19.2.21

Las emociones positivas alargan la vida y previenen enfermedades

En la Barcelona del año 2014 se celebró un Congreso Internacional de Inteligencia Emocional con un resultado muy positivo y una conclusión clara. El psicólogo Carlos Hué nos explicó qué debemos tener en cuenta, qué podemos hacer de forma sencilla para alargar nuestra vida con más calidad.

Las emociones positivas alargan la vida y previenen las enfermedades.

A partir de los 55 años, las personas que desarrollan emociones positivas por encima de la media alargan su vida
, ya que tienen menos enfermedades y presentan un estilo de vida más saludable con alimentación equilibrada, ejercicio físico frecuente, actividad constante, etc. Además, son personas que suelen ayudar a los demás a través de organizaciones tipo ONG y, sobre todo, se muestran optimistas y alegres la mayor parte del tiempo.

Se presentó una investigación que indicaba que las personas que desarrollan emociones positivas como la alegría, la amistad, la actividad orientada a conseguir determinadas tareas, relaciones sociales frecuentes, etc., disminuyen en un 34% la probabilidad de fallecer. Asimismo, indicaba este profesor que la probabilidad de coger una gripe aumentaba de 61 a 76 puntos entre las personas menos positivas.

Las emociones negativas como la ira, el miedo, el asco, la tristeza son propias de los animales y han sido desarrolladas por estos como elementos de supervivencia. Las emociones negativas están orientadas a salvar y conservar la vida. 

Estas emociones negativas las tenemos los humanos y nos ayudan a conservar la vida como el miedo al ruido de un coche que nos puede atropellar, o el asco que sentimos ante un alimento que nos hace dudar de su salubridad. Estas emociones responden a nuestro sentido de supervivencia y diríamos que nos vienen de serie cuando nacemos. 

Por eso, son más primitivas, son más generalizadas, son más iguales y no necesitan ser entrenadas. Pero si estas emociones negativas están fuera de control producen un efecto contrario, ya que aumentan la tasa de cortisol en sangre y ello hace que tengamos un aumento de la tensión sanguínea y del ritmo cardíaco con lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 

Además, las emociones negativas deprimen nuestro sistema inmunológico, lo que nos hace estar indefensos frente a muchas enfermedades, aumentando, por todo ello, nuestro riesgo prematuro de muerte.

Las emociones positivas básicas, en cambio, son muy pocas, prácticamente se reducen a la alegría. 

Su finalidad no es la supervivencia, sino el desarrollo del ser humano. De esa emoción primitiva surgen otras emociones más complejas, los sentimientos positivos. 

Estos son muy diferentes para cada uno de nosotros y, encima, tenemos que aprenderlos a diversificar a lo largo de la vida como la empatía que se consigue en los primeros meses a través de la sonrisa, o el cariño, la amistad en la primera infancia, y más tarde, la tolerancia, la cooperación o el altruismo en nuestra juventud. 

Todos estos sentimientos nacen de esa única emoción infantil y serán los que nos prevengan de las enfermedades, ya que, al contrario que las emociones y sentimientos negativos, las emociones y sentimientos positivos generan dopamina, oxitocina y otros neurotransmisores que además de darnos un sentimiento de felicidad refuerzan nuestro sistema inmunológico y nos previenen de enfermedades alargando la vida de quienes las poseen.

Si queremos tener una mejor salud tendremos que esforzarnos en desarrollar sentimientos positivos como la alegría, el optimismo, la motivación por hacer cosas nuevas, la empatía, la amistad, la colaboración, el agradecimiento… 

Estas emociones, estos sentimientos positivos nos ayudarán a vivir muchos años, con pocas enfermedades y, además, muy felices y con mejor calidad de vida. En definitiva, podemos afirmar según las más recientes investigaciones, el optimismo y el cariño son garantía de salud. Ah! Y de felicidad también.

España no está en llamas, pero está queriendo explotar


España no está en llamas, pero es verdad que las principales ciudades están queriendo explotar.
Y lo de menos es la encarcelación de un tonto rapero, o la previsible deriva de una falta de libertad de expresión y de movimientos en la libertad individual, o incluso la nunca entendida (por muchos) presencia de Podemos en el Gobierno y los incendios que ello ayuda a cocer sensaciones de violencia verbal en algunos medios de comunicación.

La realidad social es otra, y hay que entenderla bien si de verdad queremos buscar soluciones. La verdad es que hay cansancio social, hay falta de futuro entre una capa muy amplia de jóvenes, no hay pedagogía social de lo que debe ser el futuro, el esfuerzo, la formación, la familia y la libertad de todo. El individualismo impera y la política no está en el espacio que se necesita.

