucionar un problema que afecta a todos los españoles. No sé si se debe estar por encima, pero seguro que si se quiere estar, hay que hacerlo desde dentro y con todos. Sorber y soplar solo lo saben hacer los buenos deportistas que ganan medallas.

No es posible —que ayer ya rectificó—, decir que la sociedad catalana está rota, aduciendo que parece ser un problema de los catalanes, provocado por los catalanes y sus instituciones. Es un problema de todos y provocado por y para todos.

Y las soluciones tienen que venir de todos los que sepan fabricarlas. Y los que no sepan deben irse a su casa. Y si no se sabe leer el problema de Cataluña, no se sabrá nunca resolver el problema con los catalanes desde España. Menos banderas de ningún tipo, y más, mucho más dialogar y verse las caras.

Hay que resolver importantes problemas de convivencia social con Cataluña, efectivamente hay rupturas y falta de compromiso por parte de casi todos para buscar soluciones. Pero ni cargando la policía contra abuelos se resuelve el problema, ni metiendo en la cárcel a quien al final tendrás que sentarte a negociar, ni es positivo el llevar cruceros de soldados pues su gesto no ayuda a encontrar soluciones, cuando estas son como poco producto de un conflicto de dos millones de personas en un territorio que queremos que siga siendo España.

25.12.17

La Transición, llena de nuevas preguntas

Juan Carlos Monedero en su libro “La Transición contada a nuestros padres” publica casi de entrada una serie de preguntas que dejo en la imagen, que él considera de un ciudadano perplejo. No coincido con todo el contenido del libro, como es lógico y él tampoco pretende, aunque sí con muchísimas de sus notas. Es muy complejo analizar fuera de tiempo lo que se hizo, pero su mirada ajena a esos años sí ofrece un perfil diferente y por ello añadido a lo que pudimos hacer y lo que tuvimos que dejarnos en el camino.

Estamos en otros años, pero seguimos en la Transición, pues no está acabada. Ahora es a gente como Monedero a los que les toca escribir los nuevos renglones de la historia. Desde muchos sitios, no solo desde la política de la gestión. Pero sin duda alguien debe cerrar esa Transición mal empezada y sobre todo muy controlada por los que deseaban que no se rompieran los jarrones de palacio.

Manuel Gerena, un poeta flamenco en la Transición

Si en Aragón tuvimos a José Antonio Labordeta, en Andalucía tienen todavía a Manuel Gerena, un referente en poesía por la libertad, un músico poeta que lideró en los años de la Transición (lo sigue haciendo) la lógica puesta sobre los escenarios de la voz del pueblo, de la contestación desde la palabra, la música y el arte, ante una transición lenta e insegura y antes a una dictadura agonizante, que no servía para la dignidad del pueblo español.

Sevillano, trabajador humilde, flamenco cantautor, llenó escenarios en los primeros años de la transición por toda España. En Zaragoza le recuerdo en sus primeros años cuando vivía en Barcelona, dando un recital en el barrio obrero de La Paz en Zaragoza, que dejó pequeño, creo recordar (puedo equivocarme) dentro de los salones de la parroquia, donde nos mostró a los presentes que el flamenco puede hacer por la reclamación de la libertad con sus quejíos poner no solo música sino sobre todo sentimientos.

Hoy Manuel Gerena es un referente reconocido, sigue llamando a las cosas por su nombre poético y a veces tremendamente duro, no está en nada de acuerdo con la situación actual de la sociedad que tanto defendió, y se le recuerda con sumo respeto por sus numerosas actuaciones y por su lucha inmensa para trasladar a la sociedad su poesía o la de otros grandes del siglo XX, siempre que le dejaban que en aquellos años no eran muchas veces, pues las prohibiciones de sus recitales eran constantes y su entrada en calabozos una forma de exigirle que se callara.

Rafael Alberti, le escribió a Manuel Gerena en el año 1971 este poema:

La coplas que a ti te salen, te salgan como te salgan, valen.

Porque tú no estás, ni estamos, para fuegos de artificio cuando apenas respiramos.

Escribir para cantar…, cuando se canta, lo escrito ya pertenece a la mar.

Te llamas Manuel Gerena, ¡qué bien consuena tu nombre con la pena!

La pena que es valentía cuando no dejan al pueblo más que pena y agonía.

Pena grande que quebranta los huesos si al pueblo ponen una soga en la garganta.

Canta muchacho andaluz, porque tu cante a la sombra le quita cruz y da luz.

Canta y sigue, por delante de ti se abre toda España a la honda voz de tu cante.


En 1975 también se pedía amnistía por Navidad

Resulta curiosa esta portada de la revista satírica Hermano Lobo del año 1975 recién muerto el dictador Franco. Y es curiosa por que pide “amnistía” para los presos políticos de entonces. Presos por sus ideas políticas juzgadas por acciones en contra de las leyes de aquel momento, y que vistas desde hoy nos parecen absurdeces.

¿De verdad es absurdo? No voy a dudar de que los políticos catalanes que en las navidades de 2017 están en la cárcel, lo están por decisiones políticas tomadas por ellos. Se han saltado la Ley de España, pero atendiendo a mandatos refrendados como poco por sus votantes, que son millones de catalanes. Declararon la independencia y la República, que figuraba en su Programa Electoral con el que se presentaron y ganaron. Por cumplir un programa electoral que les permitió ganar, están en la cárcel. ¿Por qué se les permite acudir a unas elecciones con un programa electoral que plantea acciones ilegales?

Son políticos presos por tomar decisiones políticas. Y se habla en la España de 2017 otra vez de amnistía, aun sabiendo que sin sentencia no se puede conceder indulto. También es verdad que tenerlos en la cárcel no supone ninguna ventaja para España ni para Cataluña, y sí una vergüenza por lo que supone. Si al final se escapan a Bruselas con Puigdemont no sería un drama sino tal vez una tranquilidad política.

Desde 1975 a 2017 han pasado 42 años y seguimos hablando de amnistía. Algo se ha hecho muy mal, cuando se siguen metiendo en la cárcel a políticos, aunque hayan cometido errores del calado de los que se han cometido en Cataluña. Errores por cierto, ratificados hace tres días por otros dos millones de catalanes en las elecciones al Parlamento de Cataluña.

¿Se está dando cuenta alguien que judicializar la vida política no sirve para resolverla, sino para estropear la vida social?