2.2.23

Diferentes caminos con distintas mochilas

Ir, venir, volver a ir, volver sin nada, repensar, sospechar, dudar. La vida es una constante de idas y venidas, de cargar con nuestras mochilas y de observar las mochilas de "los otros". A partir de esas miradas debemos configurar nuestros caminos.




Nos quieren pasivos y que sean otros los que resuelvan


Nuestra generación, la de las personas mayores en sus últimas décadas de pelea, las que hemos vivido otras décadas diferentes en cuanto a las relaciones entre personas, sabemos notar una cierta decadencia que no es ni pesimismo ni algo que nos sucede a todo ser humano al llegar a las edades finales.

Sin duda nosotros, los sesenteros, tuvimos mejores épocas personales, pero también las tuvo la sociedad de hace unas décadas, comparadas con estas sensaciones actuales de excesiva violencia verbal, de poca colaboración entre personas, con un trato de —y hacia— la política que hemos convertido la democracia en algo que incluso de forma creciente, produce dudas. De incluso y a esto me quiero referir sobre todo, de una dependencia excesiva del “ya me lo resolverán”.

Recurrimos a la Justicia y a la Policía incluso para las relaciones entre personas que se salen de lo habitual, del respeto. Si antes un baboso te decía o hacía bobadas, se arriesgaba a recibir una patada en esas zonas o unas hostia bien dada por parte del que lo sufría o de cualquiera de sus acompañantes fijos o cercanos. 

Ahora lo que se nos pide es que le denunciemos y acudamos a la Justicia, como única herramienta, pues darle un escarmiento personal es también delito. Nos quieren convertir en actores pasivos de nuestra propia vida, de los aconteceres básicos que vivir llevar encima como una mochila.

“No resolvamos nuestro problemas, que ya los resolverá el Sistema Social, los otros” 

Ayer escuchaba a una muy joven mujer justificar dos palizas de su pareja, y a continuación en otro espacio también una joven de 19 años hablaba de las parejas abiertas y lo justificaba como lo que deberíamos hacer todos. 

No tienen nada que ver ambos aspectos, ambas decisiones que ya rayan el comportamiento evolutivo, pero están creciendo ambas, con la que nos está cayendo. Lo malo no es soportar o decidir qué hago con mi vida, lo malo es decirlo, explicarlo, intentar convencer con proselitismo que eso es justificable y lógico, en ambos casos.

Y que si algo sale mal, existirá un procedimiento creado “desde arriba” y en el que no intervendré, para que se resuelvan los problemas que surjan.

Es un cambio de paradigma animal, de comportamiento que divide a la sociedad en grupos con ideas tan distantes en lo sociológico y en el comportamiento humano, que nos obliga a pensar que alguna forma de comportamiento entre los que hoy quieren abrirse paso en el cambio social, desaparecerá por evolución humana. 

La vieja idea de hace unas décadas, o la actual tan líquida y embarullada, y sobre todo pasiva.

No ser responsable de nuestras decisiones, pensando que “alguien o algo” nos resolverá los problemas, es una inconsciencia animal. Y sobre todo es entregar nuestra capacidad de intervenir, a unos poderes que se crean para diversos objetivos, entre el que a mi no me cabe duda, está el de tenernos pasivos y controlados.

Como forma venial de resolver los problemas puede funcionar el pensar que tienen que ser “otros” los que resuelvan nuestros problemas, pero toda Justicia que se convierte en lenta, pierda parte de esa justicia. Castigar con años de cárcel… pero dos años después de los hechos, a un baboso que te toca las tetas, es Justicia, pero tengo mis dudas de si es justicia.

No alego que darle violencia sea la manera de resolver estos problemas, en absoluto aunque lo parezca, lo que digo es que no podemos evitar tener que tomar nuestras propias decisiones con responsabilidad y de forma drástica, ante cada uno de nuestros propios problemas. 

Esperar a que sean otros los que dicten sentencia es humano, pero a veces absurdo, carísimo, y no evita en absoluto la violencia de los babosos, torpes sociales, tontos de pensar.


1.2.23

Trabajadores unidos, pero no revueltos


Ya no es posible tener/estar… los trabajadores unidos, nos han superado, ahora ya sabemos que nos han ganado la partida a base de convencer a muchos trabajadores de que no son simplemente trabajadores sino Clase Media. Je je je. Ha sido un buen truco.

Nos creemos Clase Media, pero debemos 150.000 euros de una hipoteca a 25 años y a unos intereses que van modificando los "listos" según lo van necesitando para ampliar sus campos deportivos. 

