16.1.22

¿Existirán las ideologías avanzado el Siglo XXI?

En los últimos meses que se podrían retrotraer a los últimos años, se habla claramente que el mundo de las ideologías se está diluyendo. Algo que le viene muy bien a quién tiene ideología y piensa que está ascendiendo con ella. Es cierto que la sensación de un mundo líquido por la enorme velocidad de los cambios, propicia que no seamos ya tan claros a la hora de diferenciar lo que son las izquierdas y las derechas, pues las pasamos por el marco mental de hace unas décadas que ya se ha quedado obsoleto.

Hoy, ya adentrados en el Siglo XXI, la izquierda y la derecha es otra necesidad a lo que eran en 1975 o en 1995.  No es que hayan cambiado las ideologías, lo que hemos cambiado somos la sociedad y nuestra forma de percibir su utilidad y su sentido fijo. 

Hemos ido abrazando el marco mental que nos han ido introduciendo suavemente aquellos que desean una Dictadura Mental, que son más duraderas que las militares. 


Algo, lo que sea, deja de servirnos en cuanto creemos que ya no tienen sentido para explicar los problemas actuales y para encontrar soluciones válidas.

Sin ninguna duda ha sido la izquierda la que peor ha sabido adaptarse a los cambios, sobre todo porque no han sido organizados por ella. Y no hemos entendido bien de qué va todo esto.

Tras los movimientos de las diversas Primaveras Árabes o de España y Francia, alguien debió pensar que se tenía que cambiar con rotundidad el Sistema pero sin que nadie se diera cuenta del cambio. 

No era fácil consentir para ellos que representan el Poder Escondido, que en cualquier momento los jóvenes árabes, españoles o franceses decidieran alzarse en la calle contra lo establecido. Había que inventar o potenciar los sistemas de reacción a las reacciones.

Y está dando sus frutos todo aquello que se hizo sin decirlo, a escondidas dentro de los Grandes Despachos, y ahora nos sentimos huérfanos de soluciones propias, porque la sociedad en realidad lo que busca no es a través de qué ideología o de qué partido político le ofrecen las soluciones, sino si estas parece posibles y válidas. 

Y como todas ellas son a medio o largo plazo, nunca sabemos —cuándo debe saberse— si realmente son posibles. Con que lo parezca ya es suficiente. No somos tontos, es que simplemente nos envuelven los regalos en papeles muy bonitos.

Ya casi nos han convencido de que no existen las derechas y las izquierdas, o van camino de ello a velocidad de crucero. Las máquinas políticas del Poder siguen ancladas en un bipartidismo falso, pues no se trata de que haya dos opciones políticas diferentes, sino de que esas dos opciones sean siempre las mismas. 

15.1.22

El trabajo del escritor es a veces muy ingrato y duro


La necesidad de escribir la tenemos muchas personas, capacidad y sobre todo tiempo para hacerlo… ya no tantas. Pero en realidad el oficio de escritor hay que reconocerlo, es bastante ingrato, duro a veces, porque requiere de mucho tiempo, de un gran esfuerzo a veces para corregir y volver a releer, para buscar datos, y si al final tienes suerte y logras publicar, todo tu trabajo quedará olvidado sin lectores en pocos meses.

Si te gusta escribir, no lo dudes, escribe, y de momento, olvídate de los lectores.
Hay que reconocerlo, la meta de un escritor es conseguir lectores. Lo de vender o publicar es lo de menos. Al menos en los primeros 100 años de oficio. 

Muy pocos, poquísimos escritores logran publicar y vender y de ellos todavía menos son los que consiguen una bolsa de lectores suficiente para sentirse contento. Los que logran vivir de escribir… o son periodistas (y últimamente viven asustados ante el futuro de su profesión) o son gente con mucha suerte y gran oficio.

Así que Internet es la “Gran Parada”, la fonda en donde mucho recalamos para conseguir algunos lectores que en vez de venir a comer copiosamente, toman tapas rápidas y se van a otro “bar” a seguir consumiendo.

Somos escritores de pequeñas dosis, pero al menos logramos disfrutar y mucho con nuestro trabajo. Quien no se consuela, es porque no quiere.

