29.12.20

El SALUD de Aragón se lo tenía que hacer mirar. No es un problema de pandemia

La Sanidad en Aragón, el SALUD está demostrando en estos meses su verdadera forma de trabajo y lo saben bien los responsables. No tiene la calidad que se le presuponía y no es problema de una pandemia que nos ha afectado a todo un país, sino de una organización muy burocratizada, excesivamente corporativista, nada organizada con criterios del siglo XXI. Y si ellos mismos dudas de estas palabras, simplemente deben escuchar a los profesionales que desde dentro se llevan quejando de lo mismo durante una década.

En una empresa privada estas formas, estos modos de trabajar los problemas, no serían aceptables, excepto meses antes de tener que cerrar por quiebra.

No quiero dar detalles, soy un responsable de la Sanidad de Aragón sin tener nada que ver con el mundo médico, pero sí sé lo que digo, pues tengo que participar desde dentro de unas gestiones que no me gustan nada. 

O somos capaces de tomarnos en serio, muy en serio, el hecho contundente de que los servicios públicos en la España de la pandemia (y por desgracia desde antes de la pandemia) nos los estamos cargando, o lo vamos a pagar a corto plazo perdiendo unos Servicios Universales que se van a ir convirtiendo en Servicios Privados. 

Para conocer los detalles de las disfunciones, simplemente hay que escuchar a las personas, dejarse llamar para recoger problemas y reflexionar de en qué punto estamos y qué debemos pedir a unos Servicios Públicos que sirvan. Que pidas hora para el médico de familia un 29 de diciembre y te den hora de consulta telefónica para el 14 de enero es algo más que un problema de pandemia.

Julio Puente Mateo

26.12.20

El vínculo de apego si es excesivo necesita resolverse


Ser una persona muy familiar tiene sus pros y sus contras. Depende también de cada forma de pensar y del grupo social y cultural al que se pertenece. Mi amor a la familia es incondicional y sobretodo en fechas señaladas no concibo estar sin ellos. Resulta complejo imaginarme un cumpleaños, una Navidad o un Dia de la Madre sin su calor cercano.

Mi familia me roba el sueño, y es tal el asunto (debería hacérmelo mirar, ya lo sé) que si me dan a elegir entre pasar una Nochevieja con amigos o con mis padres y mi hermano, me quedo en casa con ellos. Por eso me cuesta entender que haya familias despegadas —y me explico— familias que en Navidad no sean capaces ni de llamarse o de comprar un detalle que agrade a sus hij@s o a sus progenitores.

Puedo decir que las cuatro navidades que no comí con mi familia, sentía que me faltaba algo. Algo vital. Y, sí lo sé, esto es un arma de doble filo. Porque si un día la vida nos separa por circunstancias más que evidentes, será difícil de llevar para mí (es egoísta quizás pensar así ). Y también sé que me cierro yo la puerta de pasar momentos únicos con otra gente.

No concibo una Nochevieja con amigos, o solo con mi pareja. Me preocupo si algo les falta a la familia, si no estoy a la altura, si tosen dos veces seguidas. Y sé que lo tengo que superar, pero puñetas, no sé.

Todo esto tiene un nombre, APEGO, y me pasa también aunque en menor grado con esas personas que me hacen sentir bien, que son amistades por las que di y doy lo que puedo. A las que intento corresponder, aunque no todo a veces es correspondido como una espera. Estas personas, todas, la familia y esas amistades me han hecho sentir fuerte y salir a flote a veces sin saberlo. Y yo, sin todo eso soy mucho menos.


Laura Puente

Leer tebeos es MUY peligroso. Te puedes volver lector de libros y eso ya jode

Ya de niño fui casi consumidor convulsivo de tebeos, pero de muy niño, de menos de 10 años y puede que de 8, lo que nos indica que algo no me iba bien en la cabeza. Leía tebeos con mi hermano que es dos años y pico más pequeño que yo, lo que yo nos indica claramente que íbamos los dos para locos de atar, pero luego se ha demostrado que no, que los tebeos, aunque fueran del Capitán Trueno, de Jabato o de Hazañas Bélicas no trastornan los cerebros de los niños muy niños.