Leído lo anterior me da la sensación de un cutre manifiesto muy conservador, pero así lo siento. Nos estamos jugando el futuro de las próximas décadas, ya no es cuestión de años. La pandemia nos está afectando en muchos más espacios que en los hospitales o en los mortuorios. A los políticos los elegimos para gestionar la sociedad, no para esconderse, llenarse de silencios o de palabras mal medidas, y los elegimos también para liderar la sociedad no para intentar demostrar que todo les supera. 

Tan solo si somos capaces de entender lo que sucede, y si somos capaces de buscar soluciones que valgan al menos para el medio plazo, saldremos de esta sin graves heridas. Que se apaguen las hogueras no es salir, es simplemente poner agua sobre las llamas. Pero los materiales inflamables seguirán allí, esperando otra cerilla.

Hay que acelerar la vacunación como sea, Europa debe aprender.

Debemos crear trabajo (natural o artificial) para una generación de jóvenes que llevan desde 2008 sufriendo la incapacidad para emanciparse y poder trabajar.

Hay que salir a explicar qué sucede, hay que tomar medidas sociales de gestión, hay que hablar mucho más, hay que reorganizar los despropósitos que son muchos, variados y afectan a excesivas instituciones.


16.2.21

La suavidad de un viñeta americana de humor del año 1925


La suavidad del humor se puede ver en numerosas viñetas modernas o antiguas. No son tiempos ñoños esta viñeta de la portada de la conocida revista The New Yorker del año 1925. Era una forma de ver el candor, el amor de unos novios, la actividad de estar juntos tomándose una bebida. Esa suavidad trasmite amor, cariño, tiempos tranquilos entre guerras donde todo parecía ya superados sin saber que faltaba en pocos años que llegará lo peor. Pero mientras tanto el humor y la mirada suave nos transmite esa suavidad que ahora también necesitamos mucho.

15.2.21

La diferencia entre lo que se dice y lo que se debería decir


Sobre marcos sociales, marcos políticos e ideológicos en comunicación política se ha escrito mucho.
Desde puestos conservadores sobre todo, alentando a su uso. La comunicación positiva es un valor en alza, si se sabe hacer bien, para no engañar, para explicar y comunicar verdades, y para transmitir soluciones posibles.

Sin duda los partidos políticos de izquierdas emplean mucho menos estas tácticas de análisis y comunicación social, pues lo consideran manipulador. Pero obviarlos los sitúa en desventaja en la lucha social por defender sus ideas y sobre todo sus actuaciones en política.

Estos sistemas que podríamos encuadrar dentro de los marcos de comunicación, fáciles de emplear (complicados de acertar siempre) se utilizan sobre todo entre grandes grupos de presión política y social, en donde se busca controlar, dominar, manipular los mensajes y las acciones, disimular y actuar con arreglo a lo que se entiende y no con arreglo a lo que se necesita, pues se sabe bien la importancia de disfrazar el mensaje, de encuadrarlo dentro de un marco teórico para que el receptor lo asimile tal y como quiere que sea asimilado por el que lo lanza. 

Son las famosas —ahora— Fake New que han existido siempre y que simplemente son mentiras disfrazadas de verdad para disimular.

Efectivamente, a veces se emplea la manipulación en el lenguaje para obtener resultados deseados, distintos a los que se obtendrían si no se tuvieran en cuenta las reacciones de la sociedad receptora. 

Y sus buenos dineros les cuestan a los grandes partidos políticos saber dominar estas actuaciones sibilinas, solo al alcance de los poderes económicos que están o dentro o fuera de los sistemas políticos. Esto lo quiero aclarar porque sin duda en los últimos años ya no se sabe bien quien controla a quien, si los políticos a los grandes empresarios o al revés. ¿De verdad no se sabe bien?, en fin…, sigamos.

A cada información para convertirla en digerible se la manipulaba con una metáfora, con un cambio en las palabras importantes para complicar el mensaje y tener que aclararlo a continuación con frases hechas, eufemismos o metáforas como si fueran sermones de montaña o de profesor.

No dijimos (nombramos) hasta pasados varios años "crisis económica"…, sino "desaceleración". 

Se trata de disfrazar el mensaje para provocar lo que se quiere, en este caso tranquilidad, y no temor ante lo que ya se sabía que era muy duro.

Lo que indica con claridad que se sabía que iba a ser un proceso largo y en el que se tenían que tomar medidas complejas y no siempre fáciles de explicar. A partir de estos tic nerviosos del sistema, todo se empezó a controlar para decir "su" verdad que no era la verdad, era una verdad pero disimulada y adaptada a la vez que adaptable, para no querer decir nada diciendo poco.

Este sistema anterior y viejuno ya, lo hemos entendido todos, pero la comunicación con marcos es algo mucho más complejo y que casi nunca se nota. O lo que es lo mismo. Si lo notan los receptores, es que se está haciendo muy mal.