Es mala idea que se note quién son los esclavos


No es posible vivir ajeno a la política aunque casi nos hayan convencido de lo contrario. La política es gestión pública, es la que consigue que salga agua por el grifo o que se entierre a los muertos para limpiar las calles. No es posible vivir sin política, incluso es imposible vivir sin políticos, aunque lo deseable siempre es que vivamos rodeados de BUENOS políticos, algo que ahora parece imposible.

Así que nos han convencido algunos —que nunca dan la cara— que los políticos son unos imbéciles y unos ladrones, y que por eso hay que odiarlos. Que es una manera de ningunear una necesidad social, no sabemos bien para qué deseos, pues los que de verdad lo pretenden y los que caen en la trampa, todos ellos, no quieren ser políticos de dar la cara.

Es como si nos hubiéramos convencido todos de que sí, es posible vivir sin gestores, sin políticos, en un mundo anarquista de imberbes, esperando que todo funcione simplemente porque sí. 

Es curioso el valor que tienen los que nos engañan, sabiendo muy bien la manera de se puedan lograr sus objetivos, que a veces no saben bien hacia dónde les llevan.

Dicen que en tiempos de los romanos estos próceres inteligentes se pusieron a pensar en que sería bueno que los esclavos y libertos llevaran algún distintivo, alguna capa o zapatillas diferentes, para diferenciarlos de los ciudadanos libres. Diferenciar con claridad quién era de Clase Baja y quién de Clase Media o Clase Alta.

Parecía lógico, inteligente medida decían, pues había ya tantos esclavos y libertos que a veces algunos de ellos, los más listos, se hacían pasar en los mercados por ciudadanos libres como clientes y eso era un peligro. Marcarlos con una señal, una ropa, les parecía una buena idea.

Hasta que a algunos dirigentes de los libres les entró la razón. —No, es un error— se dijeron, si los señalamos con algo, ellos mismos verán que son tremendamente una mayoría, y se podría volver contra los dirigentes, los dueños de los esclavos. 

Se sublevarían y ganarían la libertad pues son muchos más y tienen mas fuerza.

Así que decidieron lo lógico. A los esclavos hay que mantenerlos como esclavos, pero sin que se note mucho, que entre ellos no sean capaces de medirse. Incluso sería bueno —se dijeron— que no todos los esclavos sean iguales, y que algunos de ellos se empiecen a creer que ya no son tan esclavos como los otros. 

Es malo, muy malo, que los pobres, los trabajadores se crean pobres y trabajadores. hay que convencerlos de que son Clase Media. Y sobre todo que hay otros que están mucho peor que ellos. Así todo funciona mucho mejor.

10.1.22

Expresiones y decires, flor de un día. Cosas viejunas


A vueltas hoy con la resiliencia, nos salen las siguientes expresiones a los crecidos en democracia ya talludos
. Intentaremos por la presente no darles ese sentido de diccionario sino poner un ejemplo concreto, no como se usan. A todas ellas debe añadirse este nuevo recurso estilístico también importado del inglés que enfatiza artículos y posesivos o cambia acentos, tan usado por los políticos…

Laaa resiliencia es tener paciencia y la relaciono con una goma de tirador que se estira y se encoge. Viniendo a significar una mezcla entre valor ante la pérdida y capacidad de levantarse. Sí tiene relación con recuperación pero no le veo tanto con transformación. Si la resiliencia se relaciona con la última, hay una mano económica de colaboracionistas con el virus que lo ven como mucho más que una oportunidad.

La sostenibilidad, a escala estatal, autonómica, de ciudad o de cada individuo, implica un planteamiento que pasa por alto: que no a todo el personal se le exige la devolución de deudas ni se les aplica intereses cuando piden créditos y que no devolver más que intereses solo depende del peso político, militar, económico o en información en pilladas a poderosos que tengas. No todo el valor es económico. Comentario idéntico para plan de ajuste.

La inmensa mayoría, expresión cuadrada de Rajoy. Amigo de reduplicar significantes y que usaba expresiones gallegas porque difícilmente en su caso se podría decir que eran riojanas. Porque las cosas son como son, no como a uno le gustaría que fueran… O sí…

Crispar desde Zapatero no lo dice nadie, menos en Barbastro cuando fríen hojas de borraja. Este político centró su imagen de bueno de centro con toques legislativos de político de mucha izquierda, adobando su discurso con acusaciones de elevar la crispación al resto. Vendiendo paciencia como activo político, cosa que también hizo su sucesor. Que la tierra solo pertenece al viento –en momento de burbuja inmobiliaria y constantes transformaciones catastrales-, de octava potencia mundial y, sobre todo, afirmar que la crisis era una falacia son otras de sus grandes aportaciones al idioma. Atentados contra los verbos copulativos…

Aznar, si recordáis, llegó al gobierno pactando con Puyol, hablando catalán en la intimidad y liberalizando todo el suelo no protegido. Seseñizando que es gerundio. Tenía aquel lenguaje agresivo que hoy exhiben ¿sus herederos políticos? En su boda le hubiera gustado parecer al segundo padrino, a De Niro. 

Del inventor de la sutil expresión hoy caída en desuso “masoquismo histórico”. Ferviente partidario de las oposiciones porque, afirmaba, en la vida con atajos no se llega. Es curioso que luego no lo aplicara con la familia política, a la que lanzaba al estrellato empresarial, o ya estaba antes. Que gastaba mucho la palabra “privatización” no es noticia.

Felipe González ¿se hacía más de centro de lo que era? ¿o es que estaba a la derecha pero mucho de Guerra e incluso de su primera mujer? Su florido verbo sevillano, que dicen los cronistas, asombraba cada tiempo rezumando pasión por Kant y Hegel, mediante el uso de adverbios de modo como “por ende”, “por consiguiente”… que a mí y otros nos marcaron. Huyó del casticismo oportunista de izquierdas, del “lo tienes claro” y “al loro” del más bien pellejo duro, alcalde Tierno Galván.

De esa misma época, podemos destacar el lenguaje directo e incluso de barrio de Labordeta en determinadas réplicas, que ha dejado impresión de poco poeta cuando dejaba de cantar; de Puyol y su copiada apropiación de Cataluña como sujeto mayestático (de él y su mujer, que eran nos, compartido con sus hijos que no pasaron la ITV); del genial Pepe Bono, campeón de varias olimpiadas de bienquedismo, que utilizaba para ETA y sus componentes la expresión “escoria social” y mucho el verbo “pintar” para descalificar la igualdad e importancia de cualquiera cuando le parecía que pintaba poco…

Podemos prometer y prometemos que no veremos a Felipe the Sixth decir que siente ningún orgullo ni satisfacción en estas fechas tan entrañables. Lo que no sabemos muy bien es qué dice, parece que aún le han robotizau más que el que hace loooos textos de Sánchez.

Vamos al cementerio de expresiones que solo ya mete Guayomin en alguna entradilla:

Tronco, de qué vas bitter Kas, efectiviwonder, leña al mono, alucinar pepinillos, lo tienes claro, kantidubi, el binomio kenivelmaribel-mepirovampiro, chachi, dar un voltio o dos a las cosas y lacagasteburtlancaster. Porque nanay de tu peluquín. A mí me gustaba por su culteranismo, no te enrolles Charlesboyer.

Los de los 90 hoy cuarentones y en bucle positivo, más vividores, usaron frasecicas de nula impresión a un millenial y ojo las uses en First Dates si te encajan alguien de 10 años menos tales como: me abro, verywellfandango, hastaluegolucas (y la inmortal revisión de Chiquito), dígamelon (que se quedó por Martes 13) o, sobre todo, la generalización de moda mazo. Pasada por el huevo y panko del gran Camilo Sesto.

La siguiente generación de millenials ya todo lo acorta, no usan giros barrocos sino que navegan directos al tweet. Han globalizado su ejpañol no castizo con rollos a lo influencer, LOL o mordor. Eso sí, pa todo cancelan o posturean, expresión que a mí me encanta por su amplitud casi total de abarcar cualquier ceremonia o momento familiar. También me gusta su utilización culta de random y serendipia, porque no todo es un mojón.

10.01 Luis Iribarren