6.2.20

La importancia del Arte Urbano en la vida de las ciudades

A veces criticamos el efímero arte urbano que llena de color y formas nuestras calles. No lo hacemos bien. Mientras algunas ciudades españolas o de todo el mundo han puesto en valor el arte urbano como una forma de dotar de más calidad a la ciudades en sus tramos públicos urbanos, otras no saben aprovecharse de esta posibilidad sencilla y barata.

Aquí vemos un tapia de Madrid, un tabique de cemento que esconde un solar vacío. En sus letras parecen árboles que se quieren elevar sobre el cielo, disimulando lo feo y creando un paisaje de troncos y de color.

Y he buscado este ejemplo como el más simple y sobre el que a veces recaen más críticas. Los nombres, los textos bien realizado. Nada tiene que ver esto con ensuciar las calles o las paredes. Son personas distintas, como es diferente ir con tu coche de un lugar a otro o ir con un coche saltándose los semáforos y a 120 por las calles de tu barrio. Todo es ir en coche, pero las formas son totalmente diferentes, legalmente distintas.

El arte urbano alegra las ciudades, los paseos, las calles de los barrios, los espacios más vacíos. Es un excelente complemento moderno y urbano para dotar de alegría a las ciudades.

5.2.20

Si tienes dudas no preguntes. ¡Pregúntate!

Preguntar siempre es arriesgado pues a veces te pueden responder. Y puede ser que la respuesta no te guste nada. Cuando alguien pregunta es porque espera una respuesta, y a veces espera "su" respuesta, la que él cree que le corresponde, que se le debe dar. Y es entonces cuando se puede estar equivocando.

El de la pared pregunta: —¿Molesto?— lo cual es un claro ejemplo de que él ya sospecha que efectivamente molesta. Si alguien responde a su pregunta y lo hace con sinceridad lo normal es que lo que diga sea afirmativo. 

—¡Sí!, molestas e incluso mucho, tanto que hasta tú mismo te has dado cuenta.

Algunas preguntas nos las podemos responder nosotros mismos, no hay que esperar a preguntarlas y a que nos las respondan. Es más positivo y sobre todo menos cruel que nos responsamos nosotros mismos a que lo hagan los "de fuera".

4.2.20

Nosotros tenemos que ser más amigos de nosotros

Exigimos a los demás que nos traten bien, que sean cariñosos, amables, que nos respeten y nos entiendan. Es lo mínimo que debemos pedirles por estar cerca de nosotros. Y si los demás no lo hacen  nos enfadamos mucho o nos deprimimos.

¿Pero somos capaces de hacer esto mismo nosotros con nosotros mismos?

Cada vez nos queremos menos, nos respetamos menos, nos hablamos de forma más violenta o no nos hablamos. Nos ponemos tristes con nosotros mismos, nos exigimos lo que no somos capaces de realizar sin poner medidas de verdad y nos tratamos como si en realidad fuéramos dos personas cuando somos una y además somos la única.

No nos queremos entender, y sobre todo no queremos ayudarnos a cambiar lo que vemos que no funciona bien. Normalmente estamos perdiendo una buena relación con nosotros mismos. No cuidamos nuestra salud, nuestro cuerpo, nuestra forma de comportarnos con lo que nos rodea, sin darnos cuenta que eso nos influye negativamente.

Aquello que los demás nos dicen sobre nosotros creemos que  se lo dicen a otro yo, y que no tenemos que escucharlo. Eso no quiere decir que haya que hacerles caso a todo lo que nos digan, sino que tal vez haya que escucharlo para analizarlo. Y defendernos.

Nuestro futuro es NUESTRO, y en ese futuro entra todo lo que estamos haciendo hoy por nosotros mismos. 

Nadie nos va a resolver nada que no sea algo que nosotros mismos debemos intentar resolver pues la libertad propia nos pertenece. Somos uno solo y nos debemos querer mucho más, a la vez que debemos ser más responsables con nuestras vidas.

3.2.20

Ya estamos en junio, directamente desde enero

Nos nace febrero veinte veinte con 25 grados que es una forma provocativa de llegar al mundo. ¿Qué le deja a junio? Precisamente de eso se trata en estos tiempos líquidos, de ocupar los espacios de los otros, para que cuando lleguen si vienen detrás, no tengan hueco. 

Así que a junio solo le queda ser julio y a este ser agosto cabrón. Es la supervivencia de los bichos. 

Salgo a la calle tras unas semanas de frío y nieve y me encuentro como raro, y para disimular me pongo las gafas de sol y así me hago a la idea de que he viajado a Argentina o Chile donde todavía es verano. Pero no encuentro Mate ni psicólogos. 

Los psicólogos en España están todos muy ocupados atendiendo a los políticos. Tampoco ellos saben bien quién son, si febrero o junio. Estamos todos tan raros que no nos entienden ni los niños de pecho.