Nos creemos Clase Media pero estamos más pillados de la Clase Alta que cuando éramos Clase Trabajadora.

Como muchos de nosotros, los trabajadores por cuenta ajena, nos creemos "otra cosa" ya no todos podemos estar en el mismo grupo de reivindicaciones, y hay que ir pensando en estar unidos pero no revueltos. 

¿Superará la Inteligencia Artificial a la Inteligencia Natural?


Entre este final de 2022 recién pasado y los inicios del 2023 estamos llenando nuestras bocas con la IA, esa Inteligencia Artificial que no sabemos del todo qué significa pues ya estaba entre nosotros desde hace unos años, hasta que ahora parece que ha aprendido a ir haciendo más cosas tontas para demostrarnos que la tenemos que empezar a tener un cierto cuidado, un cierto respeto.

Ya es capaz ella sola de escribir artículos temáticos ante una orden verbal nuestra. Es capaz de diseñar logos, crear imágenes, corregir artículos sin intervención nuestra, empezar a tomar decisiones por nosotros como consumidores de esa IA, pues la hemos programado para que vaya haciendo trabajos por nosotros de muy diverso tipo, sin valorar muy bien, todavía, hasta dónde puede llegar esas opciones para las que la hemos programado.

En realidad todo el miedo que empieza a surgir es hasta dónde nos irá quitando nuestro trabajo, o lo que es muy parecido: ¿Qué haremos nosotros cuando ya no haya trabajo para repartir pues gran parte de él lo harán máquinas creadas por nosotros?

Es curioso que hayamos creado procesos artificiales para crear Arte, para hacer de periodistas, para cocinar, pero en cambio no hemos logrado crear máquinas que sean capaces de ponerse a construir un edificio de 14 plantas simplemente tras entregarle un terreno vacío y unos planos digitalizados. Allí seguimos necesitando encofradores, albañiles, fontaneros y electricistas.

Enseguida la duda viene a nuestra ayuda. Los trabajos que quedarán serán mucho más valorados. Si seguimos necesitando a una persona para que venga a meter la mano en nuestro WC para limpiarnos la mierda atascada, el suelo de esa persona será brutal. O lo desearán hacer todos, pues podría ser el único trabajo real que quedaría. Se acumulan las dudas.

No es cierto que en la medida en que vayamos sustituyendo nuestro trabajo real y de esfuerzo por trabajos realizados por IA vayamos a disponer de más ocio, de más tiempo libre. Serán un tipo de trabajo los que poco a poco irán desapareciendo, como ya estamos viendo, mientras que otros se mantendrán y se tendrán que cotizar de otra manera.

Pero con todo nos queda sin responder la gran duda. Si hacemos crecer el pelotón de los desempleados, aunque les intentemos pagar subsidios para que sobrevivan, dispondrán de excesivo tiempo libre y si no se sabe gestionar esto bien, podrían terminar creando disfunciones violencias. Millones de personas sin trabajo y cobrando lo justo, son un peligro social. Estar sin trabajar y vagos no siempre compensa a nivel de comportamiento social.

Por otra parte nos queda la duda de en donde vivirán todos estos millones de personas que sin empleo puedan sobrevivir de trabajos esporádicos y ayudas públicas, si las hay.

¿En grandes ciudades cada vez más deformes? ¿Volverán al mundo más despoblado, al mundo rural para compensar la falta de trabajo industrial y rellenar sus ingresos públicos con el autoconsumo? ¿Organizarán nuevos tipos de sociedades más cerradas y vigilantes de su auto cuidado? ¿Cómo serán los núcleos familiares en esos nuevos modelos de sociedad en donde el tiempo del día a día sea tan diferente al de estar atado a un horario fijo de 40 a 50 horas semanales de ocupación obligatoria?

Tampoco sabemos hacia donde caminamos, no nos cabe hoy el empezar a pensar que todo será peor, nos tendríamos que conformar de momento con admitir que será diferente. Como siempre lo ha sido si lo analizamos por bloques de un siglo hacia otro siglo. Con la salvedad que en este siglo XX e inicio de este siglo XXI, como todo se está acelerando brutalmente o eso nos parece al menos, somos capaces de admitir y absorber muchos más cambios por década. Posiblemente seamos en estos momentos, las gentes de unos 60 a 70 años de edad, la que más cambios hayamos visto en toda la historia de la humanidad en nuestras pocas décadas de vida.