Como éramos niños pobres nunca podíamos comprar tebeos nuevos, pero en aquellos años 60 no era imprescindible. Había dos caminos alternativos para los niños pobres. El uno era comprar tebeos nuevos pero fuera de fecha, en algunas tiendas como en la del Tubo Zaragozano en donde se podían comprar cientos de tebeos (para quien tuviera céntimos o pesetas sueltas) a costa de que fueran tebeos con una esquina cortada para indicar que no eran comprados en "su" fecha, sino semanas después de que los niños ricos los hubieran leído. Eran tebeos nuevos pero eran tebeos de reestreno, del almacén que los recogía en su fecha y estaban fuera de venta en los sitios finos.

La otra manera de leer tebeos para los niños pobres era cambiarlos en tiendas que se dedicaban a ello. Había una tienda en la calle Sepulcro enfrente del actual Centro de la Tercera Edad, otra en mitad de la calle Teobaldo y otra (la mejor) en el Coso Bajo poco antes de la plaza de la Magdalena. El Amadeo, el de Casa Amadeo, tenía decenas y decenas de tebeos en distintos montones y que por pocos céntimos podían intercambiar. Tú llevabas un tebeo ya leído y la tienda te dejaba escoger otro del montón que te ponía encima del mostrador, según el tipo de tebeo que tú llevabas en cuanto a temática y en cuanto a calidad del ejemplar. Si estaba muy usado te dejaba cambiarlo por el montón de los "muy usados", si era de los la esquina cortada los consideraba nuevos y te permitía disfrutar de los pocos sobados. 

No recuerdo bien el precio del intercambio, serían céntimos, no sé cuantos. Pero si recuerdo que iba con mi hermano, media docena de tebeos los días de propina de los tíos, y cogíamos otros tantos tebeos sin leer. ¿Por qué nunca fuimos capaces de guardar aquellos últimos tebeos que hoy valdrían muchas añoranzas?

Nunca hemos matado a nadie por leer tebeos, creo, ni hemos comenzado ninguna guerra de barrios, ni nos hemos peleado con otra ciudad por haber leído tantos tebeos de violencia o de niños malos. Pero lo curioso es que mi hermano siempre ha trabajado rodeado de miles de libros y yo tengo una biblioteca repartida entre media docena de habitaciones con más de 2.000 libros que ahora compro nuevos y no intercambio ya con nadie. Cosas de leer.

23.12.20

Cómo cambiará el trabajo en solo 5 años?


Sabemos (intuimos más bien) que en los próximos cinco años, entre el 2021 y el 2026 el trabajo manual se irá automatizando de forma muy alta lo que hará perder entre 75 y 100 millones de puestos de trabajo manual en todo el mundo y en tan pocos años. Las empresas que destruyan estos empleos son las que más invertirán y las que más futuro van a tener, pues además de actualizar sus procesos de trabajo lograrán a medio plazo bajar sus costes de producción. 

Pero no todo es negativo para los trabajadores. Las empresas se actualizarán o tendrán que cerrar, pero surgirán otras posibilidades, otras empresas.

Se crearán entre 90 y 110 millones de nuevos empleos, más tecnificados, en sectores emergentes o en los sectores que se roboticen o modernicen, y sobre todo en nuevos nichos de trabajo en atención a las personas, en procesos de venta, en seguridad o en control de datos.

Es cierto que tendremos que ser más flexibles, con una formación más amplia en nuevas tecnologías y en idiomas, con una capacidad creativa mayor y con más capacidad para trabajar en equipos e influir en ellos. Tendremos que saber trabajar para nosotros mismos, tener mucha capacidad de cambio y admitir que tenemos que estar estudiando todos los días de nuestra carrera profesional.

Pero serán las empresas las más interesadas en tener a los mejores profesionales, a los mejor formados, a los más motivados. Vuelve como tenía que ser lógico, a ese punto de calidad diferente que ofrecen las empresas que saben cuidar a sus colaboradores para tenerlos muy actualizados, competentes y motivados.

Trabajaremos en un sistema mixto de trabajo presencial y online, en unas formas distintas donde cada vez más se irá perdiendo la presencialidad fija con horario fijo para convertirse en un proceso de objetivos, de resultados, de variables y por ello también de incentivos que se verán modificados en parte por esos logros de cada persona. 

La información es poder, pero cada vez más la formación también será poder. Y será formación global, con espacios abiertos a muchos tipos de formación no reglada que afecten a los laterales de cada profesión, son los que marcarán las diferencias personales de los candidatos, de las empresas y de los objetivos de las corporaciones y de los equipos de trabajo.