4.6.23

¿Quién fue Iván Zulueta? Un, dos, tres… el escondite inglés



El artista vasco Juan Ricardo Miguel Zulueta Vergarajauregui, más conocido como Iván Zulueta, es de esos ejemplos de personas implicadas en el arte desde diferentes puntos de vista y actividades, que por desgracia no logró auparse con un espacio propio y reconocido, que le permitiera crear sobre todo más largometrajes.

Ayer tuve la suerte de ver su primer largometraje “Un, dos, tres… el escondite inglés” que tuvo que ser firmado por José Luis Borao como director ya que Iván Zulueta no tenía el Carnet del sindicato (que durante los años del franquismo era imprescindible para poder firmar una película de forma oficial. 

Realizada la película en el año 1969 marca un camino surrealista y musical que sin duda para aquellos años era totalmente innovador y novedoso. Los decorados, muchas de sus escenas, son simplemente geniales para aquellos años. E incluso para estos.

Observar en el año 1969 una obra de arte conceptual, casi abstracta, bellamente fotografiada y decorada, con “besos” entre protagonistas, es un ejemplo de que la osadía tenía cabida. 

Aunque hay que advertir que en España no se pudo estrenar en su año, sino tras varios forcejeos un año después, tras pasar por el Festival de Cannes.

Al no tener el carnet del sindicato vertical como director, aunque había estudiado en la Escuela Oficial de Cinematografía, se dedicó a la creación de carteles para cine y a la realización y dirección de cortometrajes.

Su carrera como director se compuso solo de dos películas, la que hemos comentado y la mucho más conocida “Arrebato” que hizo en el año 1979 y que supuso en gran fiasco económico aunque obtuvo varios premios y un reconocimientos muy posterior, cuando 20 años después fue reeditado en DVD y se redescubrió el talento que era excesivamente novedoso para los años en los que se planteaba a una sociedad que salía de la Dictadura, experimentos visuales no siempre entendidos.

3.6.23

Cuando toda la izquierda fue junta en Aragón a unas elecciones


En los inicios de la democracia, en los tiempos en los que ya muerto el dictador Franco, la Transición intentaba abrir nuevas opciones, ventanas y puertas, dar un paso adelante en la política que nadie y nadie sabía para cuento tiempo, era arriesgado, complejo y a veces mirada con mala cara desde los puestos familiares y de amistades, que te veían como a un idiota casi peligroso. 

Este cartel nos habla de la Candidatura Aragonesa de Unidad Democrática para el Senado. En aquellos años sonaba rarísimo que se pudieran presentar al Senado personas de la calle, normales, abogados conocidos.

La CAUD obtuvo en aquel 1977 el triunfo  con más de 180.000 votos y pudo ver a sus tres senadores presentados, elegidos en primer lugar en Zaragoza. 

Aquella candidatura de la provincia de Zaragoza la formaba la unión de:

PSOE. Partidos Socialista Español

PSA. Partido Socialista Aragón

PCE. Partido Comunista de España

PSP. Partido Socialista Popular

FDC. Federación de Democracia Cristiana

Y el apoyo claro de:

PTE. Partido del Trabajo de Aragón

MCA. Movimiento Comunista de Aragón

ORT. Organización Revolucionaria de los Trabajadores

PC. Partido Carlista

Eran aragonesistas, de toda la izquierda aragonesa, y fueron juntos a las elecciones al Senado, obteniendo los tres senadores, dejando el cuarto al Centro a través de la Candidatura Aragonesa Independiente de Centro. En aquellos momentos solo Ramón Saíz de Varanda pertenecía al PSOE.

Zaragoza y sus Cinema Alhambra y Teatro Iris


En los años 50 teníamos en Zaragoza numerosas salas de cine y teatro y de muy buena calidad y tamaño para lo habitual en aquellos años. Este es un anuncio del año 1955 de un programa doble en donde estrenaban en Zaragoza la película "Sangre en Castilla" que ya llevaba cinco años estrenada en Madrid y la reposición de la película "Mi chica y yo"que se había rodado en el año 1939.

Hoy los estrenos son a la vez en todo el mundo, pero entonces como se trabajaba con pocas copias de cda película, la distribución entre ciudades tardaba en producirse. Como vemos el precio de la entrada era de 6 pesetas, que para aquellos años era ya un dinero.

La empresa Parra anunciaba las salas: Cinema Alhambra en el paseo Independencia al que le quedaban todavía 10 años de vida y el Teatro Iris recién estrenado en febrero de 1955 sobre el terrenos del Gran Teatro Iris Park que se había construido en el año 1931 y que desde 1958 se llamó Teatro Fleta.

Libertad de Expresión, cuando no había, cuando no hay


La de arriba es una pegatina de la época de la Transición en España. Gritaba o pedía Libertad de Expresión desde el pequeño papel impreso, pues no la había en la calle, en los medios de comunicación, en el teatro, entre los que hablaban o escribían. 

Te podían detener, darte una paliza y llevarte ante el juez por llevar un jersey rojo en una manifestación pues el rojo les debía asustar o por escribir unas palabras en el semanario Andalán. 

Ahora sí (creemos tener) tenemos Libertad de Expresión, pero está censurada por nosotros mismos, que es la más cruel manera de censura. 

Y curiosamente a su vez, hay un exceso de insultos en la vida cotidiana, en las Redes, incluso en los comentarios de los medios de comunicación digitales serios, sean del color que sean. Nos gusta insultar sin razones simplemente para sembrar otra vez odio.

Nos auto censuramos… si somos o decidimos sentirnos responsables de lo que decimos, mientras otros van repartiendo las basuras y los vómitos sin saber si son ciertos. 

O lo que es peor, sabiendo que son mentira, pero algo queda. Han aprendido a decir mentiras sin mentir, que es la forma mas maravillosa de manipular, todo un Arte en la Comunicación.

No quiero dar pistas, no me corresponde a mi, pero en estos meses han sido muchos los que han mentido y los que —aunque vayan a misa los domingos— no irán al cielo. Los han engañado, los curas no perdonan del todo, solo lo parece. Y da igual si eres de los de misa diaria o de los que la detestamos. Las gaviotas también van al cielo.

Volverán las oscuras golondrinas a traernos pegatinas de libertad cuando nos hayamos cargado la democracia del todo. No nos daremos cuenta y casi es lo mejor que no seamos conscientes de lo que estamos haciendo, para evitar malas babas en nuestras conciencias de torpes.

Ajovín