Pongamos algunos ejemplos. Los niños españoles pasan hambre, algunos enfermos no van a ser atendidos en los hospitales públicos, la educación es de mala calidad y además se está recortando, el desempleo no tiene solución y por ello quien tiene empleo debe estar agradecido a sus jefes, España se ha empobrecido por culpa del gobierno, los banqueros no existen pues no sabemos quienes son.

Son ejemplos mejor o peor manipulados y muchas veces sin darnos cuenta, para que calen como agua boba dentro de nosotros, o al menos en gran parte de nosotros. ¿Es verdad o es mentira lo anterior? Pues depende del tipo de mensaje que has estado bebiendo en los tiempos anteriores a este. Para algunas personas eso es verdad y para otras es una mentira  Y lo curioso es que además puede ser verdad o mentira hoy y cambiar en pocos años según quien nos envía el mismo mensaje.

Algunas afirmaciones son actuaciones de izquierda y otras de derechas y que se alimentan ella solas para crear diferenciación ideológica. 

La derecha en los últimos años estaba intentando huir de los marcos negativos en los que se había visto inmersa por la gestión de la Crisis Económica de 2008 y cada día más lanzaba mensajes hacia la parte de la sociedad que más está sufriendo esa crisis económica de la que ya se está señalando como responsabilidad total al PP. Y se defienden aplicando marcos comunicativos que hasta ahora le pertenecían a la izquierda.

La derecha acepta que los niños pasan hambre y hay que resolver ese problema como sea. Asumen que el desempleo es letal para la sociedad y que hay que cuidar los mensajes dirigidos al colectivo desempleado.

Otra cosa son las medidas que toman los que gestionan, siempre explicadas desde la óptica de que son menores a las que les obligan tomar desde Europa, un ente que nos parece malísimo y complicado. Si molesta escupir sobre Europa se hace sobre Alemania, sobre el FMI, sobre la Troika o sobre los hombres de negro. Ejemplos de lo lejos que pillan los enemigos de nuestros problemas particulares.

Este es un mensaje claro de la derecha en estas semanas: “Yo no soy el que crea la pobreza; yo, al contrario, logro que los malos sean menos malos y que se cree enpleo”.

Este es un mensaje claro de la izquierda actual: “Todo lo malo que sucede es culpa del capitalismo o de la ideología liberal conservadora o de los poderes ocultos que son los que de verdad gobiernan”.

Ambos mensajes son falsos (o verdaderos) como mensajes globales, pero son los que interesa trasladar. Y la sociedad cada vez más se va dando cuenta de las manipulaciones. Simplemente por que no se quiere correr el riesgo de informar, de comunicar con espíritu formativo.

La sociedad no es tonta como pretenden y lo que solicita es MÁS comunicación buena, simplemente aséptica, natural y auténtica. Información sin cocinar, simplemente porque somos adultos y ya la cocinaremos nosotros mismos.

Sería más lógico decir:

 Gran parte de nuestras reformas actuales vienen marcadas por los dueños de la deuda, pues sobre todo quieren cobrar lo que nos prestaron.

 Nosotros no queremos enfrentarnos a los que tienen los dineros en billetes o en nuestra deuda, pues seguimos necesitando más préstamos añadidos.

 Nuestra labor política es limitada y nuestra responsabilidad compartida, pues si bien el PSOE gobernó en el estallido de la crisis, el PP gobernaba muchas Comunidades Autónomas y controlaba los bancos y las grandes empresas.

 Actuamos con los recortes contra las clases medias y trabajadoras porque son las únicas que se dejan o no pueden defenderse, o incluso son las que pueden pagar los platos rotos sin pasar hambre.

 Actuar contra las Clases Altas no supondría ingreso adicional si antes no cambiamos drásticamente algunas leyes, pues los mejores asesores no los tienen Hacienda sino esas Clases Altas.

 Hay que gastar mucho menos pues no somos capaces de aumentar los ingresos. O aumentamos los impuestos o consumimos más en local, o no podemos depender tanto del exterior.

 Estamos devaluando la moneda por la puerta de atrás, rebajando sueldos e intentando controlar el IPC; es un sistema lento y duro, pero no podemos hacer otra cosa pues ya no podemos imprimir billetes como hace unas décadas.

 No sabemos en qué momento saldremos de esta, pero si actuamos divididos todos, saldremos más tarde.

 Algunos saldrán más fuertes y la inmensa mayoría de ciudadanos mucho más débiles de esta crisis.

 No, no sabemos crear empleo. El Gobierno no sabe crear empleo, excepto si es capaz de convencer de que el empleo público cuesta mucho dinero, a veces no funciona bien y hay que pagarlo con más impuestos.