25.2.22

¿Hasta dónde quiere llegar Rusia en sus invasiones?


En el Segundo Día de la Guerra en Europa ya podemos asegurar que esto no es una suma de escaramuzas, que es una guerra sin reglas, como casi todas, sin respeto a los Derechos Humanos, donde lo único que sirve es avanzar en el territorio a costa de las vidas humanas de los inocentes, pues todos los soldados de ambas partes también son inocentes. Aunque no todos sean igual de cabrones.

La estrategia de Rusia es clara, quiere acabar con Ucrania como país libre en el menor tiempo posible, y a partir de ese punto decidir qué hacer. No pensamos que Rusia se va a quedar quieta tras aplastar a Ucrania, pues sobre todo demostrará que puede hacer eso mismo contra otros países. Y en cualquier mesa de negociación, planteará su éxito bélico por encima de todas las demás opciones.

La OTAN no sabe, puede, quiere hacer mucho, y es lógico. Entrar a defender a Ucrania supone abrir una guerra sin final posible en el corto y medio plazo. No queda bien decirlo, pero para los espíritus pacifistas como yo, abrir más la guerra es una incapacidad. Pero podría ser que a Rusia le interesara provocar a la OTAN para medirse con ellos.

El papel de Ucrania y de sus dirigentes es brutalmente horroroso. Rendirse es una incapacidad que nunca la perdonaría su propio pueblo, pero alentar al uso de cocteles molotov es una tontería, pues Rusia puede acabar con esos procesos en días. La potencia de Rusia es tan brutal, que no sirve con hacer pequeñas bombas caseras para defenderse.

¿Quiere recuperar Rusia el concepto perdido de la vieja URSS? Pues ese es el tremendo problema, y lo sabemos todos. ¿Hasta dónde Europa y/o la OTAN consentirían eso, podrían aceptarlo, asimilarlo, permitirlo?


24.2.22

Europa otra vez arde, pero creemos que es muy lejos


No era cuestión de esperar más tiempo, y las equivocaciones de todos nos han llevado a una nueva guerra que comienza hoy y que como en todos los casos ni sabemos su tamaño ni su periodo de duración. 

Es inútil intentar explicar mucho, pues la verdad es lo primero que cae en estos conflictos. Caeremos todos en las trampas de contar mentiras pues así nos las irán contando los manipuladores. ¿Y para qué?

Pues posiblemente para nada, para sangre, pobreza y muerte repartida democráticamente entre los más necesitados de justicia pública, como sucede siempre. Los responsables de acción o devoción, por poder o por silencios equivocados, siempre salen de momento fortalecidos.

Pero en todas las guerras, siempre hay vencidos, siempre hay sociedades que pierden y terminan entre peor y mucho peor. Siempre hay muertos, sin duda, pero sobre todo siempre hay consecuencias a medio plazo que se expanden por todo el mundo.

Europa está otra vez en medio de esta guerra, como no sucedía desde 1945. No es todavía una Guerra Mundial, pero la capacidad de torpeza de todos pueden lograr lo que no sabemos bien si intentan evitar o al contrario, intentan alentar. Las aristas son muchas y hay que estar atentos, muy atentos.

18.2.22

Desahuciados dos octogenarios en Madrid


No es sencillo entender que hoy en Madrid, en Carabanchel, se hayan desahuciados a dos (casi) octogenarios por una sentencia tras un error en el pago en su momento de unas cuotas que ya reguló. Finalmente 12 furgones de la policía han logrado sacar al matrimonio, ella con una minusvalía, de una vivienda en la que llevaban viviendo desde los años 50 del anterior siglo.

La Justicia es posible, no lo dudo, que se haya acogido a las Leyes sin ninguna duda, pero es moralmente ilegal que esta historia termine así, en el siglo XXI y en una España gobernada según dicen los idiotas de la crítica, por comunistas y socialistas.

Este tipo de situaciones nunca deben producirse, pues son un ejemplo imposible de comprender por la sociedad que observa como por otro lado a los okupas no se les puede legalmente echar de sus viviendas ocupadas. Algo estamos haciendo mal.

¿Qué somos en relación a todos los que nos rodean?



No siempre sabemos qué somos, quien somos entre todos los demás. No solo somos lo que nos creemos, sinos sobre todo lo que nos dejan ser. Y en ese recorrido vital tenemos que recapacitar para saber la dimensión de todo el entorno, y de lo que representamos dentro de ese entorno.

La viñeta de Quino es genial para explicarnos nosotros mismos qué nos debemos considerar y si en realidad debemos dar tanta importancia a lo que nos rodea o si realmente lo único importante es el cómo nos sentimos en los ambientes.