En la lección 29 de algún libro escolar de principios del siglo XX ya se advertía que los enemigos verdaderos se esconden, son pequeños, diminutos, que son innumerables y que vivimos entre ellos sin detectarlos. Para terminar advirtiendo que estos bichos devoran sin cesar nuestras fuerzas, nuestras carnes pues las necesitan para vivir, y que su presencia entre nosotros no se puede ni sospechar.
Podría parecer que hablar de los virus hoy de moda, o de las bacterias, pero no. Yo creo que no habla de los virus, pues los llama bichos.
Para mi que este libro con más de un siglo de antigüedad enseña que los enemigos pasan desapercibidos y que hay que aprender a defenderse de ellos a base de detectarlos. Y que aunque son enemigos invisibles para el huésped de su chupasangre, son muy visibles para otras personas.
Cuidado con los enemigos que se acercan para apoderarse de nuestro cuerpo, no vaya a ser que no sean virus ni bacterias.
28.5.20
26.5.20
Crece la violencia entre españoles. Y eso no me gusta nada
Crece la violencia entre partidarios del nacionalismo español y los que quieren demostrar que son de izquierdas. No hay miedo, todavía, pero si crece la violencia verbal que en algunos casos ya se va convirtiendo en agresiones físicas.
Me preocupa esta clima de lucha fratricida ideológico, pues nunca trae buenos finales. Pero nadie parece ser capaz de pararlo, de resolverlo, de mesurarlo al menos. Es como un deseo escondido de ir añadiendo más madera para mantener el fuego siempre encendido, para ver si es necesario prender totalmente el bosque de la convivencia.
Algunos periodistas lo alientan, curiosamente incluso periodistas de renombre como si tener renombre sirviera para tener inteligencia social y mesura. Les pido demasiado pues dentro se esconde el odio y la venganza.
Hay excesivas personas que se creen que España es un corralito donde pueden tener a muchos cerdos pastando para crear lomos embuchados. No me gusta nada lo que veo.
Cuidado con meter la pata sin motivo aparente
En la vida, por la vida… siempre con cuidado, y si solo tienes una pierna cuida mucho en no meter la pata buena. Te podrías quedar sin ella.
La viñeta es de Perich de los años 70
La viñeta es de Perich de los años 70
25.5.20
¿Podemos desmasificar la sociedad para defendernos?
¿Es posible desmasificar la sociedad para defendernos? Aunque la primera pregunta sería si es necesario para podernos defender en el futuro a la sociedad de nuevas crisis de salud. Lo imposible —es en apariencia al menos— prohibir reuniones de “muchas” personas pues eso afecta totalmente e nuestra forma de vida pasada.
¿Prohibimos el teatro, el deporte con espectadores, la playa como la conocíamos, las manifestaciones, las Ferias, las Fiestas de las ciudades y pueblos? La solución no puede pasar por evitar que se reúnan a la vez y en el mismo sitio más de una docena de personas.
Incluso teniendo vacuna podrían surgir nuevas formas del virus y la solución no parece el confinamiento, la individualidad como nueva forma de estar entre la sociedad.
Hay que aprender a mirarnos con nuevos objetivos, aprendiendo a medir el riesgo de otra forma, admitindo que el Riesgo 0 no existe desde la prehistoria.
Podríamos pactar un abandono de ciertas prácticas sin defensa, algo complejo pues depende de cada persona. O podríamos terminar —como parece lógico— en manos de la sociología para comprender las decisiones de las personas y trabajar con ellas.
El problema de salud ha devenido en un problema económico en segundo lugar, pero también en un problema social tanto en el aspecto económico como de relación con la propia vida en sociedad.
Y ante estos nuevos retos ya no deben ser los técnicos en Sanidad los que opinen, sino los técnicos en psicología social, en sociología, en economía